Cuando llegó a su hotel tras el primer día de juicio y se dejó caer en la cama, agotado, WanYin tuvo que darle la razón a su mago. No lo admitiría delante suyo, pero, maldita sea, tenía razón. Tenía demasiadas cosas en la cabeza, y demasiados pendientes en su lista de tareas. Miró su reloj. Faltaba todavía una hora y media para que su abogado pasase por allí con la cena para comentar el juicio y posibles estrategias a seguir durante los próximos días. Se obligó a levantarse y darse una ducha para refrescarse. No pudo evitar pensar en Lan Huan mientras el agua se llevaba el cansancio. Quería hablar con él sobre todo lo que había pasado a lo largo del día, pero no debía de faltar mucho para que se fuese a dormir. Seguramente estaría contándole un cuento a JingYi. Sonrió. Si fuese él, de seguro se quedaba dormido con el libro en la mano antes de que el mocoso se durmiese, y le acabaría despertando para que le contase el final. Típico de JingYi.
Salió de la ducha y se adecentó con una sudadera y se mantuvo por ahora en ropa interior. Se alegraba de haberse llevado el portátil con él. Algún día tenía que enseñarle a Lan Huan las maravillas del mundo moderno, también llamado peli, palomitas y acurruque. Se olvidaba de las infusiones nocturnas en cuanto consiguiese engancharlo a alguna serie. Sólo tenía que descubrir que género le gustaba. Tenía unas cuantas en mente con las que podía probar. Tuvo el móvil en la mano y lo miró fijamente, planteándose si era buena idea mandarle un mensaje para que le llamase más tarde. ¿XiChen había aprendido a poner el teléfono en modo silencio? Ahora lo dudaba. Un mensaje no haría tanto ruido, en el peor de los casos. En momentos como ese echaba en falta su conexión. Estando tan lejos, apenas podía sentir un hilo que tiraba hacia XiChen, y tenía que concentrarse para ello. Mantener una conversación sería imposible por ese medio.
Tiró el teléfono a la cama y suspiró. Se secó el pelo y encendió el portátil con la toalla todavía en el cuello. Al menos podía trabajar en sus planes de gestión del edificio Lan en Gusu y el proyecto que ya estaba empezando a desarrollar para el Muelle del Loto. No llevaba ni cinco minutos cuando su teléfono comenzó a vibrar con un mensaje. XiChen le preguntaba cómo había pasado el día y si quería hablar. JingYi se había dormido ya, aunque había hecho pucheros porque el señor gato no estaba allí, y estaba tomándose su infusión nocturna. WanYin ni si quiera se dio cuenta de estar sonriendo mientras lo leía. Podía imaginárselos perfectamente a los dos. No tardó en llamar a XiChen y recostarse en el cabecero. Casi ni sonó el primer tono antes de que XiChen le respondiese.
- Buenas noches A-Cheng. – WanYin dejó salir sus orejas y su cola tan pronto como oyó su voz. Se relajó de inmediato sólo con oír ese suave tono que caracterizaba a Lan Huan.
- ¿Realmente estabas esperando mi llamada o no has sabido ponerlo en silencio y lo has cogido sólo para no hacer más ruido? -preguntó mordaz.
- Echaba de menos a mi almohada calentita forrada de pelo favorita. – WanYin bufó. - ¿Cómo ha ido tu día?
- Me he pasado el día en el juzgado. Obviamente aburrido. – bufó - Por ahora el resumen es que el robo es obvio, pero no se sabe quién va a cargar el muerto. ¡Ah! Y que al menos hay unas treinta personas que me están deseando la muerte desde hace un par de semanas, pero ahora tienen todavía más ganas.
- ¿Eso significa que va bien? – preguntó no del todo convencido.
- De momento significa que han reconocido mi derecho legítimo a la herencia, van a tener que devolverme el Muelle del Loto, y obviamente pediremos una compensación por todo lo destruido. También se ha rastreado donde acabó el dinero de las cuentas y la compra venta ilegal de los negocios. Van a tener que devolver el dinero, los hoteles de mis padres... es otro tema. Tal vez pueda recuperar uno o dos, pero los más rentables, por ahora están muy bien cubiertos. Tienen buenos abogados, se conseguirán sacar algo para evitar tener que devolverlos. – suspiró. – Además está el hecho de que muchos han cambiado parte de la plantilla de trabajo y no sé si voy a poder recuperar el contacto con la antigua. Puede que una buena parte de ellos ya no... malditos Wen...
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Al otro lado del vínculo.
FanfictionLan XiChen no podía imaginar, pese a toda la magia del mundo, que algún día acabaría viviendo algo así. A veces, la vida da vueltas inesperadas, requiebros y en ocasiones encuentros que la cambian por completo. Y todo empezó con un día tranquilo y a...