Segundo capi del día y si agárrense que está potente el capi, preparen sus corazones xd
PD: Nos vemos en los comentarios (T ▽ T)
Capítulo 38: Vacía
Un año antes.... El día que llegó al ducado Deburk, Éleonor fue abrazada con fuerza por su madre, su hermana Adara no pudo evitar llorar al verla. La joven fue apretujada por toda su familia, mientras que Liam, a unos metros se reía a carcajadas al ver a sus hermanos colgar de ella. Fue así hasta que los gemelos Evan y Eliot posaron sus ojos en él, esos dos diablillos cada uno se sujetó de sus piernas, impidiéndole moverse. La duquesa, por su lado ignoró a los pequeños y abrazó a su hijo mayor.
Liam y Éleonor se miraron entre sí, al ver que toda la familia parecía un mar de lágrimas y los que no, se pegaron a ellos como un chicle, parecía un batallón detrás de ellos, doce hermanos era demasiado.
Al final todo se calmó un poco, cuando se encerraron en el salón de la duquesa.
- Mis bebés, están más delgados ¡Debieron sufrir mucho!
Éleonor Deburk, negó con su rostro y solo dijo con frialdad.
- Estamos bien, no deberías preocuparte, madre.
Su gemelo por el contrario posó su cabeza sobre el hombro de la duquesa y le dijo con fingida voz.
- Madre, fue el infierno, te extrañaba no sabes cuánto.
Adara, que vio a su hermano mayor abrazar a su madre y decir otras zalamerías, se tapo un poco su rostro para sonreír, mientras que Éleonor, parecía tener mal carácter, por eso se levantó del sillón del salón y dijo.
. Estoy cansada, iré a mi habitación.
Laura Deburk, que miró la taza de té intacta al igual que los pastelitos, le dijo.
- Pero no has probado nada.
- No tengo hambre ¿Puedo irme ya?
La duquesa que jamás la había visto de tan mal humor, terminó por dejar ir a su hija. Liam Deburk, suspiró y cuando estuvieron a solas, expresa.
- No, tomen apecho sus palabras, ha experimentado demasiadas cosas, necesita de tiempo para volver a ser la misma de siempre.
Este al terminar de decir eso, se levanta y se excusa.
- Creo que también iré a descansar, pasaré por la habitación de mi hermana y conversaré un poco con ella, pueden estar tranquilas, disfruten un poco más la hora del té.
La duquesa que tenía en sus manos su abanico, tenía una expresión preocupada, pero aún así, le dio permiso a su segundo hijo para retirarse.
Adara Deburk, por su lado se quedó al lado de su madre, la calmó diciendo que no pasaba nada, que Éleonor, estaba bien, que era solo su primer día.
Liam, subió las escaleras de la mansión y caminó por varios pasillos, nada en esa casa había cambiado ni siquiera sus hermanos, habían juguetes por todo el suelo y algunas doncellas intentaban calmar a Caris de tres años quien lloraba, porque los gemelos la habían empujado mientras jugaban con ella.
El joven ignoró este hecho y siguió avanzando hasta las habitaciones que eran de ellos, eran las más alejadas, de los otros pequeños.
Tocó la puerta y al abrirla, se encontró con una imagen a la cual comenzaba a acostumbrarse. Éleonor, estaba enrollada sobre la cama y lloraba desconsolada. Liam, se sentó a su lado y acarició su espalda.
- Aagh .... Aagh...
- Respira despacio, ya pasará Ele.
Su hermana se había vuelto una mujer inestable en esos meses, no lograba dormir, comía poco, sufría de ansiedad y lloraba sin razón. Mientras estuvo ocupada en Oriente se mantuvo bien, pero luego en el viaje, todo empeoró.
Liam terminó por acostarse a su lado, tomó de su mano cuando ella dejó de llorar y Éleonor, que estaba frente a su hermano de repente le preguntó.
- ¿Crees que estaré mejor?
- Lo estarás, Ele. Estás en casa.
La pelirroja escondió su cabeza en el pecho de su hermano, mientras que este acariciaba su cabeza.
- Intenta dormir, me quedaré contigo.
Liam, se quedó a su lado hasta que al fin ella cerró por completo los ojos, solo por una semana pudo ocultar el estado de su hermana.
Una semana para que la vida Éleonor terminara por darse vuelta por completo, era la hora del almuerzo, la joven luchó por comer la comida de su plato, su rostro se fue poniendo cada vez más pálido, el ruido en la mesa hacía que su cabeza palpitara, mareo, ese mareo que hacía que no pudiera probar bocado.
La pelirroja se llevó la cuchara de la sopa hacia la boca y entonces soltó el utensilio, todos los presentes dejaron de hablar y vieron el momento, que esta corría lejos del comedor.
Liam, se levantó al mismo tiempo y la duquesa lo siguió unos pasos atrás.
Éleonor corrió lejos de la mansión hasta llegar a los establos, fue ahí que vació su estómago detrás de unos árboles, odiaba que la estuvieran mirando, así que aguantó hasta que vio que ningún sirviente andaba cerca.
Se sentía asqueada, cansada y con un dolor que desgarraba su corazón, no era algo solo físico, sino que su mente estaba por quebrarse.
Liam Deburk, que se acercó a ella, se agachó, tomó su cabello y acarició su espalda.
- Todo está bien.
La duquesa, que vio la escena, no se atrevió a acercarse, su hija lloraba en los brazos de su hermano, le daba golpes como si estuviera enojada mientras que Liam se mantenía recibiendo todo su dolor.
No fue hasta que, Éleonor, se desmayó que la duquesa corrió al lado de sus hijos, Adara que vio a Liam tomar a su hermana en brazos, preguntó a la duquesa cuando estuvo a su lado.
- ¿Qué sucedió?
Su madre, solo negó con su rostro y solo dijo en tono preocupado.
- Aún no lo sé.
Adara Deburk, fue quien buscó a la doctora de la familia, Luoisa Griffin fue guiada hasta la habitación de Éleonor Deburk, quien ese momento estaba consciente, estaba reacia a ser revisada.
- ¡Estoy bien, no lo necesito!
La duquesa, se acercó hasta su hija, quien estaba con los brazos cruzados y furiosa, toma su mano y le dice.
- Mi cielo, no puedes seguir así, solo has estado una semana y casi no comes, cada vez te ves más delgada y pálida.
- Yo...
- ¡Eleonor!
La joven cerró sus labios por un segundo y miró el rostro de su madre quien estaba preocupada, entonces bajó la mirada y dijo decaída.
- Está bien.
Al final todos salieron de la habitación, solo la duquesa Deburk se mantuvo junto a su hija. La doctora tomó su pulso, observó su boca, ojos y oídos, Luego Éleonor, apretó sus labios con impotencia cuando tuvo que abrir sus piernas. La doctora, entonces dijo unas palabras, la joven tenía la vista pérdida, un pitillo resonaba en su cabeza, hasta que de su boca se escucharon lamentos, Laura Deburk, abrazó a su hija, quien estaba por completo destrozada, ocultó su rostro en el pecho de su madre.
- Aaagh... Nooo..... Aaaagh,
Gritos desgarradores salieron de la joven, vergüenza y desesperación, era todo lo que quedaban en ella, lloró hasta que ya no tuvo lágrimas, hasta que su corazón quedó desprovisto de toda emoción, hasta que su mente ya no fue de ella, sin sueños, sin esperanza, ahora solo era un cuerpo sin vida, era nada.
ESTÁS LEYENDO
El príncipe quiere domarme #2
RomanceÉleonor, la hija mayor del ducado Deburk, es una mujer rebelde, exótica que prefiere estar en un campo de batalla que en la alta sociedad... Los rumores dicen que viene de una familia bárbara y no está tan lejos de la realidad. El príncipe Andrew es...