Charm | Pablo Gavi

41: vamos a ser más fuertes

Narra Alicia

- Estas helada - me dice Pablo agarrando mis manos entre las suyas, se las lleva a la boca y echa el aliento, el roce de mis dedos con sus labios hace que me estremezca, lo observo detenidamente, está concentrado en su tarea. Y es que ya no se, lo que es ver a Pablo y no sentir.

Me atrae a su pecho y yo me dejo abrazar, estábamos en el ascensor subiendo hasta su apartamento, me acaricia la espalda por encima del abrigo, cierro los ojos disfrutando el momento. Me encontraba realmente mal.

Una vez en su piso no tardo en sentir el calor de la calefacción, además el hecho de que todo el apartamento huela a él lo hace más acogedor.

- Métete en la cama - me dice indicando con su dedo índice su habitación, me muerdo el labio nerviosa. Se acerca a mi y me baja la cremallera del abrigo cual niña pequeña, estaba tan cansada que dejo que me saque el abrigo.
- ¿La de invitados? - me burlo pero no tardo en notar una gran presión en la cabeza, me dolía horrores. Puedo ver como Pablo sonríe mientras cuelga los abrigos.
- Alicia si quieres dormir conmigo solo tienes que pedírmelo- dice en un tono de voz tranquilo, mi cara cambia como un semáforo, cuando tiene el efecto que él busca suelta una carcajada, se acerca a mi pero le doy un golpe de broma. Sus ojos verdes brillan de felicidad, ojalá sacarle una foto en estos momentos. - ¿En que estás pensando?

Me intento apartar de él pero me atrae entre sus brazos, yo aunque ponga resistencia me dejo abrazar, sus brazos son mi lugar favorito del mundo.

- Anda tira a descansar.- me deja un beso en el pelo.
- No - niego escondiendo mi cabeza en su pecho, no me quería separar de él. Noto su pecho vibrar provocado por la risa, sonrío satisfecha cuando me tiene entre sus dos brazos de nuevo apretándome a él.
- Déjame prepararte leche con miel - me pide.
- Puedes prepararlo así- murmuro sin ganas de separarme, se las ingenia para cumplir mi capricho.

Mientras esperamos a que el temporizador del microondas termine Pablo me da caricias en el pelo que sientan fenomenal. Se sienta en la silla y tira de mi para que me siente encima de él, me tomo la leche en silencio, el en cambio ve algunos tiktoks en el móvil. Cuando acabo dejo el vaso en el lavavajillas y vuelvo a sentarme encima de él apoyando mi cabeza en su pecho.

-¿Vamos para cama?- me pregunta y yo asiento.

Me pongo el pijama en el baño, me lavo los dientes y me tiro en cama. Pablo en cambio se saca los pantalones y se saca la camiseta, se tira a mi lado y no tarda en atraerme a el. Madre mía, ahora si que entraba en calor.

Me da leve caricias en las piernas, suspiro, mete la mano por dentro del pantalón haciendo que se me ponga la piel de gallina. No se por que pero me tenso, me falta el aire y quiero que pare, una gran oleada de inseguridades se instaura en mi pecho, los pensamientos se golpean en mi cabeza y como reflejo saco su mano de mis pantalones removiéndome incómoda. No por él, sino por la situación en la que acabaríamos.

El para, no insiste, me pego a su pecho abrazándolo y el me rodea fuerte entre sus brazos. No necesitamos compartir palabras.

Esta todo oscuro a nuestro alrededor, no era capaz de conciliar el sueño, no sabía si era por el malestar o por todos los sentimientos que se estaban instalando en mi estómago.

Cierro los ojos con fuerza, ojalá aprender a perdonarme. Podía oír a mi corazón latir, sonaba triste.

- ¿Estas despierta? - su voz me saca del trance, con su brazo ejerce más presión en mi cintura pegando mi espalda a su pecho, entierra su cabeza en el hueco de mi cuello y deja un pequeño beso en mi hombro. Asiento con la cabeza. El sabe que algo va mal.
- ¿Quieres hablarlo? - me pregunta dándome leves caricias por encima de la camiseta que llevaba puesta para dormir. Y mi impulsividad gana y hablo.
- No quiero volver a estar preguntándome por que me evitas, por que no me contestas, por que ciertas actitudes hacia mi. No quiero volver a pasar por todo eso - me giro para quedar cara a cara, aunque no este viendo por la oscuridad, por la tensión de su agarre se que le ha venido de sorpresa.