Éleonor, la hija mayor del ducado Deburk, es una mujer rebelde, exótica que prefiere estar en un campo de batalla que en la alta sociedad... Los rumores dicen que viene de una familia bárbara y no está tan lejos de la realidad.
El príncipe Andrew es...
Este capi se viene fuerte se los advierto, respiren profundo 1,2 y 3... bueno, como dije antes vendrá una gran tormenta que seguirá por unos cuantos capis más :v
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Capítulo 27: Dignidad pisoteada
El príncipe Andrew desde que había vuelto a la capital de Arrendel, se había encargado de todos los asuntos de estado, el rey permanecía postrado en cama y aunque se había salvado de milagro, el veneno había hecho estragos en su cuerpo debilitándolo.
La reina Beatriz, por su lado, ayudó en todo lo que pudo a su hijo y hasta lo instó para que sentara cabeza, pero su hijo se negaba una y otra vez.
- Andrew, en estos tiempos caóticos lo más inteligente es fortalecer tu posición, si te casas con la princesa Elmira del país vecino Calos, tendríamos un aliado fuerte.
El príncipe que era arreglado por un sirviente, en un momento lo detiene de ordenar la capa y dice.
- Puedes retirarte.
Al estar a solas miró a su madre y le dijo con calma.
- Padre, pronto mejorará, no hay razón para fortalecer mi posición, solo lo estoy supliendo por un corto periodo de tiempo.
La reina que dio un paso hacia él, alzó su voz intentando hacerlo entrar en razón.
- ¿Oyes lo que dices? ¿Hasta cuando te aferrarás a la idea de estar solo? ¿Cuándo superarás...?
Andrew no deseaba escuchar aquel nombre que hacía que su pecho se apretara, por eso interrumpe a su madre replicando.
- ¡Madre, creo que es momento que te retires! ¡Pronto tendré una reunión con los cuatro duques!
La reina Beatriz, apretó sus labios con fuerza y ofuscada hizo girar su vestido dándole la espalda antes de irse.
El príncipe, al estar a solas, se sentó sobre su cama, se agacha y apoya su frente sobre sus manos. Apretó la mandíbula al pensar que ya habían pasado unos meses y que Éleonor cada vez estaba más cerca de casarse. Fue demasiado tarde cuando se enteró que el marqués Liam estaba cautivo en Amunarat y con el paso del tiempo las relaciones diplomáticas se fueron tensando cada vez más, al igual que su relación con el duque Deburk.
Andrew, al enterarse de la verdad pudo comprender las cosas que habían sucedido en el pasado, pero el resentimiento en su corazón se mantuvo como una constante, Éleonor jamás confió en él y el duque lo trató como un tonto, no podía dejar de lado su orgullo. Ambos hombres se enfrentaron varias veces y su relación se quebró cuando el príncipe ordenó cerrar las fronteras con los reinos orientales, mandando tropas para defender los límites, el duque fue uno de los que se opusieron con vehemencia pidiendo que esperara hasta que se celebrara la boda entre las dos reinos, pero no había tiempo para eso, Andrew, debía velar por la seguridad de su pueblo. Algo que Rodolfo Deburk comprendía, pero no aceptaba, ya que su hija también era importante.