13

37 8 0
                                    

Omnisciente.


Capítulo trece: "Insospechado".



Masacre en un orfanato.



El papel entre sus manos tenía un peculiar título en letras grandes y negras, con imágenes no muy detalladas. Dichas imágenes mostraban un gran lugar rodeado de mucha gente, entre ellos policías, monjas y sacerdotes, médicos, forenses y los otros sin importancia que sólo querían saber qué sucedía.

Indagando más en el artículo, podía ver a los policías alejando a los metiches, a las mujeres consolando a las religiosas conmovidas y también a los forenses sacando cuerpo tras cuerpo del lugar.

Al seguir leyendo, notó que los "testigos" no tardaron en dar palabra.

"Es un lugar tranquilo, todos conocemos este orfanato. Las hermanas y el padre siempre han estado en contacto con la comunidad, los niños no causaban problemas. Todo es muy extraño".

"No tenemos idea de cómo pasó. Oímos rumores de saqueadores cerca del pueblo, pero no creímos que atacarían el orfanato".

Era innegable la confusión entre todos los presentes, seguían esperando respuestas por parte de los encargados de la investigación. Cosa que hallaron difícil. Nadie daba un testimonio acertado, sólo discursos de condolencia o desbarajuste, causando el afligir en los sentimentales.

Deslizó su vista unos párrafos más abajo, leyendo así, las esperadas respuestas y suposiciones de la justicia.

"El orfanato Saint Théodore contaba con pocos internos, la mayoría menores y el resto adolescentes. Todos, lamentablemente, fallecidos. Sus cuerpos están siendo retirados y llevados a la morgue para una definición más exacta de su causa de muerte. Aunque desde que entramos, pudimos notar que fueron masacrados a base de armas de fuego. No obstante, hay una pequeña anomalía en el asunto. Al entrar a la cocina, pudimos notar a los mismos perpetradores muertos, tirados en el piso y muy heridos, golpeados a puño limpio y con múltiples cortes de arma blanca, pero ninguno de ellos llevaba alguna. Lo que nos indica que la persona que probablemente tenga las respuestas, era la que llevaba el arma blanca. Se le busca y solicita que se entregue inmediatamente".

"El sospechoso es un sujeto de arma blanca". Rectificó otro hombre ante la prensa.

Atónito, terminó de leer. Se encargó de cubrir su rostro algo fruncido con el papel, intentando no mostrar su preocupación a la mayor.

—¿Encontraste algo que llamó tu atención?, espadachín—. Dijo la azabache.

—No, nada que resaltar—. Soltó el periódico, dejándolo caer sobre la mesa bajo suyo.

—Ya veo.

La alfa decidió volver a su trabajo, colocó la taza con café en sus manos y desapareció de la vista del menor.

Zoro no se inmutó ni un poco más. A pesar de las cortas palabras de comprensión de la secretaria, sabía que la mujer sospechaba de él. El escaso tiempo y las breves conversaciones que tuvo con ella mientras hacía su labor, le bastaron para percatarse de lo lista que era la mujer, totalmente opuesto a las personas con las que tuvo que convivir al llegar ahí. Así que, aun siendo tan sagaz, ¿le entregaría el papel con la noticia al mismo tipo que la justicia busca? ¿Enserio? No, quizá tenía otras intenciones, pero no supo descifrar cuáles.

Ruleta rusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora