El príncipe quiere domarme #2

Capítulo 44: Dulce amargura

Lo prometido es deuda, por eso aquí vengo a dejar este capi, está un poquito fuerte, pobres de mis bebés, ambos están sufriendo, pero bueno ya veremos como todo se desarrolla, preparen sus corazones xd

PD: Recuerden dejar sus votitos y  nos vemos en los comentario ¿Qué piensan de todo? Me encantaría ver sus opiniones ^-^

Capítulo 44: Dulce amargura

Los vítores de la gente y papelitos de colores fueron lanzados por los aires, todo parecía ser un carnaval, la guerra había acabado y el príncipe había hecho grandes contribuciones para la corona.

Andrew, debía mantener una apariencia pulcra y relajada ante la gente, dar una sonrisa que otra, debía fingir que todo estaba bien cuando en su interior sentía como si un huracán hubiera pasado encima de él.

No podía sacarse la imagen del niño de su cabeza y de Éleonor ¿Un Hijo? ¿Ella tenía un hijo? Creyó que nada lo podría estremecer, pero se equivocó. Se preguntó una y otra vez si lo que vio era cierto, y luego cuando asimiló lo que había pasado, una disyuntiva se le vino a la mente ¿Quién era el padre? ¿Ella tenía pareja? ¿Se había casado?

Sentía que todo se desmoronaba, todo lo que había planeado, el olvidarla, el mantener su dignidad, creyó con ingenuidad que todo estaba en el pasado, casi dos años de no verla y se sentía tan humillado como cuando ella le dijo que se casaría con otro. Resentimiento e ira se arremolinaban en su interior.

Ahora estaba seguro que no podía seguir así, debía cortar de raíz todo sentimiento por ella, ya fuera amor u odio, era momento de realizar las cosas con la mente fría.

Al terminar la procesión, miró al duque quien estaba con una expresión tan alterada como la que él intentaba esconder. Al parecer, Rodolfo Deburk, no tenía conocimiento sobre ello, sobre ese niño.

Al llegar a la mansión del gran ducado, el patriarca de la familia se acercó a su esposa quien lo había saludado con un abrazo y un beso en la mejilla, entonces vio a su pequeña, su última hija concebida, Alisha, la cual ya tenía dos años cuatro meses, la última vez que la había visto era una pequeña de seis meses, la pequeña se asustó al verlo y abrazó a su madre mientras escondía su rostro.

El duque, solo acarició su cabeza y sonrió, luego le dijo algo a su esposa en el oído, la mujer le respondió algo y entonces el rostro de Rodolfo Deburk se desfiguró.

El príncipe, algo podía suponer de lo que hablaban y aunque tenía curiosidad no intentó acercarse.

Luego de eso, los jóvenes amos Deburk se fueron abalanzando hacia su padre, sobre todo los más pequeños, se notaba que extrañaron a su padre.

Caris la hija que continuaba a la más pequeña, mostraba su mano mientras decía.

- Papá, me he portado bien y ya tengo cinco años.

- Mi niña es toda una adulta ¿Cierto?

- Sí, Caris ya no es una niña.

La pequeña sonreía en los brazos de su padre y los gemelos de 10 años Evan y Eliot se empujaban entre ellos para poder acercarse a su padre, seguían siendo unos diablillos.

Que al final tuvo que dejar a la pequeña y tomar en sus brazos a los dos niños que se pelaban y se sujetaban a los pantalones de su padre.

Maribeth que ya tenía once años se mantuvo calmada junto a su madre, intentaba mostrarse como una señorita madura, pero aún sostenían un oso de felpa entre sus brazos, parecía ansiosa que llegara su turno de ser abrazada, Davyna de trece años a diferencia de sus hermanos mantuvo la compostura en todo momento al igual que la duquesa.