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Spreen


La puta que me parió, se supone que la estaría poniendo ahora mismo pero terminé hasta la loma del orto en un antro de mierda con un par de pelotudos.

Volteé a ver a quackity con enojo, si no fuera porque le tengo altas ganas ya lo estaría cagando a piñas.

— Weeey, spreen no seas amargado hombre —dijo roier.

— Sí vato ni siquiera has tomado nada, nosotros ya andamos todos pendejos, sí o no roier —le siguió el mariana riéndose.

Suspiré y de mala gana agarré la cuba que me habían traído ya hace rato. Me la iba a tomar al toque pero me la arrebató quackity.

— ¡Déjenlo cabrones, si no es de ahuevo que tome eh! —les gritó quackity, no pude evitar sonreír— Aparte ni con diez de estas se le va a quitar lo pinche amargadito —terminó por rematar.

Se me borró la sonrisa.

— Ya vengo, voy al baño.

Necesito un respiro.

— Aguanta voy contigo, ya me meo —quackity se paró tambaleando.

No dije nada y empecé a caminar entre la gente con quackity atrás de mí.

— Heey espérame spreen.

Me giré y vi que se había quedado atascado entre una banda de gente que no lo dejaba pasar.

Se me olvida que está chiquito boludo.

Regresé por él y me lo traje de la mano. Conociéndolo seguro se puso rojo, es tremendo puto.

Estaba a casi nada de llegar cuando le presté atención a todo el quilombo que se estaban armando acá en la pista. Me reí con malicia, ya se me ocurrió algo para vengarme de él.

— Oye spreen los baños son del otro lado, ¿no?

No le contesté, no es como que ponga resistencia tampoco. No sé si sea porque está borracho o realmente confía demasiado en mí.

No le di importancia igual y lo arrastré hacia la pista de baile.

La cara de terror puro que tiene ahora mismo me da tremenda satisfacción.

— No, no quiero bailar ahorita la verdad si me ando meando.

Probablemente es verdad pero no lo voy a dejar huir de esta.

— Dalee, un poco nomás.

— Es que yo no sé...

— Anda yo te enseño.

Lo jalé hacia mí sin ninguna idea de que mierda hacer, lo hice más por instinto porque todavía lo tenía agarrado de la mano. Al final terminamos como en un tipo de abrazo raro, él me miró con una de sus cejas arqueadas, su cara a centímetros de la mía.

Qué lindos sus lunares.

— Ayy profe no me vea así, ¿me va a enseñar a bailar o a besar con lenguita? —preguntó en un tono burlón pero con una sonrisa coqueta.

Me reí nervioso. No es muy prudente de mi parte seguirle el juego después de como se portó conmigo el gil.

Bueno, a la mierda todo.

Igual nos íbamos a terminar besando en los baños.

— Obvio lo segundo —dije, vi como abrió los ojos en señal de sorpresa antes de chocar mis labios contra los suyos.

Tal y como dijo le metí la lengua sin dudarlo.

A los segundos quackity me empujó, rompiendo el beso.

— ¿Qué pasa todo bien? —pregunté medio confundido, por qué me saca tan de repente, me estaba gustando y parecía que a él también.

— No voltees, creo que hay una morra detrás de ti que nos está grabando —dijo quackity riendo de los nervios pero con una cara de que se quería romper a llorar.

La puta madre me dejé llevar. Lo peor es que soy yo el único de los dos que no tiene ni una gota de alcohol encima y no me detuve a ningún momento a pensar que estamos en un lugar público.

Obvio que acá también somos famosos, pero cómo puedo ser tan pelotudo dios.

— Ya mamamos spreen —volvió a hablar quackity, ya con la desesperación al tope.

— Tranqui, yo la cago a piñas y mientras vos le sacas el celular.

— Nooo, no seas pendejo —se empezó a reir— hay que ir a hablar con ella nada más, antes de que acabemos quemadísimos en twitter.

Bueno, igual era joda lo que dije.

Sin más que decir, me fui detrás de quackity.

Oh No! // spreen x quackityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora