Lo que fui, soy y seré.

24. Mi amor

Kayden

La frente me arde y el dolor no tarda en hacerse presente en mi cabeza. No me extrañaría despertarme con un moretón.

Se me eriza la piel al recordar el miedo que pasé al escuchar el disparo. Estoy seguro de que mi corazón dejó de latir en el mismo instante.

Intento moverme, quiero asegurarme de que mi Monstruito está bien, pero no tengo fuerzas para hacerlo, la cabeza me mata. Ni siquiera abro los ojos, me conformo con sentir el cuerpo de mi novia recostado sobre el mío y su perfume arropándome.

Supongo que la noche no ha ido tan mal, ¿no?

Siento a alguien entrar en la habitación, pero sigo sin moverme. Lena habría salido disparada de la cama si fuera alguien peligroso, pero no lo hace, simplemente se separa de mi cuerpo y se mantiene sentada sobre el colchón.

—¿Estás bien? He oído que ha habido una pelea. 

Ethan.

Se me traba la respiración al darme cuenta de lo rápido que vuelan las noticias. Es curioso como todo el mundo sabía sobre la pelea pero nadie se dignó a ayudar o pedir ayuda. 

—¿Cómo has sabido que era yo?

Ethan no contesta, pero siento como su mirada le dice todo lo que las palabras callan. 

—¿En qué estabas pensando para hacer algo así?

—No debí hacerlo, lo sé, pero fue en defensa propia y la otra persona se lo merecía —se justifica ella.

—Pues claro que se lo merecía, Lena. Estamos hablando del jodido Theodore —exclama.

Siento como mi chica deja de respirar. Está claro que no se esperaba que su hermano estuviera enterado de la situación. Estoy seguro de que, si lo hubiera sabido desde el principio, habría obligado a Austin a llevársela lejos mientras él se encargaba de darle una paliza a Theo.

—¿Cómo lo has sabido? —pregunta, reteniendo el oxígeno en sus pulmones.

—Digamos que tengo ojos en la cara y llevaba un tiempo sospechando. Además, ¿cómo una persona pasa de ganar miles de dólares en una sola noche a ser mecánica?

Pasan varios segundos en silencio y, aunque no puedo verlos, juraría que se están diciendo mil cosas con la mirada.

—No quiero que hagas nada. Sé lo que estoy haciendo —ordena ella instantes después.

—No puedes pedirme eso —le responde Ethan con seguridad.

—Ethan, no me he metido aquí impulsivamente. He estado mucho tiempo planeándolo. Solo te pido que confíes en mí.

Vuelvo a escuchar las mismas palabras que me dedicó a mí días atrás.

"Confianza". 

La confianza es muy importante para Lena, es una de las cosas que más valora. Han pasado meses desde que nos conocimos y está claro que he llegado a aprender muchas cosas a su lado.

Ella me enseñó que, si no eres real, solo te estás traicionando a ti mismo.

Que si no hablas de tus sentimientos, nunca te sentirás comprendido.

Que tienes que respetarte y respetar para saber amar.

Y que, sin confianza, no hay razón para seguir.

—Voy a estar vigilando —farfulla Ethan después de sopesar sus opciones—. Si antes te quejabas de mi sobreprotección, ahora no vas a tener espacio ni para respirar.