Capítulo 58: Celos

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Hola mis solecitos, he estado media desaparecida porque tengo un poco malo el pc, algunas teclas se pegaron y tuve que cambiar la funcionalidad por otra y no me acostumbro al cambio jajaja lo que es la pobreza xD

 En fin espero que les guste el capi está más larguito de lo normal :3

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Capítulo 58: Celos

La mansión de los Deburk era un caos en esos días, Éleonor, que esquivó a los gemelos que pasaron con rapidez al subir las escaleras, los llamó enojada mientras sujetaba a su hijo en sus brazos.

- ¡Evan, Eliot! ¡Deténganse ahí!

Los gemelos que solo le echaron una mirada con una sonrisa, siguieron corriendo al ver a su hermana Maribeth quien los perseguía roja de rabia.

¡Devuélvanme mi muñeca, ahora!

Al final, Éleonor Deburk, suspiró y movió la cabeza, mientras que Nathaniel repitió mientras apuntaba hacia los niños.

- Malo, malo.

Éleonor, que acomodó a su hijo asintió enseguida y dijo.

- Sí, es malo correr por las escaleras y pelear, pero mi Nathaniel no haría algo así.

El pequeño sonrió y ella acercó su mejilla hasta la de él y entonces lo roza con suavidad mientras movía su rostro y lo hacía reír aún más.

- Sí, mi Nath es una ternura.

Al final ella bajó las escaleras y lo dejó en el suelo cuando, Adara hizo una seña para que él fuera hacia ella, al final el niño con pasos algo desordenados corrió hasta ella, Adara que estaba agacha al abrazarlo miró hacia su hermana y le dijo.

- Pronto saldremos, el señor Lucas, ha dicho que se encargará de llevar a los más pequeños a ver el festival ¿Vendrás con nosotros?

- No creo poder hacerlo, hoy es el séptimo día del baile real, al menos deberían asistir los hijos mayores de los Deburk a palacio.

- Mmm, tienes razón.

La condesa, en ese momento al observar cómo, Nath, le mostraba a su tía un auto de madera, le dice a su hermana.

- ¿Qué tal si llevas a Nathaniel con todos los demás? De todas formas se aburriría quedándose en casa con su niñera.

Adara Deburk, que se levantó y dejó explorar a su sobrino por el vestíbulo, asintió enseguida y respondió.

- Sí, me parece bien y no te preocupes por la noche yo misma me encargaré de hacerlo dormir.

Al final Éleonor, dejó a su hijo salir con su tía y cuando vio partir a todos sus hermanos, se acercó hasta el mayordomo de los Deburk y preguntó.

- ¿Esta mañana ha llegado alguna carta para mí?

El hombre contestó enseguida de manera educada.

- Sí, mi señorita justamente le iba hablar sobre ello, la iré a buscar enseguida.

El príncipe quiere domarme #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora