23. "El demonio de las flechas"

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¡Crack!

Aquel era el sonido de la madera al partirse en dos. Eso fue lo que Kiyoshi pudo escuchar cuando por culpa de una flecha explosiva tuvo que traspasar dos metros de grosor de restos semicalcinados de madera. Sintió como su cuerpo se calentaba con tanta facilidad que llegaba a quemarse.

Abrió los ojos desorientado tras el impacto y se encontró rodeado de fuego, fuego que trataba de alcanzarlo y calcinarlo. Kiyoshi miró a su alrededor, estaba dentro de una trampa de madera que lo retenía, mientras ardía aumentando la temperatura ahí adentro. Su cuerpo le dolía, en especial su espalda. Intentó patear la madera con toda su fuerza pero descubrió que eso solo conseguia que el fuego avance.

-Mierda.. ¿Y ahora que hago?

¿Sería buena idea intentar desenfundar su espada y tratar de cortar todo? No había mucho espacio ahí adentro, casi que era aplastado por la madera. ¿Cuanto tiempo tendría? Quizá era cuestión de minutos de que el fuego comenzase a comerse su cuerpo. ¿Estará Ein bien? Esperaba que si, puede que ahora mismo ella sea su única esperanza.

Vamos Kiyoshi..has estado en peores aprietos..busca algo, algo que puedas hacer. Siempre tenemos la opción de hacer lo correcto..eso es algo que no dejaba de repetir mi padre antes de aquel día. Entonces.. ¿Qué es lo correcto aquí?

El chico sintió que se le saltaban las lágrimas de los ojos. Su padre era un hombre bien, humilde y generoso. El siempre tenía soluciones para todo, por algo era el cabeza de familia.

Desde muy pequeño, Kiyoshi siempre quiso ser como su padre. Un hombre fuerte y justo, con la capacidad de convencer a quien sea de hacer justicia, todo por ver un mundo equitativo y perfecto. Era lo que más admiraba de su difunto padre, una pena que nunca tuvo la oportunidad de decirle cuanta verdad tenía en tantas cosas.

-No quiero morir..no quiero morir..- balbuceó asustado- Tengo..mucho por lo que hacer aún. No puedo acabar como mi padre..no puedo..

Pero todo apuntaba a que si. Desde dentro no se podía hacer nada, y todo apuntaba a que Ein estaría en una situación igual de apurante. Quizá ella también contaba con la ayuda de Kiyoshi, y el estaba ahí atrapado sin poder proporcionarsela. ¿Eso era a lo que estaban destinados?

-Lucha..

Se repitió a si mismo. Con su mano agarró el mango de su espada, que comenzó a desenfundar con toda la delicadeza que podía para no derrumbar todo el montón encima de él. Una vez lo logró, puso la espada encima de su pecho, apuntando al techo de escombros. Tenía que hacerlo de un único corte.

-Lucha..

Ahora agarraba el mango con sus dos manos. Cerró los ojos, sintiendo como el sudor le recorría toda la mejilla hasta precipitarse al cuello. El humo estaba empezando a dejarle sin aire, lo ahogaba. O escapaba ahora o perdería la consciencia y se ahogaría ahí dentro.

Lucha.

-UUUUAAAAAAA -Tensó todos y cada uno de los músculos en sus brazos. Impulsivamente, ejerció todas sus fuerzas en el filo, en su hoja.- ¡TORBELLINO DE POLVO!

Golpeó con todo el orgullo que había acumulado aquel techo que lo separaba de la vida. Sintió como todo a su alrededor crujía y se partía. Un gran remolino empezó a arrasar y remover todo ahí adentro, hasta que la madera calcinada salió volando. El torbellino que había formado con la respiración del viento apagó el fuego que casi lo mata. No sólo era eso, ahora tenía vía libre para salir. Se deslizó hacia arriba todo lo que pudo hasta que logró salir arrastrándose por lo que podía agarrarse.

Kimetsu no Yaiba SDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora