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Capítulo XXVII
❝ Noches en Coruscant ❞
︵‿︵‿୨♡୧‿︵‿︵De vuelta al templo, todo tenía menos sentido que el día que se había ido junto al Maestro Windu y su legión.
El corazón de Lysandra no rebosaba de la emoción esperada, pero encontró alivio en el momento presente e hizo las paces con estar aquí y ahora.
Se alegraba de que no mucho hubiera cambiado para los Iniciados y los Padawans que aún residían en el templo; que los días aún se vieran esperanzadores y los jardines fueran un alivio del que pudieran huir porque los consideraban aburridos. Encontró consuelo en el hecho de que su ingenuidad perdurara, aunque sólo fuera por un breve tiempo más.
Los pasillos se habían vuelto más tranquilos para ella ahora que los días habían pasado. El impulso de escapar a los confines de su dormitorio y aislarse del mundo se había desmantelado casi por completo.
Lysandra saboreó un tranquilo paseo por los corredores del templo, apreciando cada detalle como si lo experimentara por primera vez.
Se le levantó el ánimo después de haberse deleitado en las relajantes aguas de un buen baño y se enfundó en las suaves y elegantes sedas blancas de su vestido, abandonando por un día las simples túnicas que le habían sido ofrecidas como visitante del templo. Casi podría fingir que estaba en Alderaan, con sus paisajes serenos y su atmósfera tranquila. Sólo tendría que fingir muy bien, entrecerrar los ojos en los momentos adecuados.
A medida que se adentraba en las entrañas del templo, el ruido del exterior se iba convirtiendo en un débil murmullo. Mientras la vibrante metrópolis de Coruscant se desvanecía en la distancia, los imponentes muros del templo la envolvieron a ella y a todos los que se encontraban dentro, proporcionándoles un tranquilo refugio del caos del mundo exterior. La vista más allá de las ventanas era el único recuerdo del mundo sobre el que se había erigido el templo, ya que la extensión interior era inmensa y parecía no tener fin. Incluso los jardines emergían como un reino distinto, un mundo en sí mismos.
Su mirada se posó en un grupo de pequeños Iniciados Jedi que corrían de un extremo a otro, con sus pasos apresurados resonando en los pasillos del Templo. Se encontraban en un estado de frenética huida, y su destino era uno de los Refectorios del Templo. La hora de la cena se acercaba rápidamente.
—¡Lysandra! —exclamó una voz que ella reconoció, llamándola por el pasillo en un entusiasmo que apenas se comparaba con otro—. ¡Has vuelto!
Caleb Dume parecía estar huyendo de alguien, si la manera en la que avanzaba por el pasillo velozmente significaba algo, pero quizás se debía sólo a la prisa y su emoción. No estaba claro si huía de alguien o simplemente le impulsaba su propio afán y fervor.
Al acercarse a Lysandra, su paso vaciló ligeramente, haciendo que sus pies resbalaran sobre el piso de mármol. Se detuvo a su lado, con su fina trenza de padawan balanceándose suavemente sobre su hombro, por lo demás su cabello castaño era demasiado corto.
—Hola, Caleb. No sabía que estabas de vuelta en el templo —con una cálida sonrisa, extendió un saludo hacia él. No le costó ningún esfuerzo el sonreír cuando el joven Padawan destilaba una profunda y auténtica sensación de alegría.
Lysandra había estado allí el día en que Caleb había sido puesto bajo el cuidado de su Maestra Jedi. Depa Billaba le había elegido, aunque su decisión fue influenciada por la guerra, ya que Caleb era aún muy joven para ser un Padawan, teniendo sólo 12 años, y con la Maestra Billaba creyendo que apenas estaba preparado para asumir el papel de su Padawan. Pero el vínculo estaba allí, era evidente incluso para Lysandra.
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LIGHT A FLOWER ⸊ˎA. Skywalker
FanfictionLysandra Organa y Anakin Skywalker se conocieron en la boda de su amor fallido, sin ninguna expectativa; la escena fue más allá de lo que cualquiera de los dos podría haber imaginado. Las bodas y los funerales pueden, en ocasiones, revelar las mejor...