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Quackity

Ya valí madres.

Ahora si ya no hay manera de escapar de la cogida que me van a meter.

Volteé a ver a spreen, este venía a mi lado caminando un poco torpe debido al alcohol y con una cara de concentración tremenda, supongo estaba intentando no caerse.

Fue inevitable no sentir ternura.

Dejando lo tierno que se ve, ¿apoco taan mal estaba? yo no me sentía tan pedo como me gustaría y eso que tomamos lo mismo, creo.

No recuerdo la verdad, ¿recordar qué? bueno, no importa.

— Oye spreen.

— ¿Hmm?

— ¿Ya has estado con un hombre? —solté, no es algo que preguntaría sobrio porque que pena pero ahorita no estoy pensando con la cabeza de arriba.

— No, sos el primero —respondió rápidamente.

Sonreí, eso me gustó pero a la vez me asustó.

— No encuentro la tarjeta, boludo.

— ¿Eh? —ni siquiera me di cuenta que ya llegamos afuera de su habitación.

— Acá está —dijo después de un rato de estar buscando en los bolsillos de su pantalón, y abrió la puerta con un poco de dificultad.

Lo primero que hizo el argentino fue prender las luces para luego tambalear hasta llegar a la cama, yo me quedé quieto en el marco de la puerta como un espectador, cuando vi que spreen no se movía más fue que me acerqué, no vaya a ser que se haya quedado dormido.

Me quedé parado a su lado, analizando su cara, ¿por qué tiene que verse tan guapo hasta cuando duerme? una injusticia para mi autoestima pero un deleite para mis ojos.

De repente abrió los ojos, haciendo que pegue un brinco del susto.

— Vení para acá —me jaló haciendo que cayera bruscamente arriba de él.

Spreen comenzó a reirse conmigo en brazos.

— No podés ser más lindoo —dijo aún entre risas.

Sentí como el calor subió a mi cara de inmediato y me hice a un lado tratando de evitar hacer contacto visual.

— Ohh, si podés mírate todo rojito.

Podía ver que me estaba viendo de reojo con una sonrisa burlona, no soporté y me cubrí rápidamente la cara con una almohada. Escuché como se reía de mí y de repente hubo silencio acompañado de un movimiento brusco en el colchón, ¿se levantó?

Hice la almohada a un lado y me encontré con el argentino parado a un lado de la cama ya sin camisa tratando de quitarse el pantalón sin mucho éxito.

— ¿Ocupas ayuda con eso? —dije sin pensarlo dos veces pero me arrepentí de inmediato cuando vi la sonrisa de burla en su cara.

— Nomás cuidado con los dientes, pa —respondió sin aguantarse la risa.

Mucha risa, pero bien que hace rato estaba hasta chillando el pendejo.

Ya mejor ni le digo nada, nada más rodé los ojos y me senté en el borde de la cama dispuesto a deshacerme de su pantalón.

Quizá sea por el alcohol en mi cuerpo pero los nervios desaparecieron casi por completo, de no ser así me estaría muriendo ahora mismo que estoy viendo que un poco de vello púbico está sobresaliendo del bóxer negro que trae puesto, no le había puesto mucha atención a eso cuando se la chupé, en ese momento mi única preocupación era hacerlo bien, y ahora que estoy más tranquilo puedo ver que incluso tiene un pequeño lunar debajo del ombligo casi llegando a su pelvis.

— Dejá de mirar y chúpamela mejor.

Si de por si ya estoy caliente esas palabras me pusieron aún más, no me la pensé en bajarle el bóxer de una. No pude evitar sorprenderme otra vez por lo del tamaño, nuevamente el dilema de injusticia o deleite pasó por mi mente.

Le presté más atención esta vez, de verdad jamás había visto un pene tan ¿bonito? no es un adjetivo que debería ponerle pero es que lo es, tiene venas que le recorren desde el tronco hasta la base del glande, la punta está brillante gracias al líquido preseminal y ni que decir de lo erecto que está, es tan aterrador pensar que esto va a entrar en mí pero a la vez me llena de genuina satisfacción saber que una verga tan perfecta es la que lo va a hacer.

— ¿Te gusta mi pija, putita? —dijo spreen de la nada con voz ronca haciendo que saliera de mi pequeño trance.

No alcancé a procesar una respuesta por porque ya tenía su pene rozando mi cara, spreen estaba pasando su verga por toda mi puta cara y se está mordiendo el labio mientras lo hace.

¿Por qué carajos esto se siente tan bien?

Cerré los ojos disfrutando aquella sensación rara y suave que jamás en mi vida creí experimentar, después de un rato sentí como se centró en mis labios haciendo presión de más, yo sonreí sin abrir la boca, quería vengarme un poquito de él por haberse burlado de mí antes, cosa que funcionó porque sentí como aumentaba la presión en mis labios siendo un poco brusco en el proceso, sin poder soportar más me comencé a reir pero no me duró mucho la risa porque me metió toda la verga en la boca.

Sentí como me tomaba firmemente de la cabeza y me empujaba hacia él haciendo que entrara aún más adentro.

— Succiona más fuerte, quackity —habló el argentino entre gemidos sin parar de empujar.

Le hice caso e inmediatamente comenzó a moverse más rápido, abrí los ojos para verlo directo a la cara, parecía disfrutarlo bastante, eso me llenó de orgullo.

Dios, me siento tan gay en este momento, espero no estés viendo esto y si es que si lo estás pues quiero decirte que si me vas a mandar a arder en el infierno me vale tres hectareas de verga, así como la que me estoy comiendo.

Amén.

Oh No! // spreen x quackityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora