Capítulo 20

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Después de salir del salón Arturo se fue a su habitación con el espejo a pensar bien en su elección, y los demás se fueron a merendar y comentar la situación.

Kitty parecía más animada que en todo el día, y conversaba en voz baja con Fiona acerca de las princesas.

-Blanquita estará muy decepcionada- decía la ogra- está mañana charlamos un rato y estaba segura de que el espejo la presentaría como la más hermosa del reino.

-Bueno, es que eso tiene que ver con su cuento.

-Yo opino que debería casarse con la 2- apuntó Burro- no lo va ha humillar porque parece ser tímida.

-¡Burro!- lo regalaron la mayoría, a excepción de Gato y Shrek, que opinaban lo mismo y se quedaron callados.

-Aunque si es cierto que la 2 parece agradable- Fiona trató de conciliar.

-No puede ser la 2- la seguridad de la reina Lillian sorprendió a todos.

-¿Por qué, mamá?

-¿Cómo está tan segura, majestad?

-Esa tal Isabel se nota que solo reza y sonríe, aunque sería buena con Arturo no lo sería con el reino.

-¿A que se refiere?- preguntó Perrito tímidamente- creería que si alguien es bueno con el rey será bueno con el reino.

-Arturo es un buen chico- empezó a explicar la reina viuda- pero carece de la...no sé cómo explicarlo. La astucia, se podría decir, que debe poseer un soberano para gobernar bien. Necesita una reina decidida y con mano firme que lo ayude.

Hubo un oh colectivo.

-¿Entonces cuál elegirías?- preguntó Shrek a su suegra.

-Si estuviera en mi mano tomar esa decisión, creo que la número 3, sin embargo la 1 está mejor conectada y eso es lo que más importa en este caso. Si la 1 no jugará con magia...

-En su momento la magia podría ser útil- dijo Burro.

-Quiza- la reina Lillian tuvo que sofocar un estornudo- me retiraré a mi habitación hasta la cena. Fiona, querida, ¿Por qué no me traes a los niños un rato?

-En un momento- prometió la princesa y, tras despedirse del resto del grupo, fue a buscar a sus hijos, los cuales estaba dándose gusto en la cocina.

Burro había quedado de ir a jugar una partida de naipes con Gengi, y se fue a su cita unos momentos después, y Shrek aprovecho el tiempo para tomarse una siesta.

El Equipo Amistad quedó solo y decidieron charlar de las princesas en privado.

-Yo creo que escogerá a la 2- opinó Perrito- es la que parece más amable.

-Pues yo opinó que la 3. A las malagueñas no les gana nadie- el atigrado se corrigió al ver la mirada acusadora de su esposa- estoy hablando solo de humanos, obviamente.

-Aja- pero la blanquinegra no parecía molesta- yo apuesto por la 1. La reina viuda dió buenas razones que seguramente compartirá a Artie, y ya que se tiene que casar por obligación..
.que se case con la mejor relacionada.

-En cierto modo tiene lógica- admitió Perrito- pero, ¿Los matrimonios no deberían ser por amor?

-Si, claro- trató de responder el atigrado, pero Kitty se le adelantó.

-O por estupidez- sin embargo su tono era de broma y le sopló un beso a Gato a espaldas de Perrito.

En charlas similares llegó la noche para el Equipo Amistad. Estaban muy tranquilos cuando fueron a cenar con los demás (a excepción de Artie, que no aparecía) y volvieron a discutir cortésmente sobre la elegida del rey.

Al día siguiente, les llegó la información de que Arturo convocaba a todos (amigos, asesores y ciudadanos de la ciudad) en los jardines del castillo a las dos en punto para informarlos de su decisión.

Esperaron con impaciencia hasta la hora establecida, y junto a las familias de Shrek y Burro, bajaron a la parte delantera del jardín, para escuchar ver la expresión de Artie cuando anunciara a su futura esposa.

Cuando por fin llegó la hora requerida, todos los miembros del castillo y de la ciudad salieron a abarrotar los espaciosos jardines, ansiosos por saber quién sería su futura reina.

En un palco privilegiado ubicado en un balcón estaban las princesas Cenicienta, la Bella Durmiente, Blancanieves (está última con signos de haber llorado y un gesto de desafío) y la reina Lillian. Fiona y su hija Felicia podrían haber estado allí de haberlo deseado, pero preferían estar con su familia.

Arturo salió al balcón principal, del que podía dirigirse a todos.

-Mi querido pueblo- empezó- es un motivo de gran felicidad para mí compartirles quien será nuestra próxima reina, que, todos esperamos que este a la altura de la anterior, mi apreciada tía Lilian- sin embrago su rostro no se veía feliz, sino serio y ligeramente preocupado.

Hubo una algarabía general de los ciudadanos saludando a su rey (más ruido de las criaturas de cuentos de hadas que de humanos) antes de que Arturo continuara.

-Les presento el nombre de mi futura esposa: ¡La princesa Catherine de Córdoba!

Aplausos y más aplausos. Aunque la mayoría no sabía quién era, lo celebraban igual.

-¿Por qué dijo Catherine?- preguntó Perrito a Gato en un susurro- Creía que la princesa se llamaba Catalina.

-La traducción idiomática- le contestó el anaranjado, también en un susurro- allá es Catalina y aquí será Catherine.

-Oh.

Tras un rato más en que Artie hablaba de todas las ventajas diplomáticas que traería ese matrimonio la gente empezó a dispersarse y Gato, Kitty, Perrito, Shrek, Fiona, Burro y los hijos de todos fueron a hablar en privado con el joven rey.

Se dirigieron al salón detrás del balcón donde estaba Arturo a ver qué decida de la princesa de Córdoba realmente.

Artie no parecía muy tranquilo cuando ellos llegaron.

-Ya está hecho- dijo un poco alterado- ya le he informado al pueblo, ya no puedo echarme atrás.

-Pero, ¿Estas seguro de que quieres casarte con ella?- le preguntó su prima con delicadeza.

-Fiona, ya sabes que este matrimonio es concertado, si yo pudiera elegir...creo que por lealtad a Gwen no me casaría nunca.

-¡Yo sé algo sobre Gwen!- Burro no podía decir nada bueno después de esa frase, pero Artie no lo comprendió.

-A sí, ¿¡Que!?

-La ví en un comercial con Lancelot, hablando de cómo hacer que la maternidad no dejará estrías.

-¿Maternidad?- titubeó Artie.

-Si, aparecía también con un bebé.

-Claro- murmuró el rubio para sí- no podría ser de otra manera. Saben, creo que lo mejor es que me retire por un rato. Adiós, gracias por su apoyo.

-Estoy seguro de que en el caso de Burro eso fue sarcástico- dijo Shrek después de que el rey se fuera.

El Gato con Botas: La última vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora