16. ANAKIN

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Capítulo XVI
❝ Nobles confusos ❞
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Anakin pensó que regresaría a Alderaan para encontrar un planeta en penumbras y silencio, quizás no completamente desanimado pero sí en el sigilo posterior a haber movilizado a sus soldados y haber recuperado a su Princesa de las garras del enemigo.

En lugar de penumbras estaba la noche apaciguada por las luces artificiales de los edificios y demás. El palacio estaba despierto aunque la noche sin luna ya había caído.

Estaban celebrando.

Anakin no se oponía a las celebraciones silenciosas, incluso en el frente de la guerra necesitaban una manera de pasar los momentos de dificultad y dar ánimo a las tropas. Pero ciertamente un festejo de soldados entre trincheras y bases no se parecía a esto.

Era simplemente atroz. Incluso tenían un baile.

Anakin había llegado hasta allí con la guía de un par de guardias, ellos parecían ser los únicos que realmente se sentían ausentes del festejo, observando todo con cuidado, caminando como si esperaran que algo les saltara delante en cualquier instante.

El salón era un lugar de festejo en su mero apogeo. El espacio era enorme, con decoraciones florales y un montón de droides de protocolo dorados rondando por todos lados, le recordaron a C-3PO pero menos dramáticos. La música guiaba a las parejas que bailaban en el medio de la habitación, la pista de baile circular marcada invisiblemente.

La celebración no se reducía a esta habitación, sino a casi todo el palacio: afuera en los jardines en la oscuridad de la noche con diferentes tipos de luces colocadas por todos lados para remplazar la luna que no existía en su sistema. Pero era en éste salón donde se le dijo que estaría la Princesa.

Y no se podría confundir a la Princesa de Alderaan con ninguna otra dama esta noche, en esta celebración, incluso si nunca antes la habían visto.

Lysandra tenía que ser una de las mujeres más pequeñas que había conocido, y también era la única que iba vestida de blanco. La seda blanca, inmaculada y nueva, le besaba la piel.

Lysandra vagaba en la habitación cubierta en sedas, como si no hubiera estado herida al borde de la muerte y no hubiera secuestrada por un Lord Sith hace un par de días. Tenía puesto un tocado de plata que Anakin pensó que le doblaría el cuello, pero ella se mantuvo erguida y en calma, moviéndose en el salón como una dama sofisticada, las mangas largas de su vestido elevándose ocasionalmente para aceptar el saludo de otro noble. 

Al menos ella tenía a Ahsoka a su lado, aunque la había vestido en un atuendo de Alderaan de color celeste, en cuyas telas él esperaba su Padawan hubiera tenido la iniciativa de haber ocultado su sable de luz.

Se acercó a ellas en cuanto las vio, no le importaba lo inadecuado e informal de sus acciones, o que resaltara en esta habitación llena de gente elegante y ruiseña con sus túnicas Jedi y el semblante de un señor amargado.

Las apartó del centro del salón, llevándose a Lysandra y sin dejarle a Ahsoka otra opción más que abandonar al droide con la bandeja de bocadillos –al que parecía tan unida– y seguirlos.

      —Esperaba volver y verte recuperada —le dice, inclinándose para que su voz no se escuche sobre el sonido de la música y el cuchicheo de los nobles—. Pero una fiesta parece... demasiado. No lo habría imaginado.

LIGHT A FLOWER ⸊ˎA. SkywalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora