Capítulo 9: Intentarlo "Maratón 3/3"

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Hola mis amores último capítulo del maratón quedó uuuuy para morderse las uñas, en fin sean felices jijijijiji :3

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Capítulo 9: Intentarlo

Éleonor al escucharlo sonríe y luego expresa divertida.

- Mi padre te mataría.

Andrew que tenía su mano en el pecho de la chica que le gustaba siente que su parte baja comenzaba a reaccionar y algo ansioso responde.

- Me arriesgaré.

Éleonor que sujetaba la mano del príncipe hace que acaricie más sus senos que estaban protegidos por una camisa y vendas, todo para que no le molestaran en el viaje. Esta entonces se gira un poco y mirándolo a los ojos le dice.

- Eres demasiado inocente y si digo que quiero un amante con experiencia.

Andrew que la ve levantarse, este la sujeta de la mano y la jala hacia él obligándola a que se sentara encima suyo mientras decía.

- Me esforzaré.

Ella se ríe y expresa.

- Ni siquiera lo niegas.

Este que se acerca a la condesa vuelve a besar su cuello, no intentó hacerlo en sus labios, porque temió ser rechazado una tercera vez y mientras dejaba un beso cerca de la abertura de la camiseta susurra.

- Siempre quise estar contigo no con otras mujeres.

Andrew entonces posa sus dos manos en el pecho de ella, los acaricia y la sigue besando por todas partes, Éleonor que sentía como el calor iba aumentando, pudo notar el bulto debajo suyo. Y en el instante que siente como las manos masculinas se deslizaron por debajo de la ropa, esta aprieta sus labios, todo estaba yendo demasiado lejos y lo que la hacía tener más miedo era sus propios deseos, ya que deseaba que siguiera tocándola, que la besara con pasión y que sus cuerpos se unieran, pero sus dudas, sus sueños, sobre todo el pensamiento de estar encerrada en un palacio y lo que significaba entregarse a este hombre, la detuvieron, y toda diversión y pasión que antes sentía desapareció, por eso con voz grave le dice.

- Detengámonos.

- ¿Qué?

Ella lo aleja y entonces se levanta, se arregla su ropa y mirando a su amigo, le dice.

- Solo quiero pensar un poco más sobre ello.

El príncipe se quedó pasmado ante lo que escuchaba y Éleonor agrega.

- Me iré primero, es mejor que te calmes.

Este se pone de pie y al verla irse, alza su voz llamándola.

- ¡Éleonor!

El alcohol había desaparecido casi por completo del sistema de la condesa y todo estaba yendo en una dirección de no retorno que la hizo dudar. Andrew era atractivo y un buen hombre, era una mentira si ella dijera que no le gustaba o que no sentía deseo por él. El tema era que Andrew era un príncipe jamás podrían tener una relación sin pensar en el futuro, sobre el hecho que estuviera tan enamorado, Éleonor no estaba segura si podría lidiar con ello.

Cuando eran niños todo era más sencillo, ella no sabía qué había cambiado en esos dos años, siempre le había gustado, pero jamás sintió esa sensación de ansiedad y calor, lo deseaba, pero lo peor no era aquello sino el hecho que su corazón latía como un loco. Esa noche Éleonor huyó y sí era una cobarde.

La línea que con tanto esmero había intentado de dibujar ahora se estaba desvaneciendo, provocando que todo su mundo se remeciera.

Andrew cuando estuvo solo, se lanzó al pasto y suspiró profundamente, sobre todo porque su parte baja no se calmaba, estuvo mirando el cielo por largo tiempo, toda su valentía había quedado en nada, mañana tendría que ver como ella reaccionaría, tal vez lo ignoraría o quizás si le daba un poco de espacio tendría una respuesta, pero lo cierto es que al día siguiente, Éleonor se comportaba como si nada hubiera ocurrido, lo cual hizo que el ego del príncipe fuera golpeado.

Lo que quedó de viaje no fue muy diferente fueron en vano sus intentos de hablarle, algún día tendría que rendirse de intentarlo, él lo sabía no podía estar siempre arrastrándose a sus pies, pero de momento seguiría dando todo de sí mismo.

La comitiva había avanzado más de la mitad del camino y esa mañana varios salieron a cazar, habían pasado un par de horas y Liam que se había separado del grupo pudo escuchar como su hermana discutía con el príncipe.

- Por favor, Andrew, solo detengámonos.

El joven la seguía y le decía algo molesto.

- ¿Por qué? ¿A qué le tienes miedo? Sé que te gusto ¿Cuál es el problema?

Liam Deburk que se esconde detrás de un árbol sostiene su arco y solo se desordena el cabello, esos dos se comportaban como el agua y el aceite esos últimos días, ahora comprendía la razón, conocía bien a su hermana, siempre al príncipe lo había tratado diferente, era al que más cuidaba cuando eran pequeños y con quien más sonreía, pero también comprendía que ella se marchitaría si entrara al palacio, Éleonor disfrutaba de la aventura, de las batallas, de divertirse, sabía bien cómo hacer la administración de un territorio, era inteligente, pero ese tipo de cosas no la hacían feliz.

Por otra parte, Andrew había perdido dos años, se intentó alejar, dios sabía que había intentado olvidarla, pero fue lo contrario no dejaba de pensar en ella, la amaba con sinceridad y sería capaz hasta de cambiar las normas de palacio para tenerla a su lado, cuando se había preparado la fiesta de debutantes y entrega de títulos, decidió que se esforzaría una última vez sin rendirse, no deseaba tener arrepentimientos como los sintió durante esos dos años. Por eso, no pudo evitar que ciertas palabras que había reprimido por tanto tiempo salieran en ese instante.

- Éleonor, te amo.

La condesa que lo miraba a los ojos, junta sus labios sintiéndose algo culpable por provocar una expresión de dolor en él, esta se acerca en ese momento, toca sus mejillas y expresa con voz suave, era dura, parecía estarlo insultando, pero ese no era el caso en el fondo.

- Eres un tonto ¿Por qué lloras por algo así?

Éleonor acaricia sus mejillas, seca sus lágrimas, sabía bien que él estaba frustrado y lo escucha decir.

- No quiero que busques a alguien más, seré lo que quieras así que elígeme.

Ella sonríe, pero algo de tristeza se asomaba en sus ojos, entonces expresa con cariño.

- No deberías ser así, deberías estar odiándome, resintiéndome por rechazarte tantas veces desde que nos conocimos.

Andrew que sujeta la mano de ella y apoya su mejilla en su palma cierra sus ojos, y expresa.

- Jamás podría odiarte.

Ella que lo observaba le pregunta.

- ¿Cómo puedes seguir siendo adorable si eres un adulto?

- No lo sé.

Éleonor lo ve abrir sus ojos y luego observa como él dejaba un beso sobre su mano, ella en ese momento relajó su cuerpo por inercia y solo dijo con suavidad.

- Está bien intentémoslo.

El príncipe que abre sus ojos por la sorpresa, se endereza enseguida y sin soltar su mano, pregunta.

- ¿Lo dices en serio?

- Sí.

Liam pudo verlos abrazarse y que sus ropajes estaban hecho un desastre, no estaba seguro lo que había sucedido, pero era obvio que ese algo hizo que su hermana ablandara su corazón, tampoco tenía deseos de interrumpirlos, era cierto que molestaba a Andrew, pero en el fondo le deseaba la felicidad tanto como se lo deseaba a su hermana. Ese día como nunca se alejó de ellos y estaba seguro que pronto se enteraría de todo por boca de su gemela, de eso no tenía dudas.

El príncipe quiere domarme #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora