Capítulo 57: Una propuesta

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Redobles de tambores aquí el segundo capi del día jijijiji 

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Capítulo 57: Una propuesta

Durante la velada del quinto día de celebración y el día siguiente nadie pudo ver al príncipe en las festividades, este dio una excusa vaga por su inasistencia. Los rostros de los reyes durante las siguientes noches no eran las mejores y Rodolfo Deburk junto a su esposa se dieron cuenta, por eso, Laura Deburk, se acercó a sus hijos y les advirtió.

- Intenten no sobresalir y comportarse.

Esa última frase fue dirigida a los gemelos Eliot y Tristán, quienes asintieron y dijeron en voz baja y con desgano.

- Sí, madre.

Liam Deburk, por su lado, posó sus manos sobre los hombros de sus dos hermanos y entonces dice.

- Yo me encargo de ellos, madre, así que no te preocupes.

Adara Deburk, por su lado estaba sujetada de su hermana mayor, desde que habían llegado a la capital no había tenido tiempo para conversar, ya que tuvo que acompañar a la duquesa quien deseaban ver a su hermano y amiga, la casa era de los tíos James Hartford y Erin Hartford, el matrimonio tenía tres hijos, Félix de diecisiete, Octavio de trece y Luz María de siete años.

Esa noche la pareja había asistido, para acompañar a la duquesa. Sobre todo el conde James Hartford, tenía una gran sonrisa al poder estar al lado de su hermana Laura Deburk.

Al final, Félix Hartford, quien fue el único de sus hermanos que tenía la edad para asistir a palacio se pegó a sus primos, quienes se dirigieron a los jardines.

Erin, por otro lado, se acercó a su vieja amiga quien ahora era su cuñada y escuchó sus preocupaciones de que sus hijas mayores aún no se casaban.

Éleonor y Adara, caminaron del brazo por el salón mientras conversaban.

- Hermana, dime ¿Qué sucedió con el marqués Edrick de Winstorn? Lo último que me dijiste es que intercambiaban cartas.

Adara Deburk, intentó mantener la compostura, pero al hacer una sonrisa no pudo ocultar su tristeza.

- No he sabido nada de él desde hace nueve meses, la última vez dijo que no escribiría más, que debía centrarse en su territorio y que no era bien visto que mantuviera amistad con una señorita soltera.

Al escuchar a su hermana sintió como el fuego subía desde su interior e intentando contenerse le preguntó.

- ¿Por qué no me habías dicho?

Adara, niega con su cabeza y expresa.

- Tenías tus propios problemas, no quería agobiarte con algo sin importancia.

El príncipe quiere domarme #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora