Capítulo 21

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—¿Tenías algo que decir? —Joaquín sonrió mientras lo veía atento a los ojos, sonriendo, y después sus manos fueron a sus hombros para acariciarlos y robarle algo de respiración a el otro, que asintió tierno.

—Sí, Joaco, quiero que sepas que desde hace tiempo me he estado sintiendo así, realmente no me puedo controlar y... estoy diciendo lo primero que se me venga a la mente para poder confesarte que-

El menor abrió sus ojos al escuchar que su mejor amigo estaba apunto de confesarle algo que estaba guardando desde hace tiempo y su mente comenzó a juntar cosas. Con Mario estaba hablando sobre cosas sobre gustarle a los amigos, y sonrió. Si Emilio decía sus últimas palabras, él iba a besarlo, sólo si el mayor soltaba las palabras 'Me gustas desde hace tiempo.'

Pero un timbre los interrumpió.

—¡Joaquín, te buscan en la puerta! —Ambos negaron al mismo tiempo, viéndose.

—Di lo que ibas a decir. —Se abofeteó al momento de decirlo y no decir un 'yo igual me siento de esa forma' pero es que en realidad no sabía lo que iba a decir Emilio.

Si tal vez estaba hablando con Mario para pensar si le gustaba y si le confesaba que tenía sentimientos por alguien más iba a reaccionar de manera mal. Joaquín comenzó a respirar de manera pesada.

—Me gus-

Pero antes de que hablara un castaño había entrado a la habitación, sorprendiendo a ambos.

—¿Qué-qué haces aquí?

—En la escuela dijiste que por mis dedos rotos podías prepararme un rico pastel. —El pelinegro había olvidado eso y sólo estaba pensando en Emilio al momento de hacer el pastel, pensando en que a él le encantaría y que sentiría su amor en el. Joaquín arqueó sus cejas.

—Ah, creo que, papá se lo comió. —Dijo nervioso mientras dejaba de acariciar a su amigo y se dirigía a Eduardo, sonriéndole falso. El castaño sólo sonrió mientras veía el rostro furioso pero al mismo tiempo confundido de Emilio, y sostuvo de la cintura a el otro, viéndole.

—Pues llegué y realmente tengo ganas de algún postre, ¿Te gustaría adelantar la cita del jueves a hoy? —Joaquín vagó entre Eduardo y su amigo, que sólo sonrió mientras le daba una sonrisa media a el otro castaño, acercándose y bajando la mirada para verle un poco.

—Pueden ir a su cita, yo sólo vine para comer de un delicioso postre que Joaco me invitó. —Vio su mano vendada, y rió burlón. —¿Puedo firmarla?

—Oh, si gustas, no pensé que te gustaría-

Pero un 'Asshole' hizo que su voz comenzara a bajar. Emilio palmeó su hombro, sonriente.

—Disfruten su comida.

—Emilio, espera, ven. —Joaquín logró interceptarlo antes de que saliera de su casa y lo miró. —Por favor, di lo que ibas a decir.

—Ya no importa, no tiene importancia eso.

—Dilo ahora, por favor, necesito saberlo.

Emilio sólo evitó mirarlo y después sonó su nariz con el dorso de su mano, ocultando una lágrima que había amenazado con salir. Ahora el idiota iba a ser él. Sólo suspiró.

—No importa, disfruta tu cita con Eduardo.

Y salió de la casa para dirigirse a su carro, subirse, ignorar a el Joaquín que lo veía desde la entrada con un gesto preocupado. Sólo se despidió alzando la mano, sonriendo y gesticulando un 'Nos vemos luego'.

Sólo lo echó a andar, manejó hasta su casa, y antes de que se bajara comenzó a llorar, llevando sus manos a su rostro para evitar que las lágrimas bajaran de sus ojos y cayeran en sus manos, sólo que con eso cortó el camino. Comenzó a respirar pesado, y sólo había una persona en todo el mundo que quería golpear hasta dejarlo inconsciente.

No era Eduardo, era él mismo.

Él mismo se dio una bofetada mientras veía su mano, y después llevó estas a su cuero, jalándolo, y no se dio cuenta que había comenzado a sollozar hasta que escuchó el primer sollozo doloso. Echó su cabeza atrás.

Joaquín se lo había pedido no una, sino tres veces y él no pudo abrir la boca más que para hacerse sentir peor persona en todo el mundo. Volvió a golpearse, ahora cerrando sus puños, y después sus manos cayeron a sus piernas cubiertas por su pantalón. Sólo notó que las lágrimas habían comenzado a bajar ese pantalón deportivo, y después escuchó el ruido de la lluvia afuera.

Suspiró, después tragó saliva, y salió del carro, tomando su mochila y caminando a la casa sin importarle mojarse en el camino. Sólo entró, notando que su madre estaba en el celular en la sala y su papá estaba viendo el horno distraído. Ninguno volteó a verlo y supuso, habían peleado.

Suspiró mientras entraba y caminaba a su cuarto, agradeciendo que nadie había preguntado por qué estaba mojado. Había agradecido tanto eso. Sólo se cambió, alisó su húmedo pelo y volvió a bajar, encontrándose con la misma escena.

Sólo llegó y tomó agua, viendo a su hermana usar el celular en la mesa. Volteó a ver a su padre.

—¿Qué estás haciendo?

—La cena.

Iba a pasar más tiempo en la panadería por lo que estaba cocinando la cena para que sus hijos comieran. Asintió mientras hacía una mueca, y vio una notificación en su celular.

Mario: ¿Le demostraste a Joaquín que eres un tigre? 🐯

Negó para sí mismo mientras volvía a su habitación y comenzaba a marcarle, escuchando un rugido al instante.

—¿Le mostraste que eres un tigre?

—Llegó Eduardo a arruinarme todo mientras me le confesaba a Joaquín, en este instante están teniendo una cita. —Escuchó cómo el otro golpeó algo y el castaño se asustó, alejando su celular. —¡¿Qué carajo?!

—¡Estoy furioso! ¡Te juro que mañana le rompo los dedos de la otra mano, Emilio!

—¿Le rompiste los dedos por mí? —Preguntó, llevándose una mano a la cintura y frunciendo el ceño hasta el punto que dolía, y el no escuchar supo que tenía una respuesta. —No, no, no debes-

—Lo hice porque ni tú ni yo lo aguantamos, pero más por ti, debe sufrir.

—No debe.

—¿Por humillar a Joaquín? Debe hasta romperse el brazo, no te preocupes, mi papá tiene un contacto que tiene un bate y un disfraz de payaso para poder decir 'Ya te cargó el payaso'.

Emilio rió por el chiste, pero lo primero que dijo le hizo entrar en razón.

—No quiero que vuelva a humillar a Joaco, nunca, no quiero que nada malo le pase, me sentiría muy mal si eso llega a suceder. —Suspiró, y después llevó su vista a una hoja de máquina que estaba escondida entre todos sus documentos. —Sherlock, hace un tiempo le escribí una canción a Joaco...

—¡Qué romántico! ¿Ya la acabaste?

—Huh, ya, y la tengo lista para tocarla en guitarra, ¿Sería algo cursi si me le declaro de esa forma?

—¿Ahora si tienes los huevos para hacerlo?

Emilio sujetó la hoja y la sacó, y sacó su guitarra, asintió ruidosamente. —¿Crees que puedas escucharla para decirme tu opinión?

—Sólo envíame la letra y el instrumental, no quiero escucharla porque sólo Joaquín debe hacerlo. —Y asintió, poniendo en altavoz el celular para mostrarle el sonido de la guitarra.

Mientras estaba afinando, el otro preguntó.

—¿Hace cuánto escribiste la canción?

—Hace un año. —Y comenzó a tocar para evitar más preguntas incómodas a él.

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Asshole: estúpido, idiota, gilipollas, cabrón, etc.

Hasta aquí llegó el maratón de actualizaciones no puse maratón '1/7' en cada capítulo porque me dio flojera y qué

¿Y qué vendra después de esto? Pues actualizar después de un año, dah 😁

La Iris que no se llama Iris, les ama. ♡

Diet Of Sex || EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora