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—Lexie, creo que te equivocaste de habitación. — Dije quitándome los audífonos y dejando el Iphone sobre la mesa de noche.

—No, definitivamente esta es la que estaba buscando. — Exclamó en tono sensual sentándose a mi lado.

—No pretenderás dormir aquí, ¿Verdad? — Pregunté haciéndome el desentendido.

—No pretendo precisamente dormir Aidan. — Respondió poniendo su mano sobre mi muslo. — ¿Sabes? Has sido mi fantasía los últimos diez años de mi vida y ahora quiero hacerla realidad. —

—Lexie, está aquí toda mi familia, incluida Presley, tu amiga. —

—Todos están en sus recámaras. — Se sentó sobre mí. — Prometo no hacer ruido. — Añadió y me besó apasionadamente.

Puse mis manos en su cintura y le correspondí el beso, que diferente era su sabor al de la desconocida de anoche, su forma de besar. Empezó a lamer y mordisquear mi cuello, estaba logrando excitarme, pero nada comparado a las caricias que ella me provocaba, estaría a mil con ella si me mordiera, pero, ¿Qué estaba yo haciendo? ¿Comparándola? Jamás había hecho comparaciones antes, me quedaba claro que cada mujer era única, ¿Por qué ahora pensaba en ella y deseaba que fuera la que estuviera ahí? Lexie subió a mi oído y lo lamió, absorbió el lóbulo, yo estaba estático, como nunca, mi cuerpo estaba ahí, mi mente a kilómetros.

—Me he reservado para ti, quiero que seas el primero, como siempre lo soñé. — Susurró en mi oído trayendo mi mente de regreso.

Y, sin saberlo, me dio la clave para detenerla, así que la cargué y la puse a mi lado, me levanté de la cama y me llevé una mano a la cabeza, haciendo mi cabello para atrás.

—¿Qué pasa? ¿Nunca has estado con una virgen? — Preguntó inocentemente.

—Lexie, la primera vez en la vida de una mujer es importante, tiene que ser especial, es algo que siempre recordarás. —

—Lo sé, porque eso quiero que sea contigo. — Exclamó hincándose en la cama para alcanzarme, pero yo me hice para atrás.

—No es buena idea. — Aseguré.

—¿Por qué no? ¿No te gustó? ¿No me encuentras atractiva? —

—No es eso Lexie, eres muy hermosa pero mereces que tu primera vez sea única. — Guardé silencio buscando las palabras adecuadas. — Mereces que sea con alguien que te quiera, no con quien está pensando en otra persona. —

—¿¡Qué!? ¿Estabas pensando en alguien más? — Preguntó desconcertada y desilusionada.

—Sí, no voy a mentirte, por eso no merezco que me entregues tu inocencia, espera a que llegue el indicado, el hombre que te quiera y que esté feliz de ser el primero en tu vida, yo no soy ese hombre. —

—No sabía que tuvieras novia, eso sí es una sorpresa, el inconquistable Aidan Gallagher al fin ha sido cazado. —

—No es mi novia. — Dije sin pensar. — Aún. — Añadí sorprendiéndome a mí mismo.

—Entonces no hay ningún obstáculo para hacerlo conmigo. —

—Hay más de uno Lexie eres amiga de Presley, estamos en la casa de mis papás, tú y yo no somos nada y aunque ella no sea mi novia está en mi mente, no quiero perjudicarte, será mejor que te marches. —

—Vale. — Exclamó y se levantó de la cama acercándose a la puerta. — No me importa que pienses en otra, es más, si quieres imaginate a Megan Fox, pero hazme el amor. — Agregó acorralándome contra la pared.

—No Lexie, date a respetar, no puedo hacerte el amor porque eso involucra sentimientos y, perdóname por ser tan sincero, no los tengo por ti y no voy a tomarte solamente por capricho tuyo, créeme que no soy el hombre de tus fantasías. — Expliqué tomándola de las manos y alejándola de mí.

—Si no fuera virgen, ¿Sería diferente? —

—No, ya te lo dije, eres amiga de Presley y estamos en casa de mis papás. —

—Está bien, tú te lo pierdes. — Dijo molesta.

—Buenas noches Lexie, descansa. —

Me corrió con enfado la mirada, le abrí la puerta y salió de la habitación. Cerré y me quedé recargado ahí, ¿Qué me estaba pasando? No era la primera vez que rechazaba a una mujer, tenía que reconocerlo, pero habían sido otros los motivos, no porque estuviera pensando en alguien más, eso jamás lo había hecho, me concentraba en la persona con la que estaba, ¿Qué rayos me estaba haciendo ella? Quizá debía evitar volver a verla, era la primera vez que no estaba seguro de poder cumplir las reglas y si las rompía, no habría vuelta atrás. Moví la cabeza, le puse seguro a mi puerta y regresé a la cama.

Me acosté boca arriba, debía reconocer que Lexie había logrado encenderme, así que cerré los ojos y me concentré en la hermosa desconocida, su imagen vino fácilmente a mi cabeza, su sonrisa, su olor, su sabor, sus gemidos, su rostro lleno de placer, la textura de su piel, todo lo tenía bien grabado en mi mente. Mi mano bajó a mi miembro, sacándolo del pantalón y empecé a acariciarlo pensando en ella, deseando que fuera su mano en lugar de la mía, reviví los momentos vívidos con ella y la sensación de placer aumentaba al recordar sus besos y sus caricias. Miré mi celular, su voz me ayudaría bastante, pero recordé que ahí no tenía su número y el otro celular lo había dejado en mi departamento de Nueva Jersey. Seguí concentrándome en ella y a los pocos minutos llegué al orgasmo.

𝐌𝐢 𝐀𝐫𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐓𝐞𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐.𝓖.) [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora