WanYin estaba de los malditos nervios. El grupo que era visible desde la lejanía, era obviamente otro grupo de agresores acercándose. El cielo se estaba nublando y el ambiente que se respiraba empezaba a enrarecerse. No le gustaba nada. XiChen llevaba demasiado tiempo sin salir de la maldita cueva, aun cuando lo había llamado exprofeso, y el otro mago Lan también se había ido. Así que ahí estaba, vigilando a los prisioneros con Lan WangJi, mientras su hermano se había ido a preparar un par de "sorpresitas defensivas" de las suyas. Lo que significaba que, en algún momento, algo iba a explotar. Sólo esperaba no quedarse sordo con la explosión. O explosiones, nunca se sabía con él. Nunca debió darle más material para preparar talismanes.
Se suponía que XiChen y WangJi iban a actuar como mediadores, realmente sólo XiChen, WangJi no era precisamente un orador atrayente, y ahí estaba, mandándole miradas asesinas, como si fuese culpa suya que WuXian no estuviese allí. Un poco de culpa tal vez si tenía. Habían vuelto a discutir por negarse a ver a su padre. No era que no le quisiese, pero no se habían despedido en buenos términos precisamente la última vez, no quería volver a alejarse de XiChen y no tenía ni ganas, ni cabeza para enfrentarse a aquello en ese momento. Prefería centrarse en el ahora, en destrozar gargantas, que iba a ser más necesario. Y más placentero, para qué mentir. Los traumas familiares podían retomarse en cualquier otro momento, a ser posible, en un futuro lejano mejor.
Su cola ya estaba azotando el aire a su espalda, cuando un cuervo apareció volando para aterrizar en la cabeza de WangJi y picotearle en torno a las orejas. WanYin bufó ante el descaro de WuXian. ¿Para qué demonios quería la puñetera cinta de WangJi? Si ni si quiera sabía lo que significaba. Gruñó por lo bajo, y WangJi se volvió hacia él con un gesto amenazante. Parecían a punto de empezar una pelea, cuando las manos de XiChen se colocaron suavemente en su cintura, seguidas en un beso cariñoso en el pelo, bajo su moño. Tuvo que controlarse para no sonrojarse. ¿Por qué demonios XiChen era tan cariñoso de la nada? Y encima en público. ¿Quería que le diese un ataque? ¡Ya estaba lo suficiente nervioso!
- ¿Ocurre algo? - preguntó como si nada.
- Tenemos visita. - WanYin hizo un gesto con la cabeza, en dirección al grupo que se acercaba en formación. - No vienen con intenciones de negociar precisamente.
- No han lanzado ningún hechizo de ataque hasta ahora. Todavía hay una esperanza de que no sea así. - WanYin chasqueó la lengua en respuesta.
- Hay demasiados heridos dentro de esa cueva que dependen de nosotros, XiChen. No voy a arriesgarme y servirles té de bienvenida.
- Hemos empezado a evacuar a los más graves, pero necesitaremos más tiempo. - WanYin y el cuervo se giraron hacia él de golpe.
- ¿Evacuar? ¿Cómo? ¿A dónde?
- Creé un círculo de teletransporte hasta una de las zonas seguras del clan y dí el aviso a enfermería. Están todos centrados en la atención de los heridos más graves. Cuando terminen con ellos vendrán a ayudar en la batalla. He dado orden de destruir el círculo a la mínima anormalidad.
- ¿Has visto dónde estamos? ¡Aquí cualquier cosa es anormal! - bufó - El hechizo es una guía demasiado buena XiChen ¿No pudiste llevarlos a otro lugar?
- No te preocupes, el clan Lan estará a salvo, aunque realmente lleguemos a una batalla. No los encontrarán tan fácilmente. Se están encargando de ellos los mejores.
- Gracias. - el cuervo fue el primero en hablar. - No tengo palabras suficientes para agradecerte por esto, Lan XiChen.
- Es pronto para agradecer. Todavía falta por evacuar a más de la mitad de los enfermos graves. Será más rápido con los que pueden moverse por sí mismos, pero igualmente nuestro papel aquí es ganar tiempo. El resto del clan no se nos unirá hasta que todos no estén a salvo y con la atención adecuada.
ESTÁS LEYENDO
Al otro lado del vínculo.
FanficLan XiChen no podía imaginar, pese a toda la magia del mundo, que algún día acabaría viviendo algo así. A veces, la vida da vueltas inesperadas, requiebros y en ocasiones encuentros que la cambian por completo. Y todo empezó con un día tranquilo y a...