Capítulo Especial

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Sam y Luca


—¿Es verdad lo que dijo Emilio en el
funeral? —El pelinegro caminó hasta su esposo y lo interceptó en la cocina, haciendo que éste sólo frunciera el ceño y siguiera untando mantequilla en el pan.

No sabía de lo que estaba hablando. Y se lo comunicó con su silencio incómodo, no queriendo voltear a él.

Es sólo que Luca no sabía ni podía explicarle a su esposo que quería tener un hijo aun sabiendo que éste parecía odiar todo lo relacionado con pequeños porque en reuniones familiares era reservado con ellos. Evitaba tocar temas que fueran a incomodarlo, conllevando a un silencio incómodo todos los días, no querer hablarle, y evitarlo.

Cosa que él y su sobrino malinterpretaron.

—¿Qué dijo?

—Que te estabas alejando de mí —Luca voltea a verlo al mismo tiempo que deja caer el pan, y traga saliva, llenando sus ojos de agua.

No sabía si decirle ahí, no sabía qué hacer, así que solo comenzó a llorar y a sentirse el peor esposo del mundo, un esposo que no podía comunicarle nada a el suyo por el miedo de su reacción y una posible pelea sobre ese tema a discusión, por lo que se apoyó en el pecho contrario, sollozando.

—¡Es sólo que no sé cómo decírtelo!

—Oh, entonces solo pudiste aventarme los papeles en cara, decírmelo.

—¡Pero sabía que tú no sabrías cómo reaccionar y te pondrías mal!

—¡Obvio que me pondría mal si me entero que mi esposo me está evadiendo porque se quiere divorciar de mí y porque no se siente cómodo conmigo! —Y las últimas palabras hicieron que el pequeño castaño se separara del pecho de su esposo, tomara su rostro, y limpiara sus lágrimas con furia, viéndolo fijo.

—¿Qué? Pensé que Emilio te dijo que yo quería tener un hijo contigo pero que me estaba alejando de ti porque no pensé cómo reaccionarías...

Samuel solo lloriquea más fuerte, abraza a su esposo y acurruca su cabeza en su hombro, sollozando. El miedo de que el amor de su vida quisiera alejarse de él por cualquier decisión que él haya tomado, el que se quiera divorciar porque ya no siente el amor o que simplemente se siente incómodo con su presencia hace que en el corazón de el mayor se rompa en demasiadas piezas, lo suficientemente pequeñas como para que no volvieran a arreglarse.

Pero el saber que solo era que su esposo quería un hijo, le alivió, pero al mismo tiempo le preocupó. Sus labios y manos temblaban, sujetaba el rostro de Luca, y volvió a sollozar, viéndolo.

—¡E-Emilio me dijo que pasabas más tiempo en su casa porque querías divorciarte de mí!

—¡¿Pero por qué te dijo eso?!

—¡Porque creo que me entrometí mucho en su vida aun cuando ni somos familia, creo que por eso me dijo molesto! —Un coscorrón de su esposo, que se tuvo que parar de puntillas para hacerlo, y frunce su ceño, viéndolo furioso.

—¡Te he dicho mil veces que ya no le digas nada por las calificaciones! ¡Todavía que tiene a toda la familia tras él, vienes tú, solo queriendo agradarle a tu suegra humillando a mi sobrino favorito!

Los labios de el mayor temblar, sus ojos rojos, y Luca se separa de él para acariciar su entrecejo, sacar su celular, y marcarle a el castaño.

Que estaba viendo una película con Joaquín acurrucado en su hombro, riendo. Su velada fue interrumpida por el timbre, y Emilio contestó.

Solo que no fue bien recibido.

—¡¿Por qué le dijiste a Samuel que me quería divorciar?!

—¿Qué? —Emilio recordaba la fecha. El día que tuvo sexo con Joaquín en el carro después del funeral del tío mudo de su familia, pero aún así, hacerse el idiota era la salida de todos sus problemas. —No sé de qué hablas, tío.

—Oh, sí, lo sabes, habla o te rompo tu preciada patineta que te regalé en navidad.

Miedo. Emilio vio a Joaquín con los ojos bien abiertos y le pidió que guardara silencio, que pausara la película y que tomara su mano para confesar algo, algo que había pasado hace unos meses y que apenas estaban hablando ellos dos.

—¿A-apenas van a hablar sobre esto? Pasó hace mucho...

—Pues tú, baboso, le dijiste eso a mi esposo cuando yo ni siquiera recordaba que la palabra divorcio existía y tú bien sabías que lo que quería era un hijo en mi vientre, habla ahora.

—Bien, pues mira, Sam era insoportable porque solo me recordaba mis calificaciones y era molesto, hasta a Joaco le cayó mal, pero ese día fue cuando me molestó de sobremanera porque Joaquín y yo teníamos planes...

Luca alejó el celular de su oreja y se lo pasó a su esposo, indicándole que hablara. Él le iba diciendo que decir.

—Pues me sentí muy dolido... dolido, porque tuve ese miedo de separarme de el amor de mi vida, de el lucero de mis días, de la razón de mi existir y-

—¿Te está susurrando qué decir?

—Sí.

—Mira, solo bésalo, dile que quieres el hijo porque sé que lo quieres, deja de besarle el trasero a mi familia, ya te lo ganaste, y me agradarás, Luca no se divorciará de ti y todos felices, ¿Si? Ahora arréglense que yo estoy teniendo una cita con Joaco.

Y cuando el menor colgó, Samuel vio a su esposo, con lágrimas en sus ojos y habló.

—¿Quieres un hijo?

—Sí —Y Samuel y Luca lloraron mientras se abrazaban, sollozando. —¡Lamento no haberte dicho antes!

—¡Yo lamento no haberlo hablado antes! —Samuel se acurrucó más contra su esposo y después lo levantó del suelo, lo besó, y volvió a arrugar su rostro mientras lloraba. —Va-vamos a buscar a ese pequeño o pequeña Ortega, o Marcos, o Marcos Ortega.

Luca asintió, enredando sus piernas en la cintura de su esposo, y ambos todavía llorando mientras se dirigían a la habitación entre sollozos y uno que otro beso, ropas ser quitadas y uno que otro gemido dulce que escapaba de su boca.

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Bueno, les digo adiós, nos veremos en otra adaptación.

La Iris que no se llama Iris, les ama. ♡

Diet Of Sex || EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora