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Habían llegado a Millenium. Iban por la calle. Observaban como las estudiantes miraban hacia él y murmuraban. Con eso esperaba a que por fin el dichoso rumor de la desaparición, valga la redundancia, desapareciera. Iban de camino a ver a Utaha por el encargo. En el taller del club de ingeniería Hibiki y Kotori les dieron la bienvenida. Les avisaron que Utaha no estaba. Había salido temprano y que volvería dentro de un rato. Mientras tanto, Hibiki enseñaba sus armas mortales al sensei y Kotori freía las neuronas de Nodoka con datos banales hasta que Nodoka le preguntó si tenía algún dato interesante acerca del sensei. Humo salió de Kotori.

Walinex 8985. Un robot de limpieza que podía se podía encargar del aseo de cada rincón del hogar y capaz de barrer con todo en unos 30 metros a la redonda con el botón de auto-destrucción que Hibiki le había instalado. El sensei lo observaba con intriga y terror cuando le susurraron con dulzura al oído.

—Sensei.

Se le erizó la piel antes de dar un brinco en el que casi se le detiene el corazón. Noa reía. Yuuka la regañaba y Nodoka trataba de dar primeros auxilios al sensei. Con el alma devuelta en el cuerpo, El sensei se sentó con las chicas del seminario a hablar.

La amante de las estrellas vigilaba a Noa desde detrás del asiento de su querido profesor. Yuuka le preguntó quién era ella. Sin entrar en detalles, le dijo que era alguien de Red Winter a quien le había pedido ayuda con un trabajo. Noa se levantó y fue hasta la custodia. La estudiante de la academia más grande en Kivotos dio unos pasos atrás. La abrazó sin miramientos y le dijo al sensei que le parecía linda y que le recordaba a Yuuka-chan. La tesorera la regañó sonrojado y la mandó a que se sentara. La chica de cabello azul se disculpó con Nodoka y el sensei por las acciones de su compañera y le dijo que tan pronto como supo que él llegaría a Millenium, preparó la información que había obtenido investigando los documentos que le había enseñado. La secretaria del consejo estudiantil desveló que Yuuka pasó toda la mañana preparándose para ese momento. Era la tercera vez que lo veía en la semana y quería asegurarse de que se vería bien cuando lo viera.

—¿No cree que lo menos que se merece es un «Que linda te vez»?

Yuuka no lo vio venir. Quedó congela con una expresión de vacío mental mientras le pasaba los papeles al sensei.

—Lo siento, Yuuka, lo siento... Creo que me excedí esta vez.

El sensei, con la intensión de que no se sintiera avergonzada, le dio el golpe final diciendo que siempre que la ve, piensa que esta linda. Nodoka infló los cachetes de envidia al igual que Noa.

—¡N-n-no se burle de mí!

—P-pero yo...

Le dio los papeles y con una aparente actitud de soberbia y enojo se sentó con los brazos cruzados. Los documentos tenían notas, líneas subrayadas y algunas palabras y números marcados con un circulo. Noa tuvo que explicar que es lo que habían encontrado.

Retomando lo que Yuuka le había dicho por celular, los recibos pertenecían a una transacción entre Cute & Funny Inc. Y una entidad financiera anónima en Gehenna. La primera vez que se revisó, los números de serie de los productos no concordaban con lo que se vendía, pero profundizando en el por qué, ya que era muy sospechoso, y no concordaban por la fecha. Las compras ya tenían algunos meses. La compañía había sido recientemente adquirida por otra entidad en Kivotos por lo que poco a poco había ido siendo reestructurada, y con ello, sus productos. Sabiendo eso, indagaron en el pasado de Cute & Funny Inc. Por más que buscaron, solo se encontraron con que era una compañía que se movía en el mercado negro, un área que no está muy lejos de tener su propia jurisdicción, eran bastante cautelosos con quienes hacían sus negocios y sus productos no eran nada de lo que pudiera considerarse extraordinario excepto por la enorme cantidad en la que eran comprados. En Kivotos existe una ley que dice que todos los movimientos de dinero en grandes cantidades, sean en efectivo o transacciones entre entidades financieras, tiene que ser registrado. Esa se podría decir que era la razón número uno por la que esas facturas existían. Aun siendo un área tan peligrosa, no cumplir con las normas, podría meter al mercado negro en problemas con el General Student Council. A primera vista, los recibos no decían nada importante, lo que cambiaba el juego era el informe. Lo único que se reporta a la administración de Kivotos son los recibos o comprobantes de los movimientos. El informe que el sensei había recibido había sido escrito por alguien que sabía lo que se escondía tras los recibos. Noa dijo que había un mensaje cifrado entre las palabras y la única persona que recordaba que escribía de esa manera y ocultaba mensajes con ese método en los documentos era Kurosaki Koyuki. Resumiendo lo que la coneja blanca de la suerte quería comunicar al sensei era lo que se compró, una ubicación fuer de Kivotos, el comprador y el propósito de la compra. Las chicas habían visto antes al sensei serio, molesto y enojado, aún sin decir una palabra y solo viéndolo cambiar su postura y fruncir el ceño, podían decir que estaba más enojado que nunca.

Utaha llegó se encontró con una reunión extraordinaria en el pequeño rincón que tenían en el taller para las meriendas. Todos se veían serios. El ambiente era bastante tenso. La presidenta se puso nervioso y no dudó en preguntar que qué había hecho Hibiki. La estudiante de primer año le reclamó nerviosa diciendo que no había hecho nada. Las demás rieron. Las risas sacaron al sensei de sus pensamientos. Saludó a Utaha y le preguntó que si había averiguado algo de lo que le había dado. Le devolvió la bolsa con las tres balas. Le dijo que dos de ellas eran balas genéricas, baratas, comunes y corrientes. Ese tipo de bala era de diseño esférico para ahorrar costos y poder ser usada en casi cualquier tipo de arma y hasta posiblemente ser reutilizada si hacía falta. Era el tipo de bala que regularmente usaban las pandilleras. La otra bala se asemejaba a las otras dos, se podía decir que casi no había diferencia, si no fuera por unas pequeñas grietas que le encontró y porque se veía más deteriorada que las otras dos. En primera instancia se podría decir que había sido usada muchas veces, sin embargo, el material del que estaba hecho era diferente. Era una aleación de metales conocida por ser capaz de mantener una temperatura interna alta constante. El exterior de la bala era más débil que el interior y ahí la razón de las grietas. La estudiante de tercer año llevó la bala a una conocida genio del Shanhaijin Senior Secondary School. Utaha llamó a la susodicha genio. El holograma de Saya apareció.

—¡Oh! ¡Sensei, tanto tiempo!

—Hola, saya.

—¿Cuándo vendrá a Shanhaijin? Necesito a alguien con quien exp... Digo... A alguien a que me dé una opinión neutral de mis experimentos.

—¿Neutral? —Preguntó Nodoka.

—Seguro las chicas de Valkyrie no piensan que esos experimentos sean muy legales que digamos.

—Tch... Siempre andan metiendo sus narices donde no las han llamado.

—Bueno... ya hablaremos después de ética. Podrías decir al sensei los resultados del análisis de la bala que te llevé.

—Estaba contaminada con una bacteria. —Dijo sin rodeos— Es la primera vez que veo una bacteria así, pero con las pruebas que he hecho, he descubierto un par de particularidades. La primera es que solo puede sobrevivir a altas temperaturas. La número dos es que no solo son capaces de infectar un cuerpo como cualquier otra bacteria si no que a través de eso son capaces de robar energía y almacenarla como pequeñas baterías.

—¿Has descubierto todo eso solo con revisar esa bala?

Mientras Saya era alabada, Nodoka dijo al sensei que lo que había en el informe tenía más sentido después de lo que la estudiante de Shanhaijin había dicho. 

Blue Archive - M.O.T.H.E.R. (Versión en Español) (Volumen 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora