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-Tan mala es?- Preguntaba un confundido Luke por teléfono. Si no habíamos podido vernos durante la semana, los viernes al final de la tarde, era nuestro horario de llamada.
-A mi no me parece tan amarga, digo es muy seria pero no me imaginé que fuera tan ,bueno, tan ruin.-

-Es una déspota. Una jerarca de puño de hierro... quien puede convivir con una persona así? Hay algo que tenga de bueno?-

-No es republicana.- Contestó el rubio ante mi exasperada pregunta.

-Que?-

-Que es del Partido Demócrata. Es de ultraizquierda al igual que William... eso es bueno.-

Así que Wilhemina Venable era de izquierda. Para ser sincera, nunca me había puesto a pensar en ese ámbito de Veni pero al escuchar que era parte de la ideología política que respaldaba las mismas cosas  que las de mi familia y yo, hizo que mi corazón diera un latido de alegría más.

-Al menos eso...- Suspiré sentándome pesadamente en el sofá, mirando, a través de la ventana, a una brutal tormenta acercarse.

-Es muy reservada e inteligente. Pareciera que tiene una computadora en la cabeza. Es educada hermosa... ah y es muy buena con la pintura y cerámica.- Luke comenzó a enumerar las cosas que consideraba optimistas de Wilhemina pero cuando mencionó ese tipo de arte, la cerámica y la pintura... una sensación de no sé, ternura quizás? Me invadió. No me imaginaba a una persona tan áspera como Venable hiciera cosas que requieren de paciencia, inspiración y hasta amor me atrevo a decir.
-Pero es muy maniática con algunas cosas, ya te habrás dado cuenta.- Agregó divertido.

-Ni me lo digas, si le entregas un trabajo con el título sin subrayar es capaz de amonestarte.-

-Bueno... no me extrañaría pero, fuera de esto. Vienes a cenar a casa este sábado?- Preguntó entusiasmado.
-Perfeccioné mi Fondue.-

-Eso espero, no vaya a ser que me intoxique una vez más.-

-Esa vez fue accidental. El aceit...-

-A las 9 estaré ahí tonto.- Aclaré interrupiendo su larga explicación y justificación de como casi me hacen un lavado de estómago por comer un Fondue mal cocido.
...

El sábado transcurrió de manera banal pero divertida.
Adelanté cosas de la Universidad y del trabajo porque si, luego de una semana de entregar mi currículum, me enviaron un milagroso mail diciendo que había conseguido el trabajo.

Me reuní con Liv a almorzar en una hermosa cafetería para luego volver a casa y leer toda la tarde hasta que la hora de prepararme para ir a lo de Luke llegó.
Mi nivel de confianza con el era tan alto que podía ir en pijama body de panda si quería pero tampoco tenía ganas de subirme a el bus vestida así, así que me puse un Jean campana negro con una camisa celeste y Converse blancas, bueno, "blancas"

-Tinto o blanco?- Preguntó el rubio sacando cuatro copas. Porque cuatro? Desvíe mi pregunta y solo respondí.

-Tinto.-

Bebimos un par de copas mientras cocinábamos hasta que el timbre sonó, haciendo que me cosquilleara la boca del estómago.

-Esperas a alguien?- El solo sonrió, esa sonrisa que siempre me dió a entender que algo había tramado.

Todo parecía confuso hasta que el sonido de una voz llegó a mis oídos.
"Vete", "escapa por la ventana de la cocina". Me repetía mi mente milisegundos después de Jactarme quien era la dueña de esa fina voz.
Por qué me pasaba esto a mi?

-Aquí esta Pau.- Dijo el idiota de Luke entrando a la cocina, acompañado de "Maléfica" y William quien se acercó a besar mi mejilla con una sonrisa.
Me acerqué a Venable para saludarla pero no sabía que hacer. Besar su mejilla? Estrechar su mano?

-Señorita Venable.- Saludé antes de enviarle a Luke una mirada asesina. Me iba a vengar de eso. Mientras tanto ella se limitó a asentir.

-Están haciendo Fondue?- Preguntó William con una mirada ilusionada.

-Como lo sabes?- Aseguró Luke entregándole una copa de vino al pelirrojo.

-Tengo una... debilidad por la comida francesa.- Contestó con una sonrisa. A diferencia de su hermana, William era una persona alegre y gentil, con corazón.

A la hora de la cena, tuve la fortuna de sentarme al lado de Venable, quien se encontraba tan callada como observadora. Destilaba un aroma a un perfume particular, un perfume embriagante y que parecía tener un precio equivalente al de mi sueldo de ese momento.

-Como te va en la facultad Paula? Te gusta?- Indagó el pelirrojo antes de tomar otro sorbo de vino, Cabernet por supuesto.

-Que puedo decir... es hiper interesante obviamente y tengo varios amigos allí.- Respondí con ese tono que usaba con la gente que apenas conocía.

La cena continuó llena de risas y carcajadas. Los dos chicos lograron crear un ambiente divertido y agradable, mientras que yo intentaba entender los chistes y a juzgar por Wilhemina, seguía tan callada como cuando llegó. Quizás yo no fuí la única en llevarme una sorpresa esa noche sin embargo, la entendía. Compartir cierta intimidad con una alumna quizás la incomodaba.

Luego de comer el postre que ellos trajeron, lemon pie el cual no podía ni probar y una torta hojaldre, mi favorita, pidió permiso para ir a fumar afuera y al verla a través de la puerta ventana, sola en aquel oscuro jardín y siendo golpeada por el frío infernal de aquella noche, sentí lástima y decidí acompañarla. "Eres una estúpida" me dije.

-Esta helado, verdad?- Dije detrás de ella, haciendo que de un pequeño salto del susto.

-Definitivamente.- Respondió inexpresiva con la mirada perdida en la gran y brillante luna. La miré vacilante, por qué tenía esta necesidad de hablar con ella? Me gustaba su voz?

-Espero no le incomode mi presencia aquí.- Confesé dando un paso más para estar a su lado. "Ese maldito y fabuloso aroma de nuevo."

-No veo el porque.- Su voz aún más dura.
-Acaso a usted le genera alguna incomodidad?- Preguntó, en realidad parecía mas una afirmación que una pregunta.

-Si usted no tuviera un problema conmigo, estoy segura de que no.-

Giró su cabeza para posar su mirada lapidaria sobre mis ojos.
Se acercó, lentamente hasta que sus labios casi rozan mi oreja.

-Si tuviera un problema con usted... ya me habría encargado personalmente de borrarla del mapa.- Su voz en susurro logró que mi corazón latiera a la velocidad de la luz. "Respira".
Apagó su cigarrillo ylo tiro en el cenicero apoyado en la pequeña mesa de hierro del jardín.

"Respira" "Ya se fue" me repetía sin parar. Que clase de psicópata o sociópata era esta mujer?
Ese tono, si aroma, su sola presencia... por dios.

Probablemente piensen que estoy exagerando pero el cualquier momento, Wilhemina me iba a causar un infarto.
De golpe y por evidentes razones, las palabras de Mark retumbaron en mi mente.

Acaso estaba enamorada de Wilhemina Venable? Acaso ella estaba enamorada de mi?

Renacer de la decadenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora