—Sólo tu palabra de seguridad puede detenerme, pero depende de ti cuando usarla, A-Huan, una vez dicha tu palabra de seguridad tu entrenamiento se detiene por completo – explicó, con el asentimiento del Lan – ¡Manos al frente! – pidió, cual general, con el Lan estirándolas, siento atado con Zidian, mientras Jiang Cheng se acercaba al oído del primer jade, quien se ruborizó ante la cercanía – Primer día de entrenamiento – susurró, con una sonrisa de satisfacción recorriendo su rostro, introduciendo sus dedos entre las telas de Lan Xichen, tocando su piel, tersa y tibia, estremeciendo al primer jade por las caricias dadas, dando inicio al entrenamiento primaveral oscuro.
Las manos de Jiang Cheng viajaron por los amplios pectorales del líder Lan, apretándolos suavemente, escuchando un jadeo de sorpresa por su parte ante el atrevimiento del líder de lotos.
—Tal vez el líder Lan no lo sepa, pero en Yunmeng existen reglas – susurró, mientras deslizaba sus manos por los abdominales de su marido, sintiendo que las telas comenzaban a estorbarle en su tarea.
Jiang Cheng retiro sus manos del lugar, pensando como debería llevar a cabo el entrenamiento, sin herir sensibilidades, acudiendo a él una idea.
—Una de las tantas reglas de Yunmeng y la primordial, es seguir al líder – comentó, besando de manera sensual el cuello blanco del Lan, causando un estremecimiento en él, quien ronroneo gustoso al sentir los suaves labios de Jiang Cheng en su cuello.
—Yo... seguiré al líder de lotos en todo lo que decida hacer – respondió Lan XiChen con voz tersa, sonando sensual ante los oídos de Jiang Cheng, causando que siguiera el juego que tenía preparado.
—El líder Lan es un buen chico – comentó, riendo bajo, repartiendo besos húmedos por el cuello del Lan, contándolos, hasta llegar a sus hombros, limitando su grado de acción por la tela blanca, mirándola receloso, por ocultar la bien dotada figura del primer jade.
Jiang Cheng aclaró su voz, dispuesto a usar su voz de omega meloso para lograr que su esposo se quitase su ropaje estorboso. Desato a Zidian de sus manos, y lo regresó a su forma de anillo, dejándolo sobre la cómoda, mirando a su ruborizado esposo cubrir su rostro, sintiendo pena.
—El líder Lan sería tan amable de remover toda su ropa, de manera lenta, por favor – habló con voz sedosa, mientras tomaba asiento en la cama, mirando al otro retirar sus ropas.
Las túnicas superiores fueron retiradas con sumo cuidado, hasta llegar a las interiores. Para este punto, el primer jade se encontraba muy avergonzado, bajando la última túnica interior hasta su cintura, sin atreverse a retirarla del todo.
Jiang Cheng sólo pensaba en ver el par de duraznos que poseía el líder Lan, recordando lo firmes y paradójicamente suaves que eran al tacto, estando secretamente emocionado por ver la escultural figura de su esposo al natural.
—WanYin – llamó el líder Lan, volteando a verlo, llamando la atención de Jiang Cheng, quien salió de su ensoñación, mirando el rostro colorado y lleno de vergüenza de su marido, al parecer, estaba siendo demasiado para él – No puedo hacerlo, me da mucha vergüenza contigo mirando – se explicó, sumamente nervioso.
Jiang Cheng sonrió divertido, azotando una fusta que tenía cerca de la cama, ocasionando un brinco involuntario por parte del Lan, sin atreverse a moverse de su lugar.
—Retírese la túnica lentamente, ¡por favor! – pidió una vez más, con su voz melosa de omega, viendo como el líder Lan la dejaba caer con suma lentitud, bajando la mirada, sumamente avergonzado por que su marido lo viese en ese estado.
Jiang Cheng azoto la fusta dos veces más en el suelo, levantándose de la cama, caminando con pasos seguros y firmes hacia Lan XiChen, quedando frente a éste, a pesar de lo avergonzado que estaba el otro por mirarlo.
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En el Hanshi (Xicheng)
FanficLan XiChen lleva 5 años en reclusión. Se ha mal acostumbrado al silencio mortal que lo rodea, atormentándose a diario por el día que deje finalmente este mundo para reunirse con sus hermanos jurados. Hasta que recibe una inesperada visita. -¡HOLA...