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Quackity

Dolor, incomodidad, ¿placer? No sabría describir como es que te metan los dedos, o si se sentía bien o no, la sensación no me estaba agradando mucho la verdad, pero el hecho de que sea spreen el que me está tocando hace que la calentura no se me baje.

— ¡Me dolió pendejo! —exclamé de repente al sentir como torció sus dedos hacia arriba, todo tosco.

Spreen no me contestó ni tampoco pude ver su cara ya que estaba de perrito y él detrás mío. Simplemente sentí como sacaba los dedos de mí dejando un extraño vacío en mi interior.

— ¿Spreen? —pregunté, girando mi cabeza levemente hacia atrás para verlo.

Al parecer estaba esperando a que volteara porque en cuanto hicimos contacto visual me sonrío travieso y se lamió los dos dedos que me había metido.

Sentí mis piernas temblar y la sangre correr a mi cara. Dios, por qué me hace esto, porque tiene que verse tan putas atractivo haciendo algo tan cochino. Luego sus manos comenzaban a manosearme el culo, y no pude evitar gemir por lo brusco que me estaba apretando.

Quizá sea porque el alcohol no ha dejado mi cuerpo pero estoy sintiendo la tremenda necesidad de que me coja en este mismo instante. No me importa nada si me duele, yo lo quiero ahora.

— Sigue metiéndome los dedos —pedí sin verguenza alguna, y no tardé en escuchar la característica risa de princeso del argentino.

— Pensé que te estaba lastimando por eso los saqué —explicó— pero si me lo pedís así no tengo de otra más que seguir —los dedos rozaron nuevamente mi entrada, entre queriendo entrar y no.

Me moví hacia atrás con la intención de que se dejara de juegos pero esto solo hizo reir al argentino.

A la mierda, pensé. Abandoné la posición de cuatro en la que estaba y me giré para poder verlo.

— ¿Me vas a coger o no, cabrón? —le solté directo, yo no me voy a andar con jueguitos.

— Ya queres que te clave la pija, eh —contestó con una sonrisa coqueta la cual me hizo sentir chiquito porque daba la impresión de que quería decirme que me iba a dar la cogida de mi vida.

Asentí descaradamente, sin querer hablar más para pasar a lo bueno de una vez.

Vi como agarraba el mismo bote de lubricante que agarró momentos atrás para prepararme, pero esta vez le dejó caer unos chorros a su pito, masajeando de arriba hacia abajo para que se lubricara por completo. Tragué saliva ante la vista tan cachonda que estaba teniendo y no pude evitar voltear a ver su cara, encontrando con que me estaba mirando atentamente sin dejar de masturbarse.

Eso sólo me calentó más y sin dejar de verlo me agaché lo suficiente hasta quedar con su grueso pene a punto de rozar mis labios. Me quedé por unos segundos así antes de sacar mi lengua y pasarla por la punta, sentí el sabor dulce del lubricante, grosella, muy artificial. Sabía horrible pero eso no me detuvó a tragarme media verga mientras trataba de no romper el contacto visual con spreen.

Bendito sea el vodka por hacerme perder la pena en este momento, es más, por hacerme perder la consciencia que ya ni la siento. Mi cuerpo responde por sí sólo y yo no soy más que un simple espectador.

Oh No! // spreen x quackityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora