18: No es un amor de libro

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Las navidades habían pasado rápido entre tardes en la biblioteca y mañanas con la familia.

Mi hermana había venido a Barcelona a pasar tiempo con mamá y conmigo ya que debido a mis exámenes había que volver antes de lo previsto y ella aún tenía vacaciones.

Aunque sinceramente ya no la aguantaba, habíamos tenido una discusión muy fuerte y había acabado yéndome de casa hasta el apartamento de Pablo, quien me recibió con los brazos abiertos.

Comimos juntos y me dejó escoger una película.

Me despierto un poco desorientada pero al notar una mano en mi cintura noto que es Gavi, nos habíamos quedado dormidos viendo la película.

Me levanto del sofá dejándolo a él dormido como un bebé, veo la hora en el móvil y es tardísimo para él.

- Pablo - lo zarandeo. - ¡Pablo! - gruñe y se da la vuelta.

El movil de él comienza a vibrar encima de la mesa, es Pedri, lo cojo al momento.

- Hol...- no me deja continuar.

- En diez minutos estoy en tu casa puto vago, te prometo que como no estes...- Pablo escucha la amezana al igual que yo, me arranca el móvil de la mano.

- Que sean 15 por favor - no le da tiempo y cuelga, corre como un torbellino al baño. - Joder, joder - maldice, va metiendo las cosas en su neceser para luego lavarse la cara.

- ¿Puedo ayudarte en algo? - le pregunto, el me mira serio.

- No. - se limita a contestarme.- Joder Alicia voy a llegar tarde por tu culpa.

- ¿Perdón? - le miro indignada.

- Fue idea tuya poner esa película tan aburrida - iba a abrir la boca pero me interrumpe. - Perdon Alicia, dios soy lo peor. - veo arrepentimiento en su mirada.

Dejo salir todo el aire que estaba conteniendo.

- Gracias - le digo. - ya estaba pensando mil maneras de acabar con tu integridad física. - me mira con una ceja levantada, se acerca poniendo su mano en mi cintura.

- El sentimiento es mutuo - susurra, luego me deja un beso en la mejilla, poniéndome roja como un tomate.

- ¿Me puedo quedar? - le pregunto, sinceramente no quería volver a casa y volver a discutir con mi hermana mayor.

- Si claro, puedes estudiar donde te sea más cómodo- me dice, se despide de mi con un beso en la boca.

Sale corriendo, saco las cosas de la universidad y las pongo encima de la mesa, de repente diviso en el salón algo que me llama la atención.

Joder.

El neceser, bajo corriendo las escaleras hasta la entrada pero veo el mini verde desaparecer de mi vista.

Mierda.

Suerte que baje con la bolsa ya que iba a cerrar la puerta de casa de Gavira y me iba a quedar por fuera, no iba a dejar mi preciado ordenador solo.

Me subo a mi coche y pongo rumbo a la ciudad deportiva, llamo a Gavi por el camino.

- ¿Ya me echas de menos? - dice burlón.

- ¿No serás tú el que echa de menos algo no? - le pregunto, le escucho maldecir en alto. - Tranquilo, estoy yendo con mi coche hacia la ciudad deportiva.

- Dios gracias preciosa, ahora nos vemos - cuelgo el teléfono sin despedirme, total lo iba a ver ahora.

Veo el mini verde parado, no sabíamos cómo íbamos a hacer, ya que había más gente de lo normal por que era sábado.

Charm | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora