64

1.1K 61 3
                                    

Nos besamos nuevamente, tan ávidos y frenéticos como minutos antes para culminar haciendo el amor de una forma presurosa, pero no por eso menos satisfactoria. Después que terminamos tomé su rostro con mis manos y bromeé con ella, diciéndole que la haría enojar más seguido sólo para poder reconciliarnos de esta manera, ella me advirtió que quizá la próxima vez no sería así.

—Te amo t/n, te amo. — Le dije finalmente, ya no podía callarlo más.

—Yo también te amo Aidan. — Respondió haciéndome sumamente feliz.

Otra vez nos fundimos en un beso, pero esta vez sin segundas intenciones, cargado de emoción, de ternura y porque no decirlo, de amor, ambos nos queríamos y esa era una manera de demostrarlo, después nos abrazamos fuertemente y de pronto ella se separó y me miró un tanto asustada señalando el hecho de que no había usado condón esta vez, lo había olvidado, no me había llevado ninguno a Londres porque sabía muy bien que no los necesitaría y a decir verdad, no me importaba si la embarazaba, porque sería el fruto de nuestro amor y así se lo hice saber, aunque no exactamente con esas palabras porque el miedo seguía presente en su cara, tal vez no se sentía preparada para eso y le afirmé que seguiría usando si eso la tranquilizaba.

Me preguntó cuándo regresaba a Londres y no me gustó para nada su comentario ni el tono de su voz cuando le expliqué los motivos por los cuales estaría sólo un par de días en Nueva Jersey.

—T/n yo no te voy a dejar sola, ¿Ok? Siempre he sabido administrar mi tiempo y debes creerme cuando te digo que nada es más importante que tú, nunca, grábatelo bien, nunca mis negocios han estado por encima de las personas que quiero, tengo todo planeado y organizado para poder pasar el fin de semana entero en Miami para la boda de Presley, a la que tú me vas a acompañar, por cierto. —

Le expliqué y una traviesa sonrisa se dibujó en su rostro y me respondió que no sabía si iría, así que le comuniqué que estaría ahí sin importar cómo, entonces aceptó acompañarme, pero agregó que la dejara trabajar. Yo aproveché para llamar a Londres y revisar mis mails en el celular, había algunos urgentes y los respondí. Como hora y media después salimos de su oficina, ella me tomó una foto cargando al oso mientas se reía, me encantaba verla así de contenta, adoraba su sonrisa. Le pregunté si podía quedarme en su departamento, ya que Juliet me había enviado un mail pidiéndome permiso para quedarse en el mío porque habían fumigado el suyo, así que no era opción ir ahí porque no quería que nada nos interrumpiera estos días que estaríamos juntos, sabía que sería poco el tiempo que compartiríamos porque estaba trabajando y yo quería que esos momentos fueran perfectos.

Al llegar al departamento dejé el oso en su habitación y después me dijo que no tenía nada para cenar, así que le sugerí que pidiera una pizza, mientras lo hacía yo le besaba el hombro por encima de la blusa, pero ella me hacía gestos para que me detuviera porque no se podía concentrar en hablar por teléfono. Cuando me dijo que llegaba en media hora le indiqué que era tiempo suficiente.

—Eres insaciable Aidan, ¿Te tomas algo? —

—Tú eres mi mejor estimulante y esta noche lo único que quiero es hacerte feliz, amarte como mereces. — Respondí, a decir verdad me tomaba unas vitaminas, que aunque no fueran estimulantes sexuales, me ayudaban.

La despojé de su blusa y de su sostén, mi lengua impaciente recorrió uno de sus senos y jugueteé con su pezón, mordiéndolo y succionándolo, después hice lo mismo con su otro seno en tanto mis dedos se abrían paso por su centro que se humedecía poco a poco y sus gemidos se dejaban escuchar. Bajé lamiendo por su abdomen, me entretuve en su ombligo y luego le quité el resto de la ropa, dejándola completamente desnuda. Le abrí las piernas para sumergir mi cabeza y mi lengua fue recorriendo su cavidad, sus paredes y su clítoris que lamí y saboreé como el mejor de los manjares.

—Oh, Aidan, ah… — Exclamaba estimulándome a seguir.

Era tan fascinante escucharla decir mi nombre con la voz entrecortada, así que continué dándole placer hasta que sentí que llegaba al orgasmo y bebí sus líquidos como si se tratara de una ofrenda de su parte mientras la escuchaba chillar por el intenso momento que estaba experimentando.

Llegó la pizza y cenamos mientras veíamos televisión, después ella se fue a lavar los platos y al regresar se sentó en mi regazo y fue besándome el cuello, excitándome, entonces la cargué y la llevé a la habitación. Le hice el amor luego de recorrer su cuerpo con besos y caricias, al terminar me acosté a su lado

[...]

Después de que t/n subió al taxi para ir a trabajar, regresé al departamento y me dormí, necesitaba recuperar las energías que había gastado de manera exquisita la noche anterior con ella. Desperté justo a tiempo para ponerme de acuerdo con ella y encontrarla para almorzar juntos. Me di una rápida ducha y me dirigí al restaurante que me indicó. Otra cosa se agregaba a la lista de lo que nunca antes había hecho, pedí una mesa sobre la acera, por lo regular pedía en un discreto rincón, pero ahora no tenía nada de que ocultarme, por el contrario, quería que todo el mundo se diera cuenta de lo feliz que era con mi t/n.

—¡Aidan Gallagher! — Escuché una voz femenina exclamar y levanté la vista que tenía clavada en el menú. — No lo puedo creer, ¿Qué haces aquí? — Agregó y me levanté para saludarla al reconocerla.

—Esperando a mi novia. — Respondí extendiéndole la mano y nos dimos un beso en la mejilla.

—Es una broma, ¿Verdad? — Exclamó incrédula riéndose.

—No, hace un par de meses que tengo novia...formal. —

—¿Enserio ha sido cazado el irresistible Aidan Gallagher? — Dijo subiendo sus manos por mi pecho. — Es una verdadera lástima, aunque… — Se lamió los labios. — Eso no es impedimento para que tú y yo algún día volvamos a divertirnos, como en los viejos tiempos. — Añadió acercándose peligrosamente a mí y giré la cara para evitar que me besara en los labios.

—Buenas tardes. — Escuché la voz seria de t/n decir.

—Corazón, al fin llegas. — Dije feliz y la tomé de la mano para luego besarla en los labios, quería que quedara muy clara mi relación con ella. — Mira, te presento a una vieja amiga Jane, ella es t/n, mi novia. —

—Mucho gusto. — Respondió Meredith sin extenderle la mano.

—Igualmente. —

Meredith agregó un comentario bastante desagradable y después me dio un beso en la mejilla de despedida, en seguida noté como se enfureció más y tuvo toda la intensión de, ¿Golpearla? ¿Sus celos podrían llegar a tanto? Quizá era tan psicópata como yo. Traté de tranquilizarla, pero seguía reclamándome, a pesar de mis explicaciones.

—T/n, hace mucho que dejé de estar con otras mujeres. — Mi cuerpo ni siquiera respondía a otras. — Grábate esto muy bien aquí. — Señalé su sien con mi dedo. — Y aquí. — Señalé su corazón. — La única que me importa eres tú, a la única que quiero es a ti, con la única que me interesa compartir mi cama es contigo. — Musité en su oído y la abracé. — Aunque para serte sincero, me da gusto que esto haya pasado, porque tus celos me demuestran cuánto me quieres. —

—¿Y todavía te atreves a dudarlo? —

—No, pero me encanta confirmarlo. — Aclaré y la besé.

—¿De verdad no ibas a dejar que te besara? —

—Por supuesto que no, te lo juro, entiendo tu desconfianza, pero si de algo debes estar segura es que jamás te engañaría, no tengo ninguna necesidad de hacerlo, ya vamos a comer, anda. —

𝐌𝐢 𝐀𝐫𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐓𝐞𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐.𝓖.) [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora