29

2K 110 16
                                    

—No quiero llegar tarde. — Dije mientras sentía como frotaba su sexo con el mío y besaba mi cuello, alterándome más.

—Te prometo que será rápido. — Musitó en mi oído y luego lo lamió.

—Aún nos queda la noche de hoy. — Exclamé acariciando su espalda.

—Faltan muchas horas. — Dijo entrando en mí nuevamente.

—Dijiste que...ah...sólo un beso... — señalé con la voz entre cortada moviéndome a su ritmo constante.

—No puedo evitarlo...tengo hambre de ti... — Agregó moviéndose más rápido y besándome frenéticamente en tanto mis uñas recorrían su espalda.

—Enserio... ¿No te tomas nada? —  Pregunté sintiendo aún más la intensidad de sus movimientos dentro de mí.

—No corazón...tú eres mi única droga. —

Embistió en mí unas veces más hasta que exploté e instantes después él lo hizo también y luego volvió a besarme en los labios.

—Buenos días, corazón. — Dijo mirándome y sonriendo.

—Buenos días, cariño, ¿Ya puedo ir a bañarme? — Le sonreí de regreso.

—¿Es necesario? —

—Sí, ya te dije que debo ir a trabajar. —

—Está bien. — Se acostó a un lado y me levanté de la cama. — ¿Quieres que te lave la espalda? — Añadió en tono sensual.

—Hoy no, tengo que ducharme rápido y sé que contigo sería imposible. — Respondí entrando al baño y cerrando la puerta sintiéndome feliz como nunca antes.

Había sido el mejor despertar de toda mi vida, me volvía loca que me dijera corazón y más cuando pronunciaba esas dos extraordinarias palabras que me hacían flotar, pero no sólo que las dijera sino que me lo demostrara, Aidan me amaba tanto como yo a él, ayer me lo había dejado muy claro con todas sus actitudes.

Salí del baño envuelta en una toalla y lo vi acostado en la cama boca arriba, con sus manos detrás de su cabeza, me sonrió al verme, yo le devolví la sonrisa y abrí el armario para sacar la ropa que me pondría, sentí que me abrazó y me dio un beso en el hombro y luego recargó su cabeza.

—Que bonito cantas. — Exclamó haciendo que me sonrojara.

—Oh dios, que vergüenza que me hayas escuchado. —

—T/n… ¿Cuántas veces he recorrido tu cuerpo desnudo sin ningún pudor y te avergüenzas porque te escuché cantar?  — Dijo en tono divertido y más me sonrojé.

—Es que no lo hago bien y no me gusta que me escuchen. —

—Claro que lo haces bien, te hace falta un poco más de confianza en ti misma. —

—Creo que necesitas que te revisen los oídos o bañarte mejor. —

—Me encanta tu sentido del humor. —

—Ya déjame vestir que no te encantará verme de malas. —

—No importa, ya sé lo gratificantes que resultan las reconciliaciones. —

—Aidan, apenas tengo el tiempo justo para llegar a la hora exacta. —

—Está bien. — Me dio un beso en la cabeza. — ¿Almorzamos juntos? — Añadió soltándome.

—Tengo que ver primero mi agenda, a ver si no tengo otro compromiso. — Dije divertida mientras me quitaba la toalla para ponerme la ropa interior.

—Está bien licenciada, esperaré su llamada. — Respondió en tanto abrochaba mi sostén.

𝐌𝐢 𝐀𝐫𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐓𝐞𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐.𝓖.) [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora