16

117 13 1
                                    

Si les dijera que prefiero no poder volver a escuchar ABBA en mi vida antes que vomitar, no me creerían. Resulta y acontece que el día mismo después del examen, con los chicos decidimos ir a cenar a un restaurante de comida italiana lo que no resultó más que en una intoxicación.

-Porque no vas a un médico?- Preguntó Luke por séptima vez en el día. Llevaba una semana así, sin parar de vomitar y volando de fiebre, una semana sin ir a la Universidad, sin salir de casa y sin trabajar.

-No quiero ir al hospital. Sabes que no me gusta.- Respondí levantándome lentamente del sofá para tomar algo de agua.

-Entonces que venga algún clínico aquí.- Insistió Luke. Desde que le dije como me sentía venía todos los días al medio día.

-Mmm... Eso te lo acepto.- El malestar que sentía era terrible así que porque no acabar.
Luke se levantó y tomó su teléfono y decidí tirarle un pequeño dardo que lo haría enojar.
-Igual, nada se compara a la intoxicación por el Fondue, cuando éramos más chicos.

Se ofendió y siempre que lo hacía, una expresión TAN graciosa se formaba en su rostro que lograba que me riera descomunalmente sin embargo, luego de soltar una carcajada mi boca comenzó a salivar más de lo normal y corrí al baño a vomitar por cuarta vez en el día. Aun no entiendo como no me deshidraté como una pasa de uva.

Al cabo de media hora, el médico clínico llegó y solo me puso una horrible inyección y un antibiótico. Indicó que tome mucha agua y que descanse.

-Gracias por venir.- Le dije al rubio quién buscaba las llaves de su auto. Estábamos en el lobby de mi departamento.

-No me agradezcas abeja.- Respondió con su característica sonrisa brillante.

Una vez me despedí de mi primo, subí al departamento a terminar de completar las cosas de la Universidad y del trabajo.

Me dí una larga ducha y ordene bastante mi tratamiento. Bendito  antibiótico.

-Entonces te sientes mejor?- Preguntó Mark desde el teléfono. Liv y él estaban en lo que parecía ser una  aburridisima cena familiar.

-Estoy bien.- Respondí divertida. -No tan aburrida como ustedes.-
Ambos rieron en silencio, estaban escondidos en la alacena de la gran casa de los padres de Liv.

-Que hay de Venable?- Indagó Mark y de golpe, las imágenes de la última vez que la ví entraron abarrotadamente a mi cabeza.

-Por que me preguntas por ella?- Poner cara de poker y fingir confusión no era mi mayor talento que digamos.
-Esta bien... de las malditas 24 horas del día, 20 estoy pensando en ella.
Eres psicólogo Mark, ayudame.- Confesé desesperada.

-Aún no lo soy cielo y hasta ahora no eh visto una materia que se llame "Enamoramiento de imposible prosperidad con profesores".-

"Quien dijo imposible"?
Pensé de inmediato.


...

-Dupin!!!-Exclamó Amelia, corriendo hacia mi para abrazarme con fuerza.
-Mark me contó que estabas enferma, te sientes mejor?-

-Siempre y cuando nunca más vayamos a ese restaurante, voy a estar espléndida.- Respondí sonriente.

-Los chicos son increíbles. Gracias por presentármlos.- Mencionó tomando mis manos.
-Tenemos que irnos de viaje juntos.-

-Amo ese plan!!! En las vacaciones de invierno lo haremos.-

...

Luego de estar hablando en la cafetería con Amy y luego Liv, la primera clase del día comenzó, historia de la filosofía o sea... tener clases con Venable.

-Muy bien. Vamos a empezar a ver el racionalismo de Descartes. Estoy segura de que ya saben quien es a raíz del examen, o no?- Preguntaba Venable mientras caminaba lentamente un lado a otro mientras explicaba. Era un costumbre de ella caminar mientras explicaba.

Yo solo me limitaba a hacer apuntes y no mirarla jamás. Sentía que desde lo que pasó en el baño, si le dirigía apenas la mirada, ella me asesinaría.

El Racionalismo sostiene que nuestros conocimientos válidos y verdaderos sobre la realidad no proceden de los sentidos, sino de la razón, de nuestro entendimiento.
Descartes piensa que el conocimiento de la realidad puede construirse extrayendo consecuencias, es decir deduciendo, de ciertas ideas y principios evidentes que no dependan de la experiencia, ya que ésta sólo proporciona conocimientos inciertos y dudosos.

Tal texto, era uno de los 5 apuntes que escribí esa clase, en la que casi se me cae la mano.
Una vez la clase terminó, todos tomamos rumbo para irnos hasta que ella, con una voz firme y heladora me llamó.

-Su examen, señorita Dupont.- Dijo sosteniendo el famoso examen frente a mi, con la mirada en los papeles sobre la mesa.
En el segundo que tomé mi examen mis dedos rozaron su mano helada. Un escalofrío mortal me recorrió la columna vertebral y su mirada se posó sobre mi. Sus ojos extrañamente brillaban sin embargo, apartó su mano rápidamente y bajó su mirada a los papeles.
-Retírese.-

Me fui a paso apresurado y ni bien pude salir del aula, di vuelta la hoja de mi examen y un grito de alegría.

Nota:8,50/10.

Había aprobado y la emoción me recorría cada parte del cuerpo.

-Sabía que ibas a aprobar.- Dijo Liv acercándose con una sonrisa para luego abrazarme.
-Te felicito Pau.-

...

Luego de entregarle al profesor Walker mi certificado médico para justificar las faltas y terminar las clases, me fui una hora y media a estudiar a la biblioteca para luego irme a trabajar. Mientras reorganizaba la sección de literatura alemana, una de mis ramas de la literatura favoritas, una llamada de Luke llegó.

-Hola tesoro.- Se oyó desde el otro lado.

-Hola renacuajo.- Saludé, usando ese apodo que yo tanto amaba y a él tanto le molestaba.
-Todo en orden?-

-Todo bien Pau. Te sientes mejor, verdad? Sabía que no me equivocaba al querer llamar a un médico.- Mencionó con su típico brillo de arrogancia.

-Lo estoy. Ya volví a la Universidad y al trabajo.
Créeme Luke, esto fue peor que el fondue asesino.-

-Ay dios... sigues con eso?- Preguntó con un tono amargo. Yo solo reí.
-Escucha, se que es día de semana pero quieres ir al teatro conmigo mañana? Habrá una función de hadestown.-

Al escuchar ese nombre el corazón me saltó de la emoción. Yo adoraba el teatro desde chica y Hadestown era una de mis obras favoritas.

-A que hora?- Pregunté emocionada.

-A las 7. Te busco y vamos?-

-Claro que si.-

...

El día terminó como cualquier otro. Volver a casa, ducharse, leer, cenar y caer de una vez en los brazos de Morfeo.

Renacer de la decadenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora