42: El año de la carpa (2/2)

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Cuando consiguió salir del salón casi sin ser notado, sólo casi, porque era imposible salir de allí sin más, XiChen suspiró. Había tenido que recurrir a servirle vino al anciano hasta que vomitó. Literalmente se había escapado mientras todos trataban de socorrerlo. Había sido ruin, pero él mismo se lo había buscado. Con suerte aprendería un poquito de autocontrol con la bebida de aquello. Una cosa era aguantar a las señoras que pellizcaban sus mejillas alabando su belleza, que trataban de emparejarlo con sus nietas o sobrinas con tal de que estas tuvieron niños tan guapos como él, y otra muy distinta, que un viejo tratase de vender a cualquier miembro de su clan como si se tratase de un trozo de carne. Prefería sentir las mejillas dormidas durante horas a aguantar esa clase de prostitución camuflada de forma tan burda.

Muy a su pesar, tendría que tener seriamente vigilado a Meng Yao si finalmente iba a estudiar a su clan. Jin GuangShan era más que capaz de usarlo para tratar de obtener algo de ellos, tan pronto se enterase. El chico era agradable y servicial, estaba ayudando a WanYin y le estaba agradecido por ello, pero no podía fiarse de su padre. XiChen no estaba seguro de hasta qué punto podría filtrar información sensible sin pretenderlo, sólo por mantener una correspondencia con su padre. Estaba seguro de que no tenía malas intenciones, pero... algo le decía que WanYin no le quitaría un ojo de encima.

Siguiendo las instrucciones de ZiXuan, fue directo al salón donde YanLi y WanYin se encontraban. Ni si quiera necesitó que un sirviente lo guiase, sólo tenía que seguir la dirección que el vínculo le indicaba. Apenas había dejado atrás el segundo salón y había puesto un pie en los pasillos laterales, se encontró con una túnica dorada. Por un momento XiChen se tensó, temiendo que iba a volver a ser arrastrado al salón principal de nuevo por algún sirviente u otro anciano. Quería esquivarlo, pero ya no había tiempo. La figura se giró rápidamente, y al reconocerse, ambos suspiraron aliviados. Era Jin ZiXuan.

- ¿Vas al salón de las flores? - le preguntó limpiando una mota de polvo invisible en sus túnicas.

- Si es allí donde nos esperan, sí, esa es mi intención. - XiChen se adelantó para ponerse a su altura y ambos comenzaron a caminar.

- Has conseguido escabullirte más rápido de lo que esperaba. - apuntó ZiXuan - ¿Cómo lo lograste?

- Imitando a Wei WuXian cada vez que hace alguna travesura, creando una distracción y huyendo volando a toda velocidad y sin mirar atrás.

- ¿A quién has sacrificado en el proceso? - preguntó levantando una ceja. - No es el estilo Wei WuXian sin una víctima.

- Alguien que trataba de buscarme esposa... - ZiXuan bufó divertido y contuvo su risa para evitar que les localizasen en mitad de la nada.

- Así que uno de los ancianos... ¿Se presentó?

- No, pero imagino que acabará llegando a tus oídos tarde o temprano. Le vendría bien aprender un poco de moderación. - Jin ZiXuan bufó.

- Eso es esperar mucho, Lan XiChen. Dudo que saque algo positivo de la experiencia, salvo que la próxima vez no te dejará huir fácilmente.

- La próxima vez espero tener a WanYin a mi lado y que él se encargue de alejarlos.

- Si da problemas, usarán eso en su favor. Ten cuidado. Saben bien como darle la vuelta a las cosas cuando les interesa.

- Le daré permiso a WanYin para morder si eso ocurre.

- Te pasaré una lista de por dónde puede empezar. - soltó medio en broma, medio en serio.

- Tendré que preparar un enjuague bucal potente entonces. No me gustaría tenerlo después con un dolor de muelas. - ZiXuan bufó otra risa. - Quiero cuidar a WanYin como se merece.

Al otro lado del vínculo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora