Capítulo 30: Desgracia

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Hola mis bellos lectores, la creatividad volvió así que aquí estoy, eso sí les advierto se viene fuerte el capítulo, están advertidos 

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Capítulo 30: Desgracia

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Capítulo 30: Desgracia

Esa mañana el príncipe Andrew estaba de muy mal humor, todos en la sala de consejos se dieron cuenta y el duque Deburk, no dijo ninguna palabra mientras que otros discutían los intereses del reino. La mayoría de los nobles ignoraban este hecho, pero otros de soslayo observaban a su alteza y luego se giraban hacia el duque, parecía que ambos no se dignaban ni siquiera a mirarse y aún más ese día.

Al finalizar la reunión, Rodolfo Deburk salió del lugar haciendo una simple reverencia y entonces se alejó sin mirar atrás, Andrew al ver al último noble salir de la habitación soltó con irritación algunos papeles. Pronto su día empeoraría, aunque él no lo sabía en ese momento.

Entonces la puerta fue tocada y el príncipe dio su permiso para que entraran, Lucas Dowelo traía en sus manos una carta urgente de la frontera, la cual la entregó enseguida, Andrew al tenerla entre sus manos la abrió enseguida y al leerla su rostro se oscureció más de lo que ya estaba, entonces mientras apretaba los dientes conteniendo su ira expresó.

- El reino oriental ha atacado la frontera...

Lucas abrió sus ojos con sorpresa y solo atinó a preguntar.

- ¿Qué piensa hacer su alteza?

Andrew arrugó la hoja con fuerza y dijo intentando que su voz se escuchara calmada.

- Infórmale al duque Deburk y tráelo ante mí.

El soldado iba a decir algo, pero al ver la expresión del príncipe, cerró sus labios y luego solo dijo.

- Si, su alteza.

Lucas al cerrar la puerta pudo escuchar que algo se rompía dentro del despacho, pero siguió su camino, ya que era algo demasiado urgente para perder el tiempo.

El príncipe que se levantó de su asiento, dio una patada a la silla lanzándola lejos, mientras decía.

- ¡Ese bastardo...!

Pronto Andrew sintió como su corazón era invadido por la ansiedad y la preocupación, ya que ese mismo día Éleonor se casaría con el rey Farid, no era una coincidencia que el reino oriental atacara. Andrew, entonces con rabia dijo.

- ¿Por qué? ¿Por qué ella nunca me pidió ayuda? ¿Por qué no confió en mí? ¡Eleonor, de qué sirve que te cases ahora! ¡Esto es una mierda!

Se movió por su despacho como león enjaulado y dio puñetazos a las murallas de piedra, en todos esos meses jamás recibió una carta de ella, nunca le dijo que estaba cautivo su hermano Liam, era un tonto por esperar algo de ella.

El príncipe quiere domarme #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora