Kimetsu no Yaiba SD

27. "Encuentro" (PARTE 1)

Hoy, 27 de febrero de
2024, se cumplen 99
años desde los acon-
tecimientos del libro.
Hice el capítulo con
mucho empeño, dis-
frutar, cazadores.

Después de un largo rato de intentos fallidos, Soul se rindió por completo. Aquello que le ha pedido Zenitsu resulta ser imposible para el. Por mucho que lo intentaba, no conseguia hacer temblar siquiera lo más mínimo la pequeña calabaza que le había dado.

Tiene que soplar por el hueco superior para llenarla de tanto aire que la calabaza no sea capaz de comprimirlo y se parta en trocitos por la presión.

Dejó caer el objeto al suelo. Estaba sucio, lleno de barro, sentado sobre un tronco tirado en la tierra. Nunca se sintió tan estúpido o humillado. Quería volver al bastión y alejarse de ahí, porque no veía sentido alguno continuar aquí.

Su estado de ánimo quedó a un lado cuando escucho al otro lado de unos matojos movimiento entre la vegetación. El chico llevó la mano a su arma enfundada a la vez que se puso de pie.

Estaba en plena luz del día, por lo que de tratarse de un demonio, no podía entender como puede moverse a sus anchas con el peligro que les supone la luz del sol.

-¿Quién anda ahí?- preguntó cuando el movimiento se exageraba más y le daba la sensación de que también se acercaba.- Estoy armado.

Ante esas palabras el movimiento cesó. La calma volvió al lugar y aquello solo le dio a entender que quien se escondía se trataba de una persona, o un ser racional. Eso igualmente no asegura que no se trate de un demonio.

El chico avanzó lentamente hacia el lugar donde se encontraba ese ser escondido, lo más cauteloso posible. Extendió su mano, como si quisiera alcanzar al causante del ruido.

-La curiosidad ciega tus instintos.

Su cuerpo se paralizó al escuchar aquellas palabras dulces como el aroma a las glicinias y afeminado, reconoció el género de quien las pronunció.

Se dio media vuelta y ante el se encontraba una esbelta chica probablemente de su misma edad, de cabellos largos enegrecidos, que caian a ambos lados de sus orejas, ocultando parte de su rostro, alisados de forma perfecta, sobrepasaban sus hombros y rendían acabando su espalda.

Sus largas pestañas adornaban y embellecian mucho más esos perfectos ojos del color rosado que adopta muchas veces el atardecer. Su mandíbula se ceñia a una mandíbula redonda, pero marcada, que acababa y se escondía en los inicios de una bufanda.

Vestía un Kimono de color rosa, calcado en sus tejidos muchas simbologias relacionadas a flores y pétalos. Su mirada le cautiva, una frágil pero serena. Soul seguía sin palabras.

-Quiero disculparme por asustarte de tal forma.- Se disculpó la chica.- Dime, ¿Cómo te llamas? Sería un honor saberlo. Llevo mucho tiempo viéndote.

¿Qué hace una chica tan bella perdida en un lugar tan sucio del bosque? Su mirada se deslizó sobre sus ropajes, que se hicieron de notar porque no estaban nada manchados. ¿Cómo pudo hacer para no llenarse de barro?