El último día del festival había llegado con tanto gusto, que todos los civiles del muelle y el resto de las sectas regresaban a sus lugares de origen para celebrar esos días junto a sus familias, honrando el Huí-Jia (regreso a casa), tal como sucedía con los jóvenes amantes.
El líder de secta Jiang se encontraba viendo la procesión de civiles desde el balcón situado encima de las puertas del muelle, viendo a sus fieles discípulos hacer una reverencia en las puertas, indicando que pronto regresarían, mientras sobre su cabeza, la oscuridad de las primeras horas del día saludaba, dando la impresión de que el sol tardaría en salir.
Mientras el líder Jiang otorgaba buenos deseos y deseaba un viaje seguro a los civiles de su secta que regresaban a casa, el líder Jin caminaba de manera nerviosa hacia la alcoba del pequeño cachorro de loto, sosteniendo un peluche de conejo blanco.
Una vez llegó, tocó la puerta de manera tímida, como si estuviese a punto de cometer una travesura. Nadie abrió la puerta, así que volvió a tocar, una vez más, de manera enérgica.
—¡Jiang Huang!, ¡necesito que abras la puerta! – pidió Jin Ling alzando la voz, escuchando ruido detrás de la puerta, la cual se deslizó con prontitud, dejando ver a un adormilado Jiang Huang en pijama, el cual fue recibido con algo suave golpeando su rostro, parpadeando dos veces – ¡Perdóname por gritarte!, este... es un obsequio para ti, espero te guste y aceptes mis disculpas – terminó por decir, agachándose a la altura del niño, soltando el peluche.
—¡Ling-biaoge!... buenos días, ¡Mhm!, perdonado – dijo con alegría, abrazando a un feliz Jin Ling, quien gruño levemente al sentir el aroma a menta y gencianas impregnado de manera sutil sobre su pequeño primo, siendo el aroma del verdadero padre de Jiang Huang.
—Nuestro cachorro, llevémoslo a LanLing Jin con nosotros – susurró la parte alfa de Jin Ling, abrazando de vuelta al niño, negándose a soltarlo.
Jin Ling empujó el pensamiento irracional de su alfa hasta el lado más recóndito de su mente, deshizo el abrazo y vio el rostro contento de Jiang Huang, quien abrazaba el peluche con mucho cariño.
—Gracias por el obsequio, es tan suave – agradeció, con una pequeña reverencia, siendo educado.
—Me alegra, Sizhui me contó que pensabas hacer una corona de flores para el hada de Yunmeng, creo que... podría funcionar, Sizhui y yo agradecemos tus buenas intenciones – acaricio la cabeza del menor, sinceramente arrepentido de su mal actuar – Bueno, sólo vine a disculparme, debo ir a despedirme de Sizhui, y hablar con JiuJiu, lamento interrumpir tu descanso – se disculpó de nuevo, regresando por el pasillo a su propia alcoba, dispuesto a empacar sus pertenencias.
Jiang Huang entró a su alcoba nuevamente, acostándose en su cama, abrazando el peluche de conejo blanco que Jin Ling le había obsequiado, volviendo a quedarse dormido.
Jiang Cheng despidió a todos los civiles, con el sol en lo alto del firmamento, así que se encaminó hacia la alcoba que compartía con Lan Xichen, encontrándola vacía, supuso que su esposo se había levantado de acuerdo con el horario Lan, seguramente visitando a Lan Zhan o al maestro Qiren.
Jiang Cheng suspiró ante eso, cerrando la puerta de la alcoba, dirigiéndose hacia la alcoba de su cachorro, quien despertaba de su sueño, dando largos bostezos y frotando sus ojos.
—buenos días a-niang – saludó, tomando el conejo de peluche, mostrándoselo a Jiang Cheng – ¡mira lo que me obsequio Ling-biaoge!, es un conejo – sonrió, contento – y también se disculpó por gritarme – informó, con Jiang Cheng ayudándolo a vestirse y peinarlo.
—Eso me alegra, Jin Ling se irá a Lanling Jin, deberá resolver un asunto importante que ha postergado por un largo tiempo – comentó, trenzando el cabello de su pequeño cachorro, terminando de vestirlo y peinarlo.
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En el Hanshi (Xicheng)
FanficLan XiChen lleva 5 años en reclusión. Se ha mal acostumbrado al silencio mortal que lo rodea, atormentándose a diario por el día que deje finalmente este mundo para reunirse con sus hermanos jurados. Hasta que recibe una inesperada visita. -¡HOLA...