Omnisciente.
Capítulo cuatro: "Piénsalo bien".
Despertar en lugares desconocidos era una rutina que Luffy solía tener cuando él y sus hermanos vagaban por todos lados sin tener un rumbo específico; puesto que no tenían algún pariente que se hiciera cargo de ellos o alguien responsable capaz de echarles un ojo. Pero ahora era distinto.
No era como si nunca hubiese escapado de su hogar para dar una vuelta por el pequeño pueblo cuando se suponía que se encontraba en su habitación haciendo los deberes. Fue reprendido repetidas veces por sus escapes, y no era de extrañarse que las hermanas lo hicieran; se preocupaban por cada vez que el periódico local o los rumores esparcían la noticia de que asaltantes, secuestradores y saqueadores se presentaban en la fachada de los hogares en busca de dinero, joyas, comida, etc.
Luffy lo creía una tontería, jamás se había registrado algún suceso como esos en la localidad. Todos conocían a todos, todos hablaban con todos, y si algo llegaba a pasar, la noticia no tardaría en llegar a oídos de todos los habitantes.
Entonces era imposible que se encontrara lejos del orfanato; no podía pasar que de la noche a la mañana ya no estuviera allí y despertase en un lugar tan moderno, lleno de objetos bonitos y decorativos; en una cama mullida, envuelto en sábanas suaves y calientes; y con vendas en la cabeza, torso, brazos y piernas. ¿Qué fue lo que pasó?
En el intento por levantarse, una fuerte punzada en su abdomen lo detuvo. Alzó la camisa que tenía puesta y observó la herida; ¿cómo se hizo eso? ni idea.
La puerta de la habitación en la que estaba se abrió, y un jovencito, de cabello castaño con un sombrero color rosa vieja y una gabacha blanca, se hizo presente en el lugar.
—Hola. Te llamas Luffy, ¿verdad?— le saludó el chico.
El pelinegro se quedó viéndolo, simplemente seguía sin asimilar la situación. El castaño se acercó a él y lo observó detenidamente; como el contrario no había respondido, supuso que algo andaba mal, pues Zoro anteriormente comentó que su paciente era alguien ruidoso, hablador y un tanto escandaloso. Extrovertido en todo su ser.
—Si sientes algún dolor o incomodidad, puedes decírmelo, para eso estoy.— y le dedicó una sonrisa.
—Estoy... bien.— finalmente replicó.
—Eso me alegra.— Chopper levantó las sábanas que cubrían el cuerpo de Luffy —Con tu permiso, debo hacerte una revisión.— Observó los brazos, cabeza, piernas y abdomen del otro, no parecía haber mucha sangre sobresaliendo de las vendas; buena noticia.
—¿Puedes recostarte?, por favor.— Luffy acató la orden y se recostó. Chopper removió la venda de su abdomen cerca de su vientre; justo de ese lugar provenía el dolor que sintió hace poco. El chico del sombrero rosa se levantó, tomó algunas cosas que tenía sobre una charola y se posó en el borde de la cama —Voy a limpiar la herida. Observa bien cómo lo hago, después lo tendrás que hacer por tu cuenta.—
Mientras se encontraba en su tarea de atender a su paciente, recordó a Zoro, el peliverde no tardaría en llegar.
Anteriormente.
—¡Nami! ¡Usopp!— finalmente el pequeño doctor se hacía presente. Ambos mencionados lo observaron, acompañado de alguien más.
—Necesito que me ayuden.— mencionó agitado.
—¿Qué pasa?, Chopper.— cuestionó la pelinaranja —¿Quién es ese muchacho? ¿Qué trae con él?—
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Ruleta rusa
Historical FictionLa vida es como una ruleta rusa, apuesta por el número correcto y ganarás; pero, apuesta por el número incorrecto y perderás. Sanji había apostado por el número incorrecto, y ahora, tendría que afrontar las consecuencias. Hasta que al parecer, su mu...