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Está varado en una cafetería que encontró en el camino, es bonita y con una vista amplia de la gente que pasa caminado. Jungwoo tiene un proyecto importante por entregar, no puede distraerse.

Lleva una o ya dos horas escribiendo sin parar y seguramente el bartender de ahí ya quiere que desocupe la mesa porque no está consumiendo algo más. Pero a Jungwoo poco le importa, solo le falta una hoja, otras mil palabras más, guardar su trabajo y preocuparse más tarde por la edición.

Justo cuando ha terminado, sonríe satisfecho, estira sus extremidades que se estaban entumiendo ante la posición y después toma un buen sorbo de su té que ya está bastante frío.

Ahí es cuando se pregunta si no esta alucinando de tanto trabajar o si su bebida contiene algo porque Jaehyun está afuera a unos metros de la entrada.

Jungwoo disimula y baja un poco la mirada como si de esa manera se fuera a hacer invisible. Y no lo pudiera ver.

Es un chismoso y eso le trae consecuencias cuando ve a Jaehyun abrazar con tanto cariño a un chico rubio.

No era necesario echarselo en cara, siente como su pobre corazón que apenas empezaba a sanar se desmorona de nuevo. Pero no puede dejar de verlo, Jaehyun portaba una pequeña sonrisa y sus ojos eran media lunas. Cómo quisiera ser aquel sujeto al que está abrazando.

No, no, no. No puede llorar, pero puede irse.

Es lo que hace, guarda sus cosas y después paga por lo consumido. El clima últimamente no es certero y empieza a llover cuando menos se lo imagina, así que por suerte lleva un paraguas consigo.

Pasa de largo por la entrada como alma que lleva el diablo, abre su paraguas y empieza a caminar a paso rápido directo hacia su casa sin mirar atrás.

—¡Jungwoo!

El grito es claro aún entre las gotas que golpean el paraguas pero lo ignora, sigue caminando firmemente. Sabe que Jaehyun va tras él.

—¡Por favor! ¡Jungwoo!

Que escena más dramática la que estoy viviendo. Piensa.

A Jaehyun no le importa si eso comienza a parecer una escena digna de una novela ni el hecho de que ahora esté medio empapado. Lo único que quiere es llegar a Jungwoo.

El menor para abruptamente porque la poca gente que transita alrededor empieza a prestar atención a la situación. Voltea lentamente a ver a la persona que estuvo gritando su nombre; esta a menos de un metro, su cabello ya está húmedo al igual que su camisa, pantalones, respira agitadamente y aún así no pierde su atractivo. Y se quiere regañar mentalmente por pensar en lo último.

—Hablemos por favor. Solo quiero que me escuches. No pido más.

Aceptar o no aceptar, pero por más que quiera evitarlo el buen corazón de Jungwoo no quiere ver a Jaehyun arruinado por la lluvia y su lado curioso quiere saber que es lo que tiene que decirle. Acerca su paraguas a él de manera en que los cubra a ambos.

Jaehyun sonríe tímidamente ¿Entonces eso se puede tomar como un si?

Solo beneficios | JaeWoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora