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Omnisciente.


Capítulo diez: "Acontecimientos sin respuesta".


Se sentaron cada uno sobre una silla, con lentitud, en silencio. Zoro inclinó su cabeza levemente al suelo, se cruzó de brazos y suspiró; seguía un poco mareado debido a los efectos de los inhibidores, pero eso no iba a impedirle escuchar las respuestas que tanto buscaba, definitivamente, no saldría de ahí hasta que el doctor explicase absolutamente todo.

Por otro lado, Chopper también se hallaba algo tenso por la situación, sabía, tan solo por la mirada del mayor, que ahora estaba derecho y con la mirada fija en él, que no se iría hasta escuchar lo que tenía que decir. Observó el brazo del contrario, un tanto hinchado; luego de hablar, era su responsabilidad colocar un compresa fría para aliviar la hinchazón, pero por el momento, explicaría lo que el espadachín esperaba.

Suspiró y decidió romper el silencio.

—No tengo una explicación concreta a lo que pasó— comenzó —pero lo que sí tengo, es una hipótesis.

—¿Una hipótesis? ¿Eso es todo? ¿Un doctor no puede dar una respuesta a su paciente?

—Te equivocas. No hay una respuesta para esto, o bueno, no una muy precisa. Y esta hipótesis, es lo más aproximado a la respuesta.

Roronoa lo vio con un semblante serio. —... ¿Y bien? ¿De qué trata esa hipótesis?

—Es un poco complejo al principio, y difícil de creer, quizá hasta un poco estúpido. Pero, creo que tu amigo encontró a su pareja destinada en este lugar—.

Ambos jóvenes se miraron el uno al otro, Chopper no perdía la seriedad, y Zoro, procesaba poco a poco la información. —¿Qué?— Pronunció el peliverde.

—Sí, verás...— Para ser sincero, el castaño se sentía un poco presionado. —Hay muchas suposiciones sobre lo que pasa en realidad, algunos dicen que es simple coincidencia, otros, prefieren creer que es un desarrollo prematuro, entre otras cosas—. El doctor notó la confusión en el rostro del mayor.

—¿Me estás diciendo que los síntomas de Luffy son signos de celo?— Preguntó.

El contrario quedó boquiabierto, ¡cómo era posible que el espadachín se percatase de aquello hasta ahora! Por lo que a él respecta, Roronoa es un alfa, terminantemente, tuvo que haber sentido las dulces feromonas del menor. Desde un inicio, cuando el de pendientes cruzó violentamente su puerta con Luffy nuevamente en brazos, y tan acalorado como cualquier persona en verano, supo que algo malo o fuera de lugar había pasado, e inmediatamente chequeó al pelinegro dándose cuenta de la situación.

Se sintió un tanto miserable al no poder controlar el curso de los eventos. Comprendía a Zoro en cuanto a su incontrolable conducta, pero lo que no comprendía, era la sobreprotección sobre el menor, pues se negaba rotundamente a dejar la sala de atenciones para ayudar a Luffy. Cosa que lo llevó a solicitar la ayuda del beta de cabello rizado para contener a Zoro.

—¡¿Hasta ahora te das cuenta?!— exclamó —Bien, no hay problema, pero sí. Lo que Luffy experimentó, fue el celo.

—¡Ja! ¿Bromeas? Tiene quince años, es imposible.

—Aunque no lo creas, esa es la verdad.— La formalidad del de sombrero, empezaba a preocupar a Zoro. —La hipótesis de la que te hablaba en sí, es la reacción de un sentimiento enjaulado en nuestro animal interior. Usando una metáfora, claro.

Zoro intentaba comprender, asociaba cada palabra con lo que él mismo había visto.

—Quiero decir, el omega interior de Luffy reaccionó ante el contacto con su alfa. Queriendo así, demandar su atención—.

Ruleta rusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora