—¡Aquí deben estar los talismanes! – comentó Huaisang, mirando el primer sótano, sudando un poco, colocando a Lin Zhen y Lan Huan en sus respectivas formas animales en unos cojines apilados, permitiendo que descansaran
—Líder Nie, ¿Por qué alguien pondría talismanes Zuanshi en el sótano? – pregunto Xiao Ju, buscándolos por la habitación
—Es por la estructura de la fortaleza principal, está construida de tal manera que conforme van colocando las piedras encima una de otra, estas se van conectando, creando un entramado en la estructura, conectando todos los pisos entre sí, de modo que si colocas un talismán Zuanshi desde el sótano, toda la estructura quedara protegida sin necesidad de colocar varios talismanes en cada piso, como se haría normalmente en lo que era la fortaleza de Quishan Wen, desperdiciando recursos y energía – contó, orgulloso de su conocimiento.
—¡Oh!, tiene lógica para mí, en verdad la estructura de QingHe Nie es algo de admirar – comentó ella, buscando entre las vigas del techo, mientras Huaisang buscaba en el suelo, apartando estantes y cajas llenas de uniformes viejos.
Lin Zhen despertó en su forma de cierva, dándose cuenta de que se hallaba en el primer sótano de la fortaleza, viendo a Xiao Ju y su esposo buscar algo entre el piso y las vigas de la habitación. Lin Zhen miró hacia la pequeña chimenea que infundía calor al lugar, mirando entre la leña y el fuego, algo brillante
—Huaisang – llamó ella, mirando la chimenea con insistencia, teniendo el presentimiento de que, si apartaba la vista, el objeto se iría.
—Ahora no, lao-po – respondió Huaisang, mirando por detrás de los estantes con artilugios viejos y pergaminos antiguos.
—Huaisang – volvió a llamar, retornando a su forma humana, estando sin ropa, indicando que su energía espiritual se estaba restableciendo poco a poco. Lin Zhen desvió su mirada hacia una caja con telas de colores, por lo que se levantó sin tardanza, hurgando entre las telas, colocándose un uniforme en color marrón y un par de sandalias – El talismán... está en el fuego – indicó, acercándose un poco, llamando la atención de su esposo.
Sin tardanza, Nie Huaisang toma unas pinzas atizadoras y retiro uno de los talismanes con cuidado. El otro talismán se encontraba atorado entre una ventana y una roca saliente demasiado filosa, siendo retirado con cuidado por Xiao Ju.
Una vez en sus manos, Lin Zhen absorbió su energía, llevándole algunos minutos, dejándolos inservibles, esperando que pudieran salir después de ello.
Debían darse prisa mientras tuvieran esa ventaja.
Mientras ellos buscaban los talismanes para retirarlos, Jin Ling, Jingyi y Sizhui se unieron a la lucha sin tardanza, manejando sus respectivas espadas, cargando con Chenqing y Wangji.
—¡Sizhui! – llamó Jingyi, mientras lo veía asentir, realizando un ataque conjunto con sus espadas, clavándolas en el cuello del líder Zhâo, separando su cabeza de su cuerpo, sangrando un poco, pero a pesar de eso, seguía luchando.
—Están a mil años de poder derrotarme – afirmó, con su cabeza tocando el suelo, mientras que su cuerpo, dirigió su espada a gran velocidad hacia la cabeza de Jingyi, quien se hallaba distraído.
Suihua se movió con habilidad, apenas desviando el ataque de la gran espada del líder Zhâo, mientras las espadas de Sizhui y Jingyi regresaban hacia ellos, en posición defensiva. Tenían que admitir que la situación en la que se hallaban era por demás surrealista.
El cuerpo del líder Zhâo tomó su cabeza y volvió a colocarla en su lugar, como si no se la hubieran cortado antes, viendo como volvía a unirse con el resto de su cuerpo, sin daño alguno.
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En el Hanshi (Xicheng)
FanfictionLan XiChen lleva 5 años en reclusión. Se ha mal acostumbrado al silencio mortal que lo rodea, atormentándose a diario por el día que deje finalmente este mundo para reunirse con sus hermanos jurados. Hasta que recibe una inesperada visita. -¡HOLA...