CAPITULO 11

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Christopher

Moscú

Días después.
 
Hay cosas que en mi vida la gran mayoría de la veces no tengo, no conozco lo que es la paz, la tranquilidad o algo parecido a eso ya sea por el acecho de mis enemigos o por lo que mi mente pide en base a mis instintos más bajos. Esos que me piden sangre en mis manos, la euforia y la adrenalina que me genera acabar con aquellos que creen que pueden contra mi.
 
A lo largo de mi vida he vivido y experimentado grandes cosas viviendo y haciendo lo que se me daba la gana sin nadie que me condicione o limite de ninguna manera. Cuando regrese a la milicia busque llegar a la cima cueste lo que cueste y en el camino llego algo que nunca se me paso por la cabeza que pasaría o por lo menos no de la forma en la que sucedió.
 
Que llegara a mi vida alguien que se metiera en mi de la forma en la que se metió la mujer que en estos momentos duerme con el rostro escondido en mi cuello un brazo rodeando mi torso y una pierna en torno a mi cintura.
 
Rachel James llegó como una tormenta que arrasó con mi razonamiento condicionando mis deseos, pensamientos y vida en torno a ella, tanto como para no importarme dar mi vida por ella y por lo que creamos juntos. Caí bajo el hechizo del azul de sus ojos y al templo de pecados que es su cuerpo, convirtiéndose en la excepción en todos los aspectos de mi vida.
 
Es la tormenta la cual arrasa con todos mis refugios.
 
Una tormenta, un huracán capaz de dejarme al borde del abismo, pero uno del cual no quiero salir, dejar o soltar por no verme en el vacío que me causa su ausencia, por los celos que me genera el imaginarla con otro imbécil al lado.
 
Se remueve pegándose más a mi cuerpo mientras su mano delinea con sus dedos los músculos de mi abdomen, suspira quedándose haciendo eso durante varios minutos mientras mis manos no se contienen a la hora de acariciar sus piernas.
 
Nos doy la vuelta quedando sobre ella que sonríe cuando beso su nariz, mejillas y le planto el último en los labios. Me acomodo mejor entre sus piernas y la tomo de la nuca besándola, me abro paso por sus labios recorriendo su boca con mi lengua en tanto sus manos vagan por mis hombros pegándome por completo a su cuerpo.
 
Separo nuestros labios mordiendo su labio inferior cuando la falta de aire llega.
 
—Buen día—me dice con las mejillas sonrojadas.
 
—Buenos días, nena.
 
Abre la boca para decir algo pero el sonido del celular la interrumpe, cuando estoy por separarme para contestar ella me toma del brazo volteando nuestros cuerpos quedando sobre mi.
 
Toma el celular revisando quien es, frunce el ceño colgando dejando el celular lejos.
 
—¿Quién era?—pregunto confundido.
 
—Alguien a quien le falta un palo por el culo para que deje de joder—contesta indiferente.
 
—Rachel…
 
—Era Ilenko—contesta como si fuera obvio— por eso alguien a quien le falta un palo en el culo.
 
La miro mal haciendo que suelte a reír, me es imposible no reparar en lo hermosa que se ve con el pelo negro suelto, las mejillas sonrojadas, los labios hinchados y con los ojos brillantes.
 
—Lo quiero solo para por hoy, mi Coronel—Dice regando besos por mi cuello y mi pecho.
 
—¿Solo por hoy?
 
—Por hoy, ya vemos si te quiero mañana —bromea dejando un beso sobre mis labios.
 
—¿Si me quieres? Tu, Rachel James me amas —digo volteándola sobre la cama, apresando sus muñecas contra el colchón —me amaste antes, me amas ahora y me amaras siempre—muerde su labio inferior y los ojos se le oscurecen al escuchar mis palabras—,porque tu eres mía y de nadie más.
 
Levanta la cabeza buscando mis labios, más hecho la cabeza hacia atrás evitando el contacto. Suelto sus manos llevando las mías a sus piernas enganchándolas en torno a mi cadera, mi miembro roza su coño totalmente húmedo y caliente.
 
Pierdo el control con la imagen que me regala con el cabello esparcido por la cama mientras se muerde el labio inferior conteniendo una sonrisa, en tanto aprieta las piernas retorciéndose buscando más contacto.
 
Se lo doy, entro en ella de una sola embestida regocijándome con el calor y la humedad de su coño el cual envuelve a mi miembro recibiéndolo gustoso.
 
Su espalda se arquea presa del placer cuando cierra las piernas en torno a mi cuerpo hundiéndome más en su interior, me inclino dejando una mano a un lado de cabeza y la otra en torno a su cuello acelerando el ritmo de mis embestidas en su interior.
 
Por esto es que no la puedo soltar, por esto me niego a dejarla, por el calor que desprende su cuerpo, por la necesidad, el amor que me gritan sus ojos en momentos así. Me enloquece que no le moleste mi grandeza, todo lo contrario que la disfrute y se complazca con ella, que me pida más, que grite mi nombre con cada embestida.
 
—Chris… mi amor…más…—pide en medio de jadeos.
 
—Dilo Rachel—suelto su cuello y apoyo mi frente contra la suya dándole lo que me pide— Dime de quien eres.
 
Suelta un gemido alto y profundo arañando mi espalda, repitiendo mi nombre entre gemidos y jadeos que me vuelven completamente loco.
 
—Dilo.
 
—Te amo—toma mi rostro besándome con desesperación— te amo y soy tuya, mi amor.
 
Se tensa conforme pasan los minutos preparándose para el orgasmo, su interior me aprieta la polla incitándome a hundirme más en su coño húmedo el cual baña mi miembro con su humedad con cada arremetida. Una leve capa de sudor cubre su cuerpo y el mío hundiéndonos en el pozo de las dependencias, donde nada nos basta, donde cada embestida nos funde en eso que nunca dejaremos de ser, ni los días, meses o años que pasen bastarán para cambiarlo.
 
La beso lento, húmedo y voraz hundiéndome por completo en su interior cuando el orgasmo llega arrasando con los dos. El orgasmo la desvanece un poco ya que se queda quieta con la respiración hecha un desastre, suelto sus labios llenándole la cara de besos haciendo que sonría.
 
Esta por decir algo pero el celular suena y ruedo los ojos apartándome de su cuerpo para contestar. Tan temprano y ya andan jodiendo.
 
—¿Qué? —contesto molesto.
 
—¡¿Qué?! ¡Maldito imbécil, se supone que nos íbamos a reunir hoy temprano para terminar de poner todo al día! —ruso hijo de puta—¡Deja de comerle el coño a tu mujer y trae el culo aquí!
 
—¿Molesto porque yo si puedo con toda la libertad?
 
Capto como resopla molesto pero poco me importa, allá el si anda detrás de una mocosa insoportable.
 
—Por cierto deja de darme ordenes que tu maldito empleado no soy, pedazo de mierda—le cuelgo antes de que diga algo.
 
Miro a Rachel la cual me mira recostada en la cama desnuda con el pelo regado por la cama y la piel brillosa por el sudor. La tentación de quedarme encerrado con ella aquí crece junto con mi erección, en serio necesito unas vacaciones.
 
—Tienes razón, necesita un palo por el culo.
 
Suelta a reír mientras toma mi mano y me acerca a ella. Apoyo las manos a cada lado de su cuerpo acercando mi rostro al suyo.
 
—¿Te quedas aquí hoy? —le pregunto.
 
—No, tengo que hablar con alguien que me puede conseguir un Hacker, se que ya están Lenin y Laila pero en serio necesitamos algo más estable—me cuenta, no se que pensar ya que espero le deje claro a quien sea que consiga que si la caga se muere.
 
—¿Quién te puede conseguir un hacker? O ¿conoces a alguien?
 
—Digamos que conozco a alguien, pero no es algo fijo.
 
Arrugo las cejas confundido.
 
—Rachel no quiero que te arriesgues—me siento en la cama con ella encima—ni que arriesgues nada por algo que no es seguro.
 
Suspira pasando los brazos por mis hombros.
 
—Voy a estar bien, aparte este contacto del que te hablo me adora ¿si?, en todo caso yo te voy a avisar.
 
—¿Quién es?
 
La duda cruza sus ojos pero es casi imperceptible.
 
—Un viejo amigo—contesta—Además ya te dije, yo te aviso ¿no tenias que irte?
 
Entrecierro los ojos dudoso pero no digo más solo asiento.
 
—¿Alguna otra duda mi coronel? —pregunta coqueta.
 
—Ninguna, solo una orden que quiero que cumplas.
 
—¿Cuál?
 
—Bésame.
 
Sonríe tomando mi rostro entre sus manos acatando la orden.
 
—Tenemos que bañarnos coronel.
 
La levanto caminando con ella al baño, pego su espalda a la pared abriendo el agua de la ducha la idea es bañarnos bajar a desayunar y después irnos, pero no terminamos follando como me gusta de espaldas contra las baldosas.
 
Nos vestimos y ella está terminando de arreglarse en el espejo ya vestida, ella se va al comando por lo que va con el camuflado, procuro ignorar como se le marca el culo en el pantalón o terminaré follandola contra la pared.
 
Bajamos una vez termina de arreglarse encontrándonos con los mellizos en el comedor esperando el desayuno.

—¡Cabezota! —empieza con el escándalo la lora que tengo por hija.

Owen se levanta de la silla caminando directamente a los brazos de Rachel quien lo levanta llenandole la cara de besos logrando que Owen le sonría. Es la única que deja que lo abrace y lo bese.

No soy el único con excepciones aquí al perecer.

Desayunamos con ellos y ambos partimos hacia el comando. La dejo ahí advirtiéndole que me informe sobre el supuesto hacker que puede conseguir. Me pide que no me preocupe pero la realidad es que no se que pensar empezando por la parte en que según ella es alguien que la "adora" y es un viejo amigo.

Detesto que no me diga más pero conociéndola ya no me dirá nada, como dijo no es algo seguro.

Solo espero que no haga alguna estupidez.

                                         (...)

Rachel

Comando de Rusia.

Es increíble que tenga que llegar a esto por no conseguir un maldito hacker que por lo menos alcance a cubrir el lugar de Patrick, le dije a Parker que se encargara, pero no consiguió a nadie, solo a mocosos con infulas de genio que no sirven para nada.

No quiero llamarlo.

No después de casi año y medio después de la última vez que nos vimos, ocasión en la cual dejamos en claro que lo que sucedió entre nosotros fue cosa de una maldita noche.

Noche que no te sacaste de la cabeza durante semanas.

Soy un ser humano y tengo mis necesidades, quería sentir algo más que el asco y repulsión que me dejaba estar con Antoni. No voy a negar nada fue bueno mientras duró pero mi vida en ese momento no estaba para que me pusiera a fantasear con imposibles ni mucho menos con otros hombres.

Me debe un maldito favor, esta vivo gracias a mi y por ello dejo los miedos atrás y marco su número con el corazón latiéndome acelerado.

¿De donde mierda salió mi ansiedad?

No me conoce, no sabe quien soy realmente lo único que suplica mi mente es que pueda ayudarme con esto o de lo contrario dudo mucho que los planes que tiene Christopher se lleven a cabo de forma correcta sino lo consigo.

Tienes que decirle la verdad.

Me repite mi mente una y otra vez. Pero ¿que le puedo decir? ¿Que el tipo que puede ayudarme a solucionar este problema fue en su momento mi amante de una noche? Lo conozco como a la palma de mi mano, se de lo que es capaz el troglodita que tengo por marido.

—Diga—espabilo cuando contestan al otro lado de la línea dejándome fría.

Me aclaro la garganta antes de hablar y procuro reunir toda la valentía que puedo.

—Necesito hablar con tu jefe, Nick.

—¿Señora Rachel? —pregunta, me conoce y sabe que lo mejor que puede hacer es ser discreto si quiere su cabeza y la de su jefe en el mismo lugar.— el jefe esta ocupado en una reunión en estos momentos.

Mierda.

Interrumpelo dile que soy yo, ya sabes que tienes que hacer.

—Mí señora...

—Nick, no tengo humor en estos momentos—le hablo firme— ahorrame tener que decirle que te manden a una fosa común sin tu miembro masculino.

Resopla diciéndome que espere unos minutos.

La ansiedad me esta comiendo las entrañas, no se que me pasa se que esta lejos y ruego que se mantenga así, no quiero tener el shock de verlo otra vez, no después de todo este tiempo.

—Rachel.—dicen al otro lado de la línea.

Respiro hondo dispuesta a enfrentar esto, tengo afrontarlo.

—William.

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Hola los extrañe *llora.

Pues aquí estoy de vuelta, me inspire hoy y les traje Cap.

¿Les gusto? ¿William? ¿Un nuevo ser amado o odiado? ¿Abrazo o balazo?

Sin nada más que decir me despido.

Los amo tres millones 💕.

Fanfic Chrischel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora