Christopher
Detesto estar así, detesto sentir esta rabia que corre por mis venas en este momento.
Mi mente me tortura con imágenes que no me gustan, las cuales incluyen a la mujer con la que me case junto con el imbécil al que se follo. No puedo con la idea de que no sólo se acostara con Antoni, ahora también con ese tal William.
Subo las escaleras tomando camino hacia mi habitación donde me quito la camisa dejándola a un lado, me acuesto en la cama pasándome las manos por el rostro hastiado de esta mierda.
Quiero ignorarlo, hacerlo a un lado y dejarlo en el fondo de mi cabeza, más no puedo.
—Yo te amo—confiesa—y eso no cambio, ni estando lejos, peleados ni muertos, estoy aquí porque tu y mis hijos son mi familia, la familia que tu y yo hicimos hace poco más de tres años y que por una mierda u otra no pudimos disfrutar.
Sus palabras me vienen a la cabeza como una recriminación constante que no me deja en paz, su olor, su tacto, esa mirada llena de amor me enloquecen. Casi caigo, por poco pierdo el control y la tomo justo ahí sobre el escritorio pero...
La sensación de que lo de ella y el tal William no se terminó, de que hay algo todavía ahí es lo que me detiene.
Cierro los ojos buscando calmarme y pensar con la cabeza fría. Necesito pensar en lo que se viene en unos días más, concentrarme en lo que se avecina en contra de aquellos que hace mucho tendrían que haber dejado de respirar.
Tengo que concentrarme y dejar de perder el tiempo en cosas que solo me desconcentran de lo realmente importante.
Me estoy quedando dormido cuando escucho la puerta abrirse dándole paso a mi dolor de cabeza, no me habla, no me mira y procuro no hacerlo pero el que se saque la sudadera que trae quedando solo en sostén y en esos diminutos shorts que se carga no me ayuda a esto de ignorarla.
El pantalón me aprieta y los días sin follarla repercuten acelerando mi respiración queriendo acabar con mi compostura, trato de dejar de mirarla pero el que se quite el short me hace pasar saliva con la vista que me regala de como la delgada tira de sus bragas se pierde por sus nalgas cuando me da la espalda camino al baño.
Paso saliva buscando el autocontrol que es impropio en mi naturaleza.
Tu la rechazaste me recrimina mi cabeza mi orgullo me exige que no me mueva, que no la arrincone contra el lavabo....carajo.
Paso una mano por mi erección cerrando los ojos recostando la cabeza en la cama tratando de apaciguar lo que me corroe.
—¿Necesitas ayuda?
Abro los ojos con la sangre en un solo punto volviendo mis pensamientos un puto desastre el cual no puedo controlar. Necesito follarte responde mi conciencia.
Me incorporo apoyándome sobre mis codos reparando su cuerpo está solo en bragas y tiene el resto del cuerpo cubierto por una camiseta que le queda grande rozando sus muslos.
—¿Quieres ayudar?—inquiero mirándola a los ojos.
Forma una media sonrisa mientras niega.
—¿Ahora quieres que este contigo?
—Es cumplir con tu deber como mi mujer—replico simple.
—¿Mi deber? Te equivocas yo no soy mujer de nadie, y menos cuando lo soy solo para bajarte la calentura.
Aprieto la mandíbula, solo esta usando mis palabras en mi contra como siempre volteando las cosas a su favor.
—Eres mi mujer te guste o no, lo aceptaste hace mucho tiempo, no sólo ante el mundo sino también hasta lo que muchos llaman "Dios".
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Fanfic Chrischel
RomanceTodo lo que sucederá en este fanfic es a lo que mi cabeza se imagina que paso unas 2 o 3 semanas después de la última actualización de Deseo. Si ya se soy otra loca que anda con tanta teoría en la cabeza que de creo un fanfic. Por eso les pido que...