20: Paris

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Estábamos en el hotel de Francia, yo estaba en una especie de suits con habitaciones, la cual compartía con Aurora.

Me llega un mensaje de Pablo que ya está  en la habitación de hotel, no dudo en aprovechar que estaba la familia Paez Gavira durmiendo la siesta, en el espejo de la entrada me coloco el pelo.

Me siento estúpida al preocuparme por mi imagen cuando nos conocemos desde siempre, pero sentía que tenía que estar presentable, ser suficiente.

Llevo la identificación, al llegar al pasillo donde están los jugadores me dejan pasar, voy hasta  la habitación de Pablo, el nerviosismo se hace presente en todo mi cuerpo, abre la puerta mostrándome una gran sonrisa sin mostrar los dientes, hace un gesto con la cabeza para que entre y eso hago. Extrañada por que no me ha saludado con un gesto cariñoso, cierro la puerta detrás mía.

Cuando me giro una vez girada, está justo enfrente mía en una milésima de segundo sus labios buscan los míos desesperados, la sorpresa de su gesto me hace tardar un par de segundos en responder su beso, me agarra de las muñecas pegándolas a ambos lados de mi cabeza intensificando el beso, se hace paso con la lengua en mi boca buscando el roce de la mía.

Entrelaza sus dedos con los míos, disfruto el beso, siento una sensación en la parte de abajo de mi estómago y como mi cuerpo pide más contacto, cuando le sigo el ritmo y me siento más segura de mis acciones, él baja nuestras manos, las suelta y las pasa por mi cintura hasta mis caderas,  luego las vuelve a subir pero metiendo sus manos un poco frías por debajo de mi sudadera acariciando mi piel con sus dedos.

Tanto por el tacto como la  temperatura de sus manos se me pone la piel de gallina, deja mi boca para ir hacia mi cuello, apoyo mis manos en su pecho en un movimiento tímido. 

Tira de mi entrelazando sus manos en la parte baja de mi espalda hasta su cama, deja mi cuello y se sienta en el borde, nos miramos a los ojos por primera vez, estoy bastante sonrojada por el momento, comienzo a ponerme nerviosa ante la  intensidad de su mirada.

- Hola- me dice con una gran sonrisa, esta vez mostrando sus diente. Tira de mis manos haciendo  que sus rodillas queden por debajo de mis piernas, no se como actuar y él lo debe de notar porque tira de mi hacia abajo.  Mis inseguridades  se  despiertan y mil voces me gritan que ni se me ocurra sentarme en sus piernas, pero un simple gesto de el tirando de mis piernas hace  que me siente allí. Sigue con esa estúpida  sonrisa en la cara de se lo que estoy produciendo en ti.

- Hola- le contesto de vuelta, entrelaza nuestras manos y hace que mis brazos pasen por sus hombros, sigo sus movimientos y mis manos quedan entrelazadas por detrás de su cuello.

- Así mejor- murmura con  esa sonrisa que me vuelve loca, me sale solo inclinarme y apoyar el lateral mi cabeza  en su hombro, acaricio con la mano derecha la parte baja de su nuca, el sigue con sus caricias en la piel de mi cintura.

Me armo de valor y le dejo un pequeño beso en la piel que une su clavícula con el cuello, noto como se le eriza la piel. Parece que mi gesto tiene gran efecto en él ya que aprieta un poco mi cintura haciéndome estremecer, vuelvo a mi posición pero no me da tiempo a decirle nada ya que vuelve a unir sus labios con los míos, esta vez colocando sus manos en mi trasero, llevo un leggins bastante apretado, me agarra con fuerza subiendo la temperatura del momento.

- Si te molesta algo, quieres parar o algo me dices ¿vale?- me dice con la respiración entrecortada por el intenso beso que nos hemos dado hace segundos, asiento tímida, al ver mi sonrojo sonríe. Sube una de sus manos a mi mejilla, en la cual deja una leve caricia con el pulgar.

Sus besos bajan por mi cuello donde se queda un rato, mete las manos por debajo de mi camiseta tocándome la piel con delicadeza, como si fuera a romperme, mi cuerpo pedía más, quería más de él. 

Charm | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora