8. "Primer encargo"

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Cuando Keisuke se acercaba a la enorme estructura que era el bastión, este no podía quedar más que impresionado. Era una obra de arte arquitectónica, construida con la esencia japonesa que se utilizaban en muchos templos antiguos.

Cerca del muro, comenzó a bordearlo para encontrar la entrada. Finalmente dio con ella, y divisó como varios cazadores entraban al recinto. El debería de hacer lo mismo, por lo que se adentró junto a ellos al interior de los muros. Maravillado por la decoración, se fijó en la mujer que los esperaba con otro grupo más adelante.

-Bien, me alegra saberlo. -parecia que conversaba ya con los cazadores que la rodeaban. Se aclaró la garganta, emitiendo el clásico ruido que conllevaba hacerlo- Soy Hanato Hakashi. Pilar de la luna, es un honor a mi informaros que oficialmente, os habéis convertido en aquello a lo que aspirábais, Cazadores.

¿Un pilar? No lo podía creer. Los pilares eran los cazadores más experimentados, el rango más alto en toda la organización. No han sido muchos los que se han convertido en pilares, en toda la historia. Le impresionó que aquella chica fuese uno. ¿Qué tan poderosa podría ser?

Keisuke asintió con determinación, ahora cargaba una importante responsabilidad sobre el, tendría que estar a la altura. La propia vida de sus compañeros podría verse afectada. Hablando de compañeros..

Al torcer la vista para observar un poco la gente con la que estaba, divisó a un chico que le resultó muy familiar. ¿Sería Soul? Como estaba de espaldas no podía confirmarlo, pero el quería pensar que fuese el.

-Bien, ahora debéis de asignaros un compañero -ordenó, pasando la mirada encima de todos- Esto es debido a que se os va a encargar vuestra primera misión, y preferimos que como mínimo, al ser principiantes, no estéis solos.

Tras aquello que dijo el pilar, una revuelo de murmullos comenzó a crearse, en todos los alli presentes. Empezaron a haber movimientos, de gente agrupandose y buscando parejas. Keisuke solo podía pensar en si era Soul aquel chico que vio. Con tanto movimiento no podía confirmarlo desde ahí.

Por eso empezó a moverse, buscando entre la pequeña multitud algun rostro conocido, pero a simple vista nada. Al final, fue alguien quien tocó su hombro. Keisuke se sorprendió al girarse y reconocer a la persona que lo buscaba

-Katherine -murmuró su nombre mientras trataba de asimilarlo. La chica le sonríe, sin embargo conservaba esa timidez que ella siempre tenía.

-K-Keisuke, me alegro de verte.. ¿Te parece.. si vamos juntos?

Aquello significaba que ya podia empezar a olvidar de Soul. Asintió ligeramente, iría con Kath, no pasaría nada. Ya era una buena compañera que llego a conocer los últimos días de la prueba, y fue gracias a ella muy posiblemente de que Keisuke ahora mismo estuviera con vida.

Algunos elegían a sus compañeros, aunque la mayoría estaban perdidos, y dudaban todo el tiempo de con quien hablar. Esta actividad podría servir para conocerse mejor entre ellos, pero al principio sería incómodo. Aria cruzó la entrada del muro a toda prisa, sintiendo que llegaba tarde.

La chica se había retrasado algo más de la cuenta gracias a su cuervo, que no se estaba quieto. No le hacía caso y no le enseñaba las indicaciones acertadas para llegar al bastión. Era todo un milagro que ella estuviera allí. Se acercó a la masa de gente, perdida, y estudio las acciones de cada uno. Llegó a la conclusión de que parecía que se agrupaban.

A Soul no le agradó esta situación. Cuando anunciaron que el encargo no sería individual, se vio bastante preocupado. No quería ir con nadie, simplemente porque aún seguía con esa forma de pensar, de no querer acercarse a nadie para que no acabe mal parada.

Kimetsu no Yaiba SDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora