53: Reconstruir el Muelle del Loto (1/3)

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Wei WuXian se quedaría sin plumas si volvía a competir con los niños sobre quien era capaz de poner un puchero que hiciese retroceder al felino en sus órdenes y gruñidos. Y encima había tenido que amenazar a XiChen con arrancarle las pelotas si se unía al grupo. Lo único divertido fue que realmente Lan WangJi se unió a las payasadas de su hermano, y mientras XiChen aseguraba que estaba haciendo todo un puchero, WanYin apenas notaba la diferencia en su expresión. Todos miraron a XiChen como si le hubiese salido rasgos animales perrunos de la nada. JingYi tenía una interrogante completa en la cara y Yuan movió las orejas como si una mosca le hubiese rozado. El único que realmente le miraba tratando de encontrar los signos que XiChen detectaba, era Wei WuXian. WanYin acabó por usar ese momento de distracción para huir.

El híbrido realmente se estaba tomando su visita como unas vacaciones y pretendía que los demás jugasen con él todo el tiempo. ¡Como si WanYin no tuviese absolutamente nada más que hacer que jugar con él! Yuan y JingYi estaban encantados, por supuesto, al igual que la rémora babeante de Lan WangJi, pero WanYin casi agradecía cuando se hacía de noche y podía quedarse a solas con JingYi y XiChen y disfrutar de su calmada rutina diaria.

Y una parte de ello era porque mientras Wei WuXian no estuviese a la vista no se acordaba constantemente de que todavía tenía que ofrecer sus respetos a los antiguos habitantes del Muelle del Loto. WanYin sólo había mencionado de pasada que quería hacer una ceremonia para honrar a los muertos y la reacción de Wei WuXian le hizo desestimar pedirle ayuda para realizarla. Desvió la conversación hacia los lotos. Le planteó si realmente iba a recuperar también el cultivo de la parte este del lago para su comercialización en los hoteles, como sus padres habían hecho antes. Fue entonces cuando decidió que no necesitaba saber que los Lan se habían ocupado del cuerpo de su padre y de devolverle los pocos objetos personales recuperables que le habían pertenecido.

Por lo visto, Wei WuXian había decidido que tras su "muerte en batalla", ya no pertenecía al clan Jiang, y que estuviese contaminado de energía resentida le eximia de tratar de comportarse como la parte de su familia que se suponía que era. La conversación no tardó en salirse de control cuando Wei WuXian preguntó si la próxima visita mensual podía hacerla en el Muelle del Loto. WanYin se enfureció por completo y acabaron a gritos. Lan QiRen tuvo que intervenir para separarlos y conseguir que no acabasen a zarpazo limpio. WanYin se sentía traicionado, y Wei WuXian inmerecedor de volver a ocupar el puesto que WanYin ansiaba que ocupase. Ambos tenían sus motivos y razones para sentirse de aquel modo, pero se mostraban incapaces de entender la posición del otro.

Por mucho que YanLi suspirase y admitiese que eso no era nada nuevo en su relación de hermanos, XiChen no se quedó más tranquilo al respecto. Era preocupante que no pudiesen sentarse a hablar de las cosas calmadamente y tratando de entender al otro, ponerse en sus zapatos y tratar de mirar objetivamente todos los puntos. Puede que no pudiesen aprobar la forma de proceder del otro, eso era entendible, pero no comprenderse entre ellos, era absurdo. Ambos salían heridos de aquellas peleas y sin llegar a entender la situación por completo. Las energías de Wei WuXian se desestabilizaron tanto después del altercado que el grupo de los Wei decidió finalizar su visita antes de lo previsto.

Wei Qing se encargó de aclarar que WuXian seguía bastante afectado por la energía resentida y que cualquier cosa le hacía explotar con suma facilidad hacia la ira o la tristeza absoluta. Y cuanto más se alteraba peores consecuencias tenían dichas energías para su cuerpo y su mente. Y por tanto, también las consecuencias directas para el cuerpo y la mente de su hermano, ligado al híbrido. Así que, sintiéndolo mucho, y hasta que ambos hermanos consiguiesen tenerse algo de paciencia el uno con el otro, lo mejor sería minimizar los contactos. No estaban en condiciones de revertir todo el trabajo de limpieza de un mes en tan solo unas horas. Ambos tendrían que aprender a limar asperezas de otro modo antes de volver a reunirse, y desde luego, volver a hacerse daño de aquel modo. Ninguno de los dos estaba exento de responsabilidad en aquello y ambos debían cambiar su actitud. Tenían que empezar a comportarse como los adultos que se suponía que eran y no como dos niños de cinco años que peleaban por cualquier juguete.

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