04 En el hanshi

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Sentía calor, demasiado, parecía estar quemándose por dentro.

Era asfixiante, sofocante, ardiente. Un calor que conocía y que no se calmaría solo con un baño en la primavera fría.

El celo de un alfa. Su celo, había llegado de improviso durante su reclusión.

Lan Huan – llamó una voz cargada de erotismo, escuchándola peligrosamente cerca de su oído. Al instante, unas traviesas manos recorrieron su cuerpo sin pudor, poniendo nervioso al primer jade de Lan, tras notar que se hallaba maniatado, a merced de la voz suave y erótica.

¡Espera! – jadeó, en un intento por voltear su rostro y descubrir a quien osaba tocarlo de manera desvergonzada, pero las manos desconocidas subieron a su rostro, repartiendo caricias en sus mejillas, impidiéndole voltear.

He esperado demasiado, A-Huan – demandó, besando la parte posterior del cuello de Lan Xichen, provocando un estremecimiento en todo su ser, crispando sus nervios, con un remolino de emociones invadiéndole.

¡Por favor!, detente – dijo sin más, sintiendo caricias y besos húmedos repartidos por su cuello y pecho, cerrando sus ojos, con su rostro sonrojado ante el atrevimiento, evitando mirar a quien osaba tocarlo.

Lo deseas tanto como yo, A-Huan – volvió a susurrar con sensualidad, besándole con fiereza. Lan Xichen intentó seguir el ritmo, disfrutando de manera inconsciente el beso, sintió como succionó su labio inferior, dejándolo hinchado. Eso provoco que el dueño de la sensual voz se separase sonriendo de lado, satisfecho por el resultado.

Que vista tan erótica, déjame escucharte, A-Huan – pidió el dueño de la voz, perteneciente a Jiang Wanyin, continuando su tarea, repartiendo besos y caricias por todo el cuerpo del primer jade, el cual se retorcía de placer ante la voluntad del más joven.

Lan Xichen jadeaba y gemía, gruñendo de placer ante las caricias repartidas a su cuerpo y a su sexo, escuchando las demandas de su alfa interno.

¡Se siente bien! ¡toma el control! ¡Ese omega debería gemir también!

Gruñó su alfa interior, disfrutando de las caricias de manera involuntaria, queriendo tener el control.

Lan Xichen empujó a su alfa hasta el rincón más alejado de su inconsciente, a sabiendas que, si le dejaba tomar el control, dañaría a Jiang Wanyin.

A-Huan – canturreo Jiang Wanyin, deteniendo sus caricias momentáneamente – siempre tan amable, tan dulce, es injusto que seas soltero siendo un alfa... ¿Cuándo fue la última vez que intimaste, A-Huan? – preguntó divertido el líder Jiang, mirando con excitación al alfa debajo de él.

Lan Xichen vaciló ante la pregunta, recordando la primera vez que intimó con alguien. Era un adolescente de 15 años. Fue con un beta de la secta Lan. Amable y bastante tímido al respecto. Xichen no se había presentado todavía. A los 17 años, su segunda experiencia fue con el alfa Nie Mingjue, más por curiosidad y para experimentar, al ser tan cercanos. Un año después, Xichen se presentó como alfa y eso quedo como un recuerdo vergonzoso entre ambos líderes de sectas.

Después de esas dos experiencias previas, nunca volvió a tocar a nadie más, ya que cierto chico de la secta de lotos cautivó su reservado corazón.

Hace... mucho tiempo – respondió, con las orejas rojas de vergüenza y un sonrojo surcando sus mejillas.

Wanyin pareció satisfecho, sonriendo comprensivo ante la vergonzosa confesión de un alfa, desatando al primer jade.

En el Hanshi (Xicheng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora