11: Anatomía

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Narra Alicia

Estaba muy nerviosa por mi examen de mañana, pero era el último. No quedaba nada para ir a Madrid con Pablo, tenía muchísimas ganas.

Estaba muy nerviosa ya que era la primera vez que viajaba sola, agradezco que sea en tren ya que los aviones y yo no nos llevamos bien.

Además, mi hermana había venido para quedarse con mi madre mientras yo me iba.

Justo me vibra el móvil indicando una llamada por FaceTime, era Pablo.

- Hola pequeña - me saluda Pablo desde la pantalla del móvil. Sonrío al verle recién duchado, ya que tiene el pelo mojado. Parece que está tumbado en su cama.

- ¡Tengo 20 minutos solamente Gavira! - le aviso al momento. Me mira con el ceño fruncido, no le ha gustado lo que le he dicho.

- Si venga - bufa. - que me aburro Alicia.

Llevaba puesta el polar reglamentario de la selección española, debido al cambio de entrenador no había muchos amigos suyos convocados, por lo menos de su edad. Además, Pedri estaba lesionado.

- ¿Y Balde? - le pregunto curiosa.

- No se - dice Pablo. - ¡Me voy a morir del aburrimiento estos dos días! - niego con una sonrisa, este chico es un dramático.

- Estoy muy estresada con los exámenes Pablo - le digo pasándome las manos por la cara, justo en ese momento entra mi hermana por la puerta de la habitación con un bol en su mano, me lo deja en la mesa del escritorio, son uvas.

- Toma Ali, merienda algo que casi no comiste.

- ¡Estoy estresada! - alzo la voz, escucho un bufido de Pablo y la carcajada de mi hermana.

- Si vas a aprobar todas.

- Anda, hola Pablo - le saluda mi hermana, mi mejor amigo le devuelve el saludo.- Venga Ali, piensa que mañana después del examen tienes vacaciones.

- ¡Y vienes a Madrid! - escucho la voz de Pablo, le sale el acento sevillano que tanto echaba de menos.

- Solo escucho Bellodrama de Ana Mena- digo orgullosa.- Aunque me hace más ilusión verte jugar con la selección.

[...]

En el ave Barcelona a Madrid me leo el temario de Anatomía que más me costaba, mientras escuchaba música.

Por otro lado, era la primera vez que iba sola a una gran ciudad y que acompañaba a Pablo con algo relacionado con el fútbol.

Iba en unos asientos comodisimos, al escuchar hablar a unos señores de al lado me di cuenta que iba en primera clase. No sabía que eso existía en el tren.

Cuando tenía cobertura podía contestar a mi madre, o a mis amigas que cada una se había ido a su ciudad en este parón de las clases.

Al llegar a la estación de Madrid no me es difícil seguir la ruta que tengo que hacer en metro, al llegar al hotel indicado voy a recepción enseñando mi tarjeta, no me quedaba en el mismo hotel que la selección sino que por lo que me explicó Pablo los familiares se quedaban en el que estaba al lado.

Hago todos los trámites, al llegar a la habitación asignada y sentarme en la cama me viene todo el cansancio, chequeo la hora y según lo que me dijo Pablo sale en una hora.

Aprovecho para darme una ducha y cambiarme de ropa a una más presentable, luego me tumbo en la cama a leer.

No puedo evitar que los ojos me pesen, por lo que dejo una alarma puesta para la hora prevista.

Charm | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora