5: Respira conmigo

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Narra Alicia

Estaba estudiando en llamada con mis amigas, la verdad es que habían reaccionado muy bien al tema Pablo y no se habían enfadado conmigo por mentirles diciendo que era otra persona, lo entendieron desde el primer momento y no me preguntaron nada más allá de donde nos conocíamos, les conté además que había ido a la masía.

- Inés - le llama Lucía, me fijo en su pantallita y me es imposible reprimir una carcajada.

- Está sopa- dice Victoria, Inés tenía la cabeza apoyada en una mano pero estaba dando cabezadas con los ojos cerrados.

- Bueno creo que es mejor dejarlo aquí, llevamos ya desde la mañana y son las siete de la tarde- dice Lucía, yo la verdad estaba muy de acuerdo.

- Adiós niñas- me despido de ellas. Cuelgo y me estiro en la silla, cojo el móvil por primera vez en horas y veo más de 100 mensajes en mi grupo de amigos de la masía.

Yo: Oye, 550 mensajes.

Sergio: la mayoría son stickers de Pablo.

Pablo: ALICIA

Pablo: Deja de estudiar.

Daniel: hombre la que faltaba

Balde: Alicia en 1 hora en mi casa

Alicia: Está bien, ¿Recojo a alguien a parte de Pablo?

Pablo: ;)

Sergio: a mi

Alicia: Perfecto, salgo en media hora.

Me preparo con calma, me trenzo el pelo para que no me moleste en la cara, pongo música de fondo. El bien de Viva Suecia llena el silencio de la casa, abro el armario y saco la chaqueta que estaba deseando estrenar por lo que busco cosas que le combinen.

Me decanto por un top básico blanco y unos vaqueros de confianza, luego me lavo la cara y me dejo el pelo suelto, me echo un poco de corrector.

Una vez lista, cojo una manzana y la como de camino al garaje, llego al coche y la guardo en un papel de cocina que había bajado también. Aviso a Sergio que paso a por él, pongo aleatoria mi playlist de Spotify.

Llego a la altura del edificio de Sergio y ya lo veo en la acera, se sube al coche en el asiento del copiloto.

- Hola- me saluda con una sonrisa, le señalo el cinturón.

- Avisa a Pablo- le pido, vuelvo a poner el coche en marcha. -¿Va Daniel?

- Eso entendí- ruedo los ojos. - A ver si hoy no está pesado, hace mucho que no coincide con Gavi- asiento en acuerdo, Daniel y Pablo no se llevaban nada bien, aunque he de decir que yo tenía bastante que ver en su enemistad ya que Pablo siempre me había defendido de las burlas del madrileño.

Llegamos a la altura del edificio de Pablo, viene hacia el coche a la altura del copiloto con una cara de asco increíble, abre la puerta y sus ojos se clavan en los de Sergio.

- Ese es mi sitio.- le dice a Sergio. Reprimo una carcajada, no veo a Sergio con ninguna intención de bajar del coche.

- Quien fue a Sevilla perdió la silla compañero- le contesta Sergio para picarle. Gavi me mira esperanzado de que le apoye, me encojo de hombros.

- Por una vez que vayas detrás no te va a pasar nada- concuerdo con Sergio, Gavi pega un portazo a la puerta cuando la cierra. Se sienta en los asientos de atrás, en el medio, con los brazos cruzados. Lo veo por el retrovisor interior, sonrío tierna. Es como un bebé.

Charm | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora