[ ¿Alguna vez has hecho una promesa? ]
Ya sabes, una promesa es una expresión de la voluntad de dar algo a una persona o hacer algo por el/ella...
Toda esta historia comienza con una promesa de dos niños pequeños, los cuales están experimentando lo...
[ Promise / Zuko x oc] 08: Avatar the last airbender
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Cuando Kaia abrió los ojos no tardó mucho en darse cuenta de que aún no estaban de vuelta en la tribu del agua, su hogar.
Katara sonrió sonrió al verla despertar y atendió las heridas de Kaia pues aunque prácticamente todo el daño que había recibido en la pelea era interno había alguna que otro hematoma en su espalda, y heridas las cuales dejarían pequeñas cicatrices permanente en ella recordándole lo ocurrido en ese día.
Sin embargo, Katara seguía pensando en cómo era posible que Kaia no tuviera ninguna marca de quemadura en su cuerpo teniendo en cuenta que durante la pelea había sido "Quemada" por el fuego de los soldados de la nación del fuego.
Kaia: ¿A dónde vamos? -Preguntó desorientada observando las nubes y el cielo anaranjado-
Katara: Llevas varias horas descansando, vamos de camino al templo del aire donde vivia Aang -comentó con una pequeña sonrisa- ¿Como te encuentras? -preguntó con preocupación-
Kaia: Mejor. . . -respondió con una mueca para no preocupar a su prima- ¿Y la abuela Kanna? ¿Qué pasará con la tribu? -preguntó sin llegar a entender del todo la situación-
Katara: Ella quería que acompañemos a Aang, después de todo él es el avatar y tiene que aprender a controlar todos los elementos -respondió- Ellos estarán bien, ese barco buscaba a Aang no a la tribu.
Kaia: El príncipe Zuko es el que busca a Aang, y no descansará hasta hacerlo y recuperar su honor -comentó en un pequeño suspiro-
Katara: ¿Hablas de tu prometido? ¿El hijo de señor del fuego? -preguntó confundida-
Aang: ¡Eres la prometida del príncipe de la nación del fuego! -exclamó con sorpresa-
Sokka: ¡¿Qué?! -exclamó totalmente desubicado-
Kaia: Me hubiera gustado lo hubierais conocido de otra manera -comentó con los ojos llorosos- Él n-no es así, lo juro. . .
Katara no tardó mucho más de unos segundos en reaccionar y abrazar a su prima, la pobre Kaia no pudo más y comenzó a notar como sus mejillas se humedecian por las lágrimas que brotaban de sus ojos. La joven de dieciséis años llevaba reteniendo esas lágrimas desde que lo volvió a ver bajando de ese dichoso barco y tuvo que luchar contra él y sus soldados.
Unas horas después parecía que las cosas estaban más tranquilas, sin embargo, Kaia aún sentía ese sentimiento extraño que la carcomía por dentro.
