14. "Una nueva amenaza"

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De un momento a otro, Soul se vio más confiado que hace unos segundos. Había cortado las piernas del demonio, de un solo ataque y de forma contundente. Sin embargo, el demonio había adoptado otra postura para poder seguir combatiendo. No podía mantenerse con las piernas, pero usaba dos de sus cuatro brazos (uno a cada lado) para mantenerse fijo y no ser derrotado.

Eso fue algo inesperado, el chico no pensaba que aquel demonio tendría la suficiente agilidad como para hacer algo así. Pero no lo detendría. Ahora solo tenía que rebanarle los brazos y ya no tendría nada con lo que luchar.

Miró a Aria, que se encontraba a su lado. Ella mostraba en aquel momento seguridad, confianza, y una gran llama de fuerza interior que avivaba el corazón de los dos. Usarían sus respiraciones para unirlas en un solo ataque que acabase con el demonio. Ambos se inclinaron hacia delante, elevando el filo de sus armas.

Sus Nichirintos se envolvieron, la del chico por un lado, de una intensa corriente marina entrelazada de forma circular por toda la espada, y la de la chica quedaba expuesta a una gran corriente llameante, que difuminaba todo a su paso.

El demonio observó a los dos, sin saber como defenderse de ese ataque, ahora que no contaba con las piernas. Ya no era tan ágil, ni tan fuerte. Si no regeneraba las extremidades perdidas, terminaría por...

-¡Respiracion del/ de la agua/llama! -gritaron ambos, a la vez, y consecutivamente, dieron un paso al frente- ¡Tercera postura! -volvieron a exclamar- ¡Danza de las corrientes!/ ¡Ola de llamas ardientes!

Se lanzaron en picado hacia el demonio, cubriendo los dos flancos por los que podría contraatacar el comehombres. Este alzó sus dos brazos disponibles, tratando de lanzar con toda la fuerza que tuviera un ataque hacia el espadachin, y así fue.

Soul, una vez estaba ya a centímetros del demonio, observó como sus brazos caían en picado a él. No podría bloquear el ataque debido a que estaba ejecutando en ese momento la danza de las corrientes, no le daría tiempo. Pero Aria se encargo de deslizar su Nichirin sobre el ataque de Soul, para rebanar ambos brazos que se dirigían a golpear a su compañero. El demonio salió ardiendo, y Soul aprovechó para asestar su ataque en su cuello. Así, la espada cortó de forma limpia y contundente la cabeza, que salió rodando al instante varios metros por el suelo.

Aria observó el cuerpo del demonio desplomarse en el suelo. Le causaba sensaciones extrañas, no era algo bonito de ver. Pero era algo que se tenía que hacer. Luego miró a Soul, quería saber si el estaba bien. Comprobó que no tenía nada, mientras el ahora también la miraba. El demonio terminaba por descomponerse.

-Lo conseguimos -diría Soul, casi como en un susurro.

Aria asintió, lograron acabar y no con mucha dificultad con aquel demonio. Aquella era la viva imagen de la unión hace la fuerza. Soul quiso comprobar si su compañera llegó a hacerse algo, por lo que la examinó de cerca, tratando de buscar en las mínimo detalle.

-¿Qué haces? -preguntó ella

-Comprobar que no te hayas hecho nada.

Al oir aquello, Aria no pudo hacer otra cosa que quedarse paralizada. ¿Se iba a tomar la molestia de hacerlo? No había visto a nadie se preocupe tanto por ella, o de esa forma, exceptuando a su prima hermana. No negaría que le gustó saber que se preocupaba, pero causó en Aria un sentimiento triste, al recordar que ni su propia familia mostraría ese interés en ella.

-No tienes nada -comunicó Soul- Venga, rápido. Sigamos, no hay tiempo que perder.

Y era verdad, ahora lo que menos tenian que hacer era frenar. Pronto anochecería, y para ello antes tendrían que llegar a la cima. Guardaron sus armas en sus fundas y se pusieron de acuerdo. Aquel enfrentamiento les habia retrasado bastante, por lo que reanudaron la carrera hacia su destino.

Kimetsu no Yaiba SDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora