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Omnisciente.

Advertencia: este capítulo tendrá un poco de smut entre Sanji y la chica alfa. Si no es de su agrado, pueden saltarse esa parte.

Capítulo seis: "Alguien insólito".


Zoro miraba alegre a Luffy mientras devoraba cada bocado de la carne, el muchacho parecía renovado. No era de extrañarse, pues Luffy siempre fue así, por más golpes que recibía, más veces era capaz de levantarse y volver a pelear; no importaba cuántas veces intentasen someterlo, él se ponía de pie, con la frente en alto y dispuesto a seguir.

Aunque debía admitir que la excesiva honestidad de este, llegaba a ofender a las personas, y eso lo metía en problemas frecuentemente. 

Por ejemplo, aquella vez con el padre del orfanato:

...

—Luffy, ¿qué haces?— Zoro miró a su compañero que no dejaba de seguir algo con la vista. Ambos se encontraban en el pequeño balcón del segundo piso de la biblioteca mirando hacia abajo.

—Hmm... Es que cuando el padre saltó para tomar el libro, su cabello se movió.—

Zoro le dirigió una mirada seria —Tu cabello también se revuelve cada vez que saltas, idiota.—

—¡No! ¡No me refiero a eso! ¡Míralo bien!— señaló al mayor.

El espadachín, sin entender casi nada, lo observó. El padre era algo bajo, por lo que saltaba a la hora de tomar un libro de un estante alto; y, en el momento en el que repitió tal acción, la peluca que cubría su calvicie, cayó al suelo. Ambos amigos soltaron una carcajada que no pudieron reprimir, y cuando sintieron la mirada del hombre sobre ellos, se agacharon en un intento por pasar desapercibidos.

Pfftt— Luffy no evitó soltarlo.Te lo dijesusurró.

—Eres un imbécil. Pfftt— colocó sus manos sobre su boca.

Unas pisadas hicieron rechinar las desgastadas y viejas escaleras al segundo piso. Sus rostros palidecieron. Zoro señaló uno de los estantes del fondo y se escabulló, Luffy lo siguió. El espadachín observó al otro, tenía una mueca molesta, y sus labios ladeados.

El pelinegro, para sorpresa del peliverde, encaró al padre.

—Oiga padre— el mayor volteó —¿Por qué cubre su calva con una peluca?— Zoro reaccionó incrédulo a lo que había escuchado —Parece de esos tipos que venden comida en la calle. ¡No tienen cabello y aún así encuentras uno en la comida!— el menor rio.

Zoro salió de su escondite y tomó a Luffy por la camiseta para arrastrarlo lejos de la biblioteca. Solo recuerda al padre persiguiéndolos por todo el lugar. Al final lograron escabullirse, pero no se salvaron de un toque en la cabeza, cortesía de la superiora.


...


—Bien Luffy, ya me voy.— se elevó de su asiento.

—¿Otra vez? ¿Ahora dónde vas?— aún con la boca llena, preguntó.

—Ya te lo dije, trabajo aquí, y lo hago por ti. No te quejes.— se dirigió al armario para cambiarse.

—Todavía es muy temprano. ¿No vas a comer?— apuntó la bandeja sobre sus piernas.

—Lo haré cuando termine.— se despojó de su camiseta.

—Como tú digas.— siguió en su tarea.

Ruleta rusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora