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Spreen

Me desperté y vi a Quackity parado revisando su celular, no le di mucha importancia y cerré los ojos para volverme a dormir.

– ¡Despierta! ¡Spreen!

– ¿Hmm? ¿qué?, ¿¡qué pasa!? –andaba en tremendo sueño sobre que estaba en una guerra y ser despertado así tan de repente me asustó.

– ¡Spreeen! –espera, ¿Quackity está llorando?

– Qué pasa, decíme de una –le dije ya más despierto al ver que si estaba llorando.

– Es que tú, tú y yo, y yo, y tú y valimos verga –no entendí, ¿cómo así?

– Cálmate un toque, te voy a ayudar pero primero decíme que está sucediendo.

No sabía qué onda pero de todos modos lo abracé a ver si así se tranquilizaba un poquito. Al parecer funcionó porque dejó de llorar y me abrazó más fuerte. Le di unas palmaditas en la espalda y volví a preguntar.

– ¿Qué pasó, Quackity?

– Twitter.

Sólo necesite esa palabra para saber bien cual era el rumbo de la situación.

– ¿Tipo te funaron o algo?

– No es funa como tal, pero sí. Todos están hablando de mí y también... de tí.

– ¿De mí?

– Mira tú mismo.

Me pasó su celular el cual mostraba un tweet medio largo.

Y mientras más iba avanzando más me iba dando cuenta del por qué estaba tan alterado.

– Mierda Quackity, estamos jodidos.


La puta madre, ni siquiera me están dando tiempo a asimilar lo que siento por Quackity y ahora tengo que lidiar con esto antes.

Lo miré, se veía preocupado y triste, todo mal.

¿Está bien sentir la necesidad de besarlo ahora?

Igual me manda a la mierda, no lo haré.

– Hey, ya arreglaremos esto, la velada es esta noche y lo más seguro es que a toda la gente se olvide este asunto para mañana –dije tratando de tranquilizarme a mí mismo también.

Quackity me sonrío y asintió lentamente, aunque tenía la mirada medio perdida.

– Tienes razón, debo mantener la calma, lo mejor es guardar silencio al respecto y no afirmar ni negar nada, sólo ignorarlo todo.

– Eso haremos entonces, bueno, por el momento espera un poco acá en lo que voy y vengo.

Quackity sólo asintió y se recostó en la cama, dudé si acompañarlo pero la verdad quería hacer algo primero.

– Está bien, pero no tardes mucho porque estoy que me muero de los putos nervios.

...

– ¡JUAN GUARNIZO, LA PUTA QUE TE PARIÓ!

– Amigo, por favor, hablemos tranquilamente no hay necesidad de que grites ya me disculpé con ambos así que para ya –dijo el colombiano a través de la puerta.

El pendejo no quería abrir y menos mal porque soy capaz de soltarle una piña ahora mismo. De todos los streamers de mierda que hay aquí tenía que desatar una polémica conmigo y con Quackity, que somos los únicos que no nos metemos en esas mierdas.

– Sé que estás molesto y lo siento mucho, pero temo por mi seguridad así que no pienso abrir esta puerta, además vas a levantar aún más sospechas si es que los demás ven que estás gritando como un maníaco aquí afuera.

Eso tenía lógica para mí, así que decidí regresar a mi habitación que se encontraba a menos de tres menos por desgracia.

– Gritarle no fue lo más listo de tu parte, pero lo comprendo –me dijo Quackity en cuanto entré.

Sus ojos se veían medio rojos e hinchados, se veía triste y cómo no si el pibe no estaba acostumbrado a ser expuesto. No es como si yo lo estuviera pero al menos a mí me la suda un poco.

– Ya sé, no gané nada con eso, en fin ¿por qué no pedimos algo para comer y vemos algo en lo que se hace de noche? lo más seguro es que nuestros nombres dejen de ser tendencia al rato.

– Esperemos –respondió Quackity secamente sin dejar de ver su celular.

Sentí un pinchazo en el pecho y me acerqué a él para darle un abrazo, no tardó en corresponder y nos quedamos un buen rato así. Sentía los latidos de su corazón fuertes contra mi brazo y la verdad es que el mío estaba igual de acelerado.

Bueno, creo que soy tremendo puto.

Ahora tengo dos problemas.

Oh, no.

Oh No! // spreen x quackityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora