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Ya era tarde. El sol pronto se ocultaría. Hacia frio. Las luces de la calle empezaban a encenderse. El sensei ya no tenía nada más que hacer en el mercado negro por lo que antes de irse, invitó a sus dos estudiantes a comer. Fueron a un restaurante cerca del límite del mercado negro. El educador abrió la puerta del local a las damas. Se sentaron y tomaron la carta. Les dijo que pidieran lo que quisieran. Nodoka dijo no tener hambre. Su estómago dijo algo diferente. El sensei le dio la carta y le hizo saber que, si ella no escogía, el pediría por ella. La comida estaba tardando de llegar más de lo esperado. Cuando finalmente llegó, les sirvieron un banquete. A Nodoka se le caía la baba de solo ver. Recuperando la cordura, dijo que eso no era lo que habían pedido. El sensei le dio la razón. La mesera dijo al sensei al oído que alguien más estaba pagando por ello. Que lo único que pedía era un momento con él. El sensei se puso de pie diciendo que pronto volvería. La mesera lo llevó a la zona V.I.P. del restaurante. Cada mesa era como un cubículo iluminado por una luz amarillenta. La mesera le indicó la mesa en la que lo esperaban.

—Sensei. Creo que ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos... —Le echó un vistazo de pie a cabeza— Se ve bien.

—En serio estoy empezando a dudarlo.

Black Suit lo invitó a sentarse. En medio de la mesa había un plato de lomo de wagyu con risotto de hongos morilla. Del lado de Black Suit, una copa de vino y del lado del sensei, nada.

—Siéntase libre de comerlo si gusta...

—No, gracias...

—Entonces, pida lo que guste. —La mesera ofreció la carta al sensei— Sin compromisos.

Con una seña de mano, la rechazó. Viendo al eterno sonriente a la cuenca de su posible único ojo, dijo:

—Tráigame un vaso de agua.

—¿Seguro que no quiere nada más?

—Estoy bien con el agua.

La mesera se marchó atraer el pedido.

—Y ¿Qué es lo que quiere?

—Me han contado un par de cosas. Quería cerciorarme de su veracidad.

Volvieron con el vaso de agua para el sensei. Se lo pusieron en la mesa sobre un portavaso.

—Desde ayer he estado escuchando que el querido sensei de Kivotos, desapareció. Quería saber cómo estaba.

—No sabía que se preocupara por mí. —Le dijo con poca simpatía.

—¿Qué clase de rival seria si no lo hiciera? —Le respondieron con una maliciosa risa.

—Acerca de mi desaparición, al parecer mis estudiantes están demasiado consentidas... —El sensei tomó el vaso y lo movió en círculos— No puedo ausentarme un poco sin que la ciudad arda en llamas.

—Son criaturas ingenuas.

—Todos lo llegamos a ser en algún momento... Por eso soy su profesor... Disculpe, me puede traer un poco de hielo.

—Peca de ingenuidad al igual que ellas... Ese apoyo incondicional puede ser como una droga.

—Apoyo incondicional... No está equivocado y es curioso... No podría educarlas si no fuera así, pero... yo diría que no podría aprobar todo lo que quieran hacer.

La mesera volvió con un recipiente. Tomó un par de cubos de hielo y los echó en el agua. Los cubos se fueron al fondo y luego salieron a flote.

—Veo que no puede confiar completamente en ellas...

Las cejas del sensei se fruncieron mientras tomaba un sorbo del agua.

—Es comprensible. —Continuó diciendo Black Suit— Aunque son seres claramente mejores que nosotros en algunos aspectos, no difieren de ser como todos los seres vivos. Egoístas y Maliciosos.

Blue Archive - M.O.T.H.E.R. (Versión en Español) (Volumen 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora