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Quackity

La puerta se abrió, mostrando a un muy confundido komanche.

Y pues cómo no iba a estar confundido si tenía abrazado a spreen sollozando en mi hombro.
Así es, a la velocidad de la luz lo jalé para que pareciera que solo nos estabamos dando un simple abrazo, el que estuviera sollozando le daba más credibilidad al asunto, parecía que solo se estaba desahogando de algo con un buen amigo.

— Ok, no voy a preguntar, sólo venía por mi cargador, con permiso —y dicho y hecho se retiró de la habitación.

Este pendejo nada más vino a cagar el momento horny.

Apreté a spreen en mis brazos, se sentía bien tenerlo cerca, de alguna manera esto se sentía más íntimo que lo que estabamos haciendo momentos atrás.

Es raro que esté tan callado, además no se ha separado de mí, que yo recuerde había escuchado que él odia estas muestras de afecto.

— ¿Estás bien? —le pregunté con genuina preocupación.

— Me duele la pija —contestó con la voz medio temblorosa.

Me siento muy culpable, de seguro hasta aquí llegó nuestra relación, honestamente no creo que quiera intentar nada más conmigo después de haberle dado seguramente la peor mamada de su vida.

Dios no, no quiero eso, acabo de descubrir que sus pestañas si rozan mi cara cuando nos besamos y eso me gustó demasiado, definitivamente no puedo permitirme dejarlo ir.

Deshice el abrazo y di un paso atrás, lo agarré de los hombros y le planté un beso en la frente.

— ¿Hay algo qué pueda hacer por ti mi amor? —hasta yo me desconocí bien cabrón.

Me estaba muriendo de la verguenza, sí. Pero ya no es momento de dudar con esto, acabo de probar un poco de él y sé muy bien que quiero más.

Esperé una reacción de su parte pero nada.

Fuck, ¿la habré cagado?

¿Soné muy intenso?

O...

Ay, no. Olvidé que spreen es la persona más vengativa que conozco. De seguro está planeando torcerme un huevo o algo así.

— Sí podés —habló de repente el argentino.

Tragué saliva, nervioso, me toca hacerme pendejo mejor.

— Ay no ni modo, ya caducó, dejaste pasar mucho tiempo.

Spreen se rió. En otro momento hubiera pensado en lo bonita que es su risa pero ahorita sólo me da la impresión de que está riendose con maldad.

— Quitá esa cara, no te imagines cosas turbias, vení conmigo.

— ¿A dónde? —pregunté más relajado.

— A mi pieza, acá seguro nos descubren.

— ¿Pero que no compartes cuarto con carre? Es la misma que aquí —dije yendome por lo lógico.

Noté como spreen se ponía ¿nervioso?

— Ehh...no, me dijo que iba a irse de joda por ahí, conociéndolo no llega a dormir.

Sonó creíble para mí.

— Bueno, pues te sigo.

Dicho esto me puse un gorro rápidamente mientras spreen se acomodaba la bragueta del pantalón, ya listos me asomé primero para ver si andaba alguien por los pasillos y como era de esperarse se encontraba vacio.

Le dije a spreen que no había nadie y ahora si salimos, al momento de cerrar la puerta me acordé que no traía la tarjeta encima.

— No mames estoy pero si bien pendejo —dije en voz alta.

— ¿Por? —spreen no ocupo que le dijera para darse cuenta de lo sucedido— ah, no pasa nada wacho, te quedás conmigo igual.

Ah cabrón, bueno, no me quejo la verdad.

— Bueno.

En lo que camino junto a spreen vengo pensando en que una vez que lleguemos a su cuarto vamos a tener sexo ahora sí, me gusta pero me asusta pensar eso.

Voy a ser honesto, vi mucho porno gay días antes de venir para acá. Pero pues no mames los actores que salen en esos videos ya tienen el culo abiertisímo. Y yo lo juro por dios que nunca me he metido nada por ahí, entonces ese es mi mayor miedo. Soy bien culo para el dolor, aparte de que no sé si se me vaya a salir un pedazo de mierda o algo. Pensandolo mejor no estoy preparado para esto, los nervios ya se apoderaron de mí otra vez.

Tengo que huir de esto pero por más que lo pienso no creo poder hacerlo.

— Acá es doblando el pasillo.

No contesté. Ayúdame diosito.

Doblamos el pasillo y como si dios hubiera escuchado mis plegarias ahí se encontraban el mariana y roier tocando, mejor dicho, golpeando una puerta.

— Spreeen, hijo de tu puta madre abrénos —gritó roier.

— Pero qué hacen par de pelotudos —luego luego se las hizo de pedo spreen.

Ya me sentía más alivianado con estos dos aquí.

— Rato buscándote pendejoo, pues pensamos que ya te habías dormido y venimos a levantarte —dijo el mariana.

— Sí pero heeey ya hasta te trajiste al quackity, ahora si ya nos podemos ir a cotorrear —le siguió roier.

Se veían muy emocionados.

Miré a spreen, él todo lo contrario.

— No capos, ya había queda-

— Jalooo —interrumpí a spreen.

Mariana y roier sonrieron en grande.

Les sonreí de vuelta sin darle importancia al argentino que me estaba intentando matar con la mirada.

Muchas gracias por votar y comentar,
me animan bastante a seguir con esto, los tqm<3

Oh No! // spreen x quackityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora